Artículo publicado en la revista El Gráfico, en abril de 2010.
Por PABLO ARO GERALDES
Su camiseta verde se metió tarde en la historia mundialista: recién en 1994, pero lo hizo con un sello poderoso, abanderado por nombres que quedaron en la memoria de los argentinos: Okocha, Yekini, Amunike, Oliseh, Amokachi... En Boston los nigerianos cayeron 2-1, en el último partido de Diego Maradona como jugador de la Selección, en la tarde que una enfermera lo tomó de una mano y lo sacó de la cancha con la celeste y blanca... para siempre. Volvieron a perder en 2002, en Ibaraki, Japón, con el solitario gol de Batistuta, en la que fue la única alegría de ese Mundial tristísimo para la Selección comandada por Marcelo Bielsa. En el medio, los africanos se habían quedado con la primera medalla de oro olímpica de su continente, cuando Emmanuel Amunike clavó el 3-2 en el minuto 90 y dejó vestidos de plata a los Passarella’s Boys en Atlanta 96. Pero los últimos antecedentes terminaron con festejos grandes para los argentinos. En el Mundial Sub 20 Holanda 05, el equipo de Messi los venció 2-1 con dos penales de él en la final. Y la revancha olímpica llegó en Beijing 08, cuando Angel Di María rubricó el 1-0 definitivo.
Los nigerianos fueron dos veces campeones de Africa (1980-1994), pero en sus últimos 5 partidos mundialistas apenas sacaron 1 punto y se quedaron afuera de Alemania 06 por haber perdido ante Angola.
En la última Eliminatoria tuvo a un curioso rival: Sudáfrica. Es que los anfitriones de la Copa del Mundo participaron porque esos partidos clasificaban también para la Copa Africana de Naciones. Lo más risueño es que Nigeria los dejó en segundo lugar, fuera de la ronda final. “Mi meta es amalgamar algunos jóvenes jugadores con los de la vieja guardia y parar en la cancha a la Selección Nigeriana más poderosa que se haya visto nunca”, planificó el DT Shaibu Amodu cuando volvió a asumir como entrenador nacional en 2008. Con 20 goles a favor y 5 en contra en 12 partidos, Nigeria fue, junto a Costa de Marfil, uno de los invictos en la Eliminatoria africana. Pero en el césped no se vio la misma superioridad que en los números ni la que el público esperaba. Las Super Aguilas clasificaron sobre la hora. Persiguieron a Túnez durante toda la competencia y en el partido final remontaron dos veces el resultado adverso ante Kenya. Obafemi Martins (recuadro) fue mucho más que el “Man of the match” en la tarde de Nairobi.
Los nigerianos se volvieron demasiado exigentes y, pese al invicto, el DT Amodu fue criticado desde el comienzo de la Eliminatoria. Y en febrero se dio un revival de 2002, ya que entonces el mismo técnico clasificó a la Selección para Japón-Corea, pero lo echaron antes del Mundial, cuando su equipo quedó tercero en la Copa de Africa.
Fieles a su estilo ofensivo, los nigerianos vienen en pleno recambio. Ya no están los defensores Babayaro ni Taribo West, el magistral ‘Jay Jay’ Okocha, ni los punteros Finidi, Babangida o Ikpeba. Sí está el interminable Nwankwo Kanu, quien se repuso a problemas cardíacos y a los 33 años sigue activo en el Portsmouth inglés. Pese a su 1,97 es habilidoso y rápido para la gambeta y arrastra 17 años de experiencia europea. Es suplente, pero el técnico Lagerbäck lo tendrá como un valioso reemplazo.
Nigeria es el país más poblado de Africa, un productor constante de mano de obra barata. A esta realidad no le escapa el fútbol, con el agregado de que sus jugadores, además de baratos, son rendidores: llegan a Europa con una elogiable condición atlética y saben de qué va la cosa. No son ingenuos tácticamente y muchos de ellos tienen un manejo “sudamericano” de la pelota.
Presentará un ataque dinámico y veloz, con dos puntas encarnadas por Martins (Wolfsburgo) y Obinna (Málaga), a las que se les sumará Peter Odemwingie, la figura por talento y dominio de la escena. Los tres pueden improvisar un tridente digno de respeto.
La clave del primer partido estará en el mediocampo, donde Ayila Yussuf (Dinamo Kiev) y Mikel John Obi (Chelsea) tendrán la peor tarea: la contención. Y la defensa deberá aguantar los embates de Messi, Higuaín, Tevez, Milito, Di María o quienes Diego disponga. Joseph Yobo (Everton) y Taye Taiwo (Olympique de Marsella, donde comparte la zaga con Heinze), intentarán imponer su autoridad en el centro de la retaguardia. En los laterales Lagerbäck tiene una disyuntiva: o apela a la experiencia de Nwaneri (Sion) y Shittu (Bolton) que, en realidad, son defensores centrales; o apuesta por la juventud de Chidi Odiah (CSKA Moscú) y Onyekachi Apam (Nice). Habrá que ver los próximos amistosos.
JUVENILES Y NO TANTO
Nigeria tiene un rico historial en torneos juveniles: fue campeón mundial Sub-17 en 1985, 1993 y 2007, y conquistó la presea dorada en Atlanta 96. Pero la edad de las Aguilas Verdes siempre fue un dato por el que nadie pondría las manos en el fuego. En los certámenes juveniles, siempre se los miró con desconfianza: más que “jóvenes águilas” se los llamaba “viejos verdes”. Como suele ocurrir, estas irregularidades saltan junto a una etiqueta de “fracaso” como la que les adosaron en la reciente Copa Africana. Ken Anugweje, ex médico de la selección y ex miembro de la antes llamada Nigeria Football Federation (NFF), prendió el ventilador luego de la caída en semifinales: “Nuestros jugadores son viejos, estamos pagando el precio por mentir tanto sobre las edades de los futbolistas”. En los Juegos Olímpicos Seúl 88, Nigeria ya había sido sancionada por la FIFA por falsear las edades de sus jugadores.
Este tipo de trapisondas no eran (¿son?) exclusivas de los nigerianos, sino moneda corriente al sur del Sahara. Pero cuando antes del Mundial Sub 17 que se realizó en octubre y noviembre pasado, precisamente en Nigeria, la FIFA anunció que realizaría por primera vez el diagnóstico por resonancia magnética de muñeca para determinar con precisión la edad de los jugadores, nada menos que 15 futbolistas de ese país fueron inmediatamente desafectados de la selección. Sospechoso, muuuy sospechoso. Así y todo, los nigerianos fueron subcampeones (cayeron 1-0 ante Suiza en la final). Pero las denuncias siguieron: Adokiye Amiesimaka, ex jugador de la selección y hoy técnico de juveniles, afirmó que Fortune Chukwudi, capitán del Sub 17, tenía por lo menos 25 años durante el último Mundial.
Aunque la Copa del Mundo no tiene restricciones de edad, Argentina podría estar enfrentando a una Nigeria con varios veteranos encubiertos. El diario británico The Guardian insinuó que los futbolistas más conocidos de Nigeria sería mucho mayores de lo que el mundo cree. Como Nwankwo Kanu, quien no tendría los 33 años que declara su pasaporte, sino 42. Antes de que Obafemi Martins pasara al Newcastle, saltaron en Inglaterra los rumores que señalaban que tenía 27 años y no 21. La NFA salió a “aclarar” que todo se debía a un error en su partida de nacimiento: figuraba como llegado a este mundo en 1978, pero en su pasaporte “consta” como nacido en 1984.
El último partido mundialista de Diego fue contra Nigeria. El primer partido mundialista de Maradona como DT será contra Nigeria. Un guiño del destino. La historia continúa.
Lo leí de principio a fin y he aprendido muchísimo, sobre todo en el apartado de Sudáfrica jugando la eliminatoria Mundialista.
ResponderBorrarSaludos.
exteza pero muy buena nota sobre nigeria
ResponderBorrarabrazo