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martes, 29 de septiembre de 2015

El gol más rápido de la historia

¿Se acuerdan de Carlos Dantón Seppaquercia? El ex delantero de Gimnasia y Esgrima La Plata tiene un record: el 18 de marzo de 1979 le marcó a Huracán un gol a los 5 segundos de juego. Antonio García Ameijenda sacó del medio con un toque corto para él, que le dio con todo para clavarla de emboquillada por encima del arquero Jesús Borzi, que estaba distraído, adelantado, marcando las líneas del área. 



A ese récord argentino logrado en el bosque platense le salió un competidor tremendo en Arabia Saudita: el 7 de noviembre de 2009 el delantero Nawaf Al Abed, goleador del Al Hilal, anotó a solamente 2 segundos de empezado el partido contra Al Shoalah, por la Copa del Príncipe, torneo Sub-23:
Desafortunadamente, luego de una revisión, el partido fue invalidado, ya que el equipo tenía seis jugadores mayores de 23 años en la cancha durante el segundo tiempo.

Los registros serios que llevan instituciones como la RSSSF o la IFFHS no tienen un gol más tempranero que éste de Al Abed.

viernes, 18 de septiembre de 2015

FC Barcelona: para adelante

La crisis pasó rápidamente para el Barcelona: triple campeón, el equipo dirigido por Luis Enrique y liderado por Lionel Messi consiguió todo lo que se propuso en la última temporada. Cómo se hizo fuerte en la adversidad.

Reportaje publicado en ESPN Magazine, en julio de 2015.
Por PABLO ARO GERALDES

El calendario 2015 apenas había avanzado 4 días y el frío de San Sebastián calaba hondo en el alma del Barcelona, que perdía 1-0 ante Real Sociedad en Anoeta. “¡Crisis total!”, titulaba el diario catalán Sport, que hacía un punteo doloroso: “Zubi, cesado. Messi, cabreado. Puyol se va. Luis Enrique, cuestionado. Bartolomeu, acorralado”.

El mal momento que atravesaba el Barcelona tomaba el centro de la escena tras la destitución de Andoni Zubizarreta de la dirección deportiva del club y las versiones de una mala relación entre Lionel Messi y el DT Luis Enrique. El presidente Josep Bartomeu no tenía muchas salidas y ante la “falta de confianza” que citaba El Mundo Deportivo, echó a Zubizarreta. Y si los periódicos locales removían el dedo en la herida, los medios de Madrid se hacían un festín: “Messi desquicia al Barça” era el título de As, mientras daba cuenta que “por la mañana no se presentó en el entrenamiento ante los niños” y agregaba: “y por la tarde empezó a seguir en Instagram a Chelsea, Filipe y Courtois”. Se insinuaba la partida del ídolo y Marca celebraba el momento con un categórico “El Barça se descompone”. Todo mal.

Sin embargo, aquella helada noche donostiarra en la que Lionel Messi fue al banco marcó un punto de inflexión, disparó una catarsis. Supuso un escenario fundacional, necesario. Porque lo que le costaba a Barcelona era dar vuelta, definitivamente, esa página dorada de la era Guardiola.

Cuando caminaron de la mano, Pep Guardiola y el Barcelona eran imbatibles. Pero todos sabían que eso no sería para siempre. Cuando el entrenador dejó el club en busca de nuevos desafíos, el mejor equipo del mundo siguió su camino arrasador bajo el mando de Tito Vilanova, quien era la mano derecha del técnico. Pero sin renunciar a un estilo, ya no era lo mismo. El Barça tenía que demostrar(se) que había alcanzado la madurez y no dependía ya del gran creador. La enfermedad y prematura muerte de Vilanova puso al club ante un dilema: buscar un nuevo conductor o cederle el timón al remplazante del remplazante. Jordi Roura era la continuidad de la escuela de La Masía, pero sin experiencia para dirigir al equipo más poderoso del planeta. Pronto se supo que una era se había terminado.

Gerardo Martino realizó una temporada de alto nivel, pero la ausencia de títulos impidió su continuidad. Luis Enrique fue el hombre elegido: tenía pasado barcelonista (había llegado en 1996 después de cinco temporadas en el Real Madrid y se inició como entrenador en el Barcelona B, en 2008) y un perfil ganador.

Si parecía que la bandera blaugrana no volvería a flamear tan alto como en aquel 2011 celestial, promediando la Liga nubarrones negros cercaron el cielo del Camp Nou: el equipo no ganaba, Messi pasó varios partidos sin marcar goles y todo eso, potenciado por la lupa de los medios que día a día necesitan llenar páginas y horas de aire.

El Barcelona ya arrastraba problemas serios, pleitos varios que que afectan a su masa social, a la publicidad y a La Masía por una sanción de la FIFA, pero sobre todo el juicio que se tramita en la Audiencia y afecta a Bartomeu, al anterior presidente Sandro Rosell y al propio club, por la contratación de Neymar. Temas graves, hasta que una tarde de enero Messi fue suplente y la prensa explotó.

¿TODO MAL? TODO EXCELENTE
A esa altura, parecía que el equipo nunca más volvería al alto nivel; la triple corona de 2009 parecía irrepetible. Pero aquel cachetazo de Anoeta dio vuelta todo. En la fecha siguiente el Barça comenzó su mejor racha ganadora en la Liga: 6 partidos entre ese 11 de enero y el 21 de febrero (seguidilla re llegó a repetir dos veces, del 28 de febrero al 11 de abril y del 18 de abril al 23 de mayo. Si las estadísticas sirven para remarcar momentos futbolísticos, allí están esos 14 partidos invictos, del 28 de febrero al 23 de mayo de 2015.

Los astros se alinearon y Messi retomó una escalada increíble y terminó dándole el título con 43 goles y la cifra top de otras 18 asistencias para sus compañeros. Lo que el rosarino le dio al club llenaría las páginas más brillantes. Aunque pasó un año algo desmoralizado y condicionado por el bíceps femoral de su muslo derecho, sigue cosechando números demoledores: ganó 7 Ligas, 4 Champions League, 2 Mundiales de Clubes, 3 Copas del Rey, 2 Supercopas de Europa y 6 de España... y 4 Balones de Oro que van camino inexorable a ser 5 en enero próximo. Si las comparaciones son odiosas, a ésta los catalanes la aman: en el mismo período, el Real Madrid logró tres Ligas, una Champions, un Mundial de Clubes, dos Copas, una Supercopa de Europa y dos de España.

Pasada ya esa molesta lesión, Messi “redescubrió” su potencial físico. Se lo ve más fibroso y resistente, gracias al joven preparador Rafel Pol, que llevó un minucioso control tecnológico a todo el plantel y resultó vital para limitar las lesiones musculares.

EL TRÍO MSN
Las “pequeñas sociedades” que suele citar César Menotti se dan o no se dan, no se pueden forzar. Y en cada abrazo de gol se nota la felicidad y la naturaleza con la que encajaron Messi, el uruguayo Luis Suárez y el brasileño Neymar. Juntos armaron un tridente mortal, solidario, una MSN que fue determinante para los éxitos que se hilvanaron en el cierre de la temporada. Entre los tres marcaron 108 goles y han asistido 50 veces, convirtiéndose en el mejor tridente ofensivo de todo el mundo, por delante del trío archirrival que protagonizaron Crtistiano-Benzema-Higuaín en el Real Madrid 2011/12.

El sello sudamericano fue fundamental para sellar la Liga, la quinta en los últimos siete años. A la luz de estos números, el trauma que significó la ida de Guardiola parece haber quedado atrás. El transcurso del campeonato le dio la razón a Luis Enrique, que sin la pausa característica de los años dorados de Xavi e Iniesta, armó un equipo con perfil contragolpeador, bien parado en defensa (33 partidos sin goles en contra contando los tres torneos que ganó) y esa arma de destrucción masiva que fue la MSN.

¿Qué motivación le queda a un equipo que lo ganó todo? Eso déjenselo a Messi, que ya demostró largamente que su amor por la pelota todo lo puede.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Camino a Milán

En su 61ª edición, la UEFA Champions League entre en su fase de grupos. Es el momento en que aparecen las máximas figuras del fútbol mundial detrás de una meta común: llegar a Milán para quedarse con la Orejona.

Artículo publicado en ESPN Magazine, en septiembre de 2015
Por PABLO ARO GERALDES


El pasado 30 de junio, mientras Argentina aplastaba a Paraguay 6-1 por las semifinales de la Copa América, se echaba a rodar en Armenia la 61ª edición de la UEFA Champions League. Lejos del resplandor mediático, la primera fase de clasificación arrojaba la victoria del Pyunik de Erevan 2-1 sobre el Folgore, de San Marino.

De los 78 participantes (de 53 países) que iniciaron el certamen ya quedan solo 32, los que le darán vida a la competitiva fase de grupos. A partir de esta temporada, los cabezas de serie son los campeones de las ocho ligas mejor clasificadas en el Ranking UEFA: Barcelona, Bayern Munich, Chelsea, Benfica, Paris Saint-Germain, Juventus, Zenit y PSV Eindhoven. Es una decisión que privilegia lo deportivo ya que, por ejemplo, no pueden encabezar ningún grupo el Real Madrid, el Arsenal, el Porto o la Roma.

La suerte ya está echada y los ocho grupos conformados. El martes 15 comenzará la acción en la fase de grupos y vale poner el ojo en los grandes candidatos al título como así también repasar la legión argentina que entra en juego.

LOS FAVORITOS 
Lionel Messi
El campeón Barcelona sale a defender su título con el tridente más goleador del mundo: Lionel Messi - Luis Suárez - Neymar, pero también con algunos cambios: se fue Xavi y se suma el turco Arda Turan, que podrá jugar recién a partir de enero (por una sanción de la FIFA al club catalán). Enfrente Real Madrid, eterno rival de la capital española, vuelve a la carga con su BBC: Bale-Benzema-Cristiano. El portugués fue el máximo goleador europeo de la última temporada pero no pudo festejar títulos, acaparados por los blaugana. Esta campaña comienza con la conducción de Rafael Benítez en reemplazo de Carlo Ancelotti.

Juventus, finalista de la última edición, vuelve al ruedo con las máximas aspiraciones. Ya no tiene a Carlos Tevez ni a Arturo Vidal pero suma al croata Mario Mandzukic y al cordobés Paulo Dybala, uno de los goleadores del calcio. Bayern Munich, la máquina alemana que comanda Pep Guardiola, esa base de la selección campeona del mundo, pero con poderosos aditivos importados como Franck Ribéry, Arjen Robben, Robert Lewandowski, Xabi Alonso y la incorporación del chileno Vidal.

Ángel Di María
Además de los cuatro semifinalistas de la temporada pasada, el Chelsea de José Mourinho mantiene sus expectativas altas con un plantel de nacionalidades variopintas, desde los ingleses John Terry y Gary Cahill, los belgas Eden Hazard y Thibaut Courtois, los colombianos Juan Cuadrado y Radamel Falcao, los españoles Cesc Fábregas y César Azpilucueta y los brasileños Ramires y Oscar. El cuadro azul de Londres tiene un rival millonario del otro lado del Canal de la Mancha: el Paris Saint-Germain. Laurent Blanc dispone de dos de los delanteros más bravos del planeta -Zlatan Ibrahimovic y Edinson Cavani- a quienes se le acopla Ángel Di María, llegado para conformar el trío argentino junto a Javier Pastore y Ezequiel Lavezzi. Para intentar romper esa barrera de los cuartos de final que tanto le está costando, el PSG cuenta también con los brasileños Thiago Silva y David Luiz, que buscar recuperar su mejor forma.

Volviendo a terreno inglés, el Arsenal va por más, de la mano del fútbol de marcada convicción ofensiva que le imprime su técnico Arsène Wenger, quien va por su vigésima temporada en el club. Y el Manchester United, un histórico de este torneo, se metió en la fase de grupos aplastando al Brugge belga por un global de 7-1. Los Reds de Louis Van Gaal cuentan en sus filas con los argentinos Sergio Romero y Marcos Rojo al lado de figuras internacionales como Wayne Rooney, Michael Carrick, Bastian Schweinsteiger o Marouane Fellaini.

UNA CHAMPIONS ARGENTINÍSIMA
Año a año el torneo suma una larga lista de futbolistas llegados desde la Argentina. Algunos aspiran a levantar el trofeo. Otros, acorde a las posibilidades de los clubes en los que militan, tienen como objetivo superar esta fase de grupos. A los ya nombrados se les suma un interesante lote que hace prever que, nuevamente, el fútbol argentino estará muy bien representado.

Diego Simeone
En Barcelona, junto a Messi sigue Javier Mascherano, cada vez más asentado en su rol de zaguero central. En el Atlético de Madrid dirigido por Diego Simeone resaltan este año las presencias de dos jóvenes delanteros con futuro de selección: Luciano Vietto (ex Racing) y Ángel Correa (ex San Lorenzo).

La mayor representación nacional está en Manchester City, donde se destacan Sergio Agüero, Pablo Zabaleta y Martín Demichelis, protagonistas del equipo campeón de la Premier League 2014. El arquero Willy Caballero espera su oportunidad detrás de Joe Hart, y el volante Bruno Zuculini retornó de su préstamo al Córdoba español para pelear un lugar en un plantel nutrido de estrellas. A ellos se les sumó el cada vez más consolidado Nicolás Otamendi para fortalecer la zaga.

Las aspiraciones de campeonar no se terminaron en la Juve. En el cuadro turinés las luces apuntarán a Dybala, pero alternarán dos mediocampistas con pasado de Superclásico: el tucumano Roberto Pereyra (ex River) y el juvenil rosarino Guido Vadalá (ex Boca).
Juan Manuel Iturbe y Leandro Paredes
Más sangre joven estará en la Roma, donde habrá otro Boca-River en el campo de juego: Leandro Paredes, con pasado xeneize, campeón en 2011, y Juan Manuel Iturbe, de un rápido paso por Núñez, en el Clausura 2013. Ambos tienen un talento superior, como para sobresalir en el equipo más competitivo que los romanos pudieron armar en las últimas décadas.

A quince años de su mejor época en la Champions, Valencia se presenta con un pelotón argentino, compuesto por Enzo Pérez, Pablo Piatti, Rodrigo De Paul y Lucas Orban. Los nombres de selección siguen por toda Europa. En Sevilla aparecen Éver Banega y Nicolás Pareja, mientras en el Benfica portugués están Nicolás Gaitán y Eduardo Salvio. Con menos exposición, en la línea defensiva del Zenit de San Petersburgo, Rusia, se destacan Ezequiel Garay y Cristian Ansaldi (cedido desde el Atlético de Madrid).

En Londres, Emiliano Martínez espera oportunidad en el arco del Arsenal, sabiendo que tiene delante a dos grandes como Peter Cech y David Ospina. Ya en Grecia, el Olympiacos de Atenas sale con una fuerte impronta argentina con la incorporación de Esteban Cambiasso, con toda su experiencia, junto al Chori Alejandro Domínguez, Nicolás Martínez (ex Independiente y San Martín de San Juan) y Franco Jara (ex Arsenal, San Lorenzo y Estudiantes).

El camino es largo, pero el GPS ya tiene marcado el destino: contradiciendo al refrán, todos los caminos conducen a Milán.

Los tifosi del Inter lo llaman Giuseppe Meazza. Para los del Milan es San Ciro. Dos nombres para un mismo estadio, el que verá consagrarse al próximo campeón de la Champions League.