El pasado 5 de agosto comenzó la horrible pesadilla para 33 hombres. Conociendo el final, es inevitable la alegría; atrás quedaron la angustia, la incertidumbre y la pregunta de por qué tanto dolor en un mismo año para el hermano pueblo chileno.
Cuando la desesperanza ya empezaba a codearse con la lógica y la tristeza calaba el alma de las familias de los mineros, uno de los tantos intentos de contacto arrojó desde la entraña de la tierra un mensaje mucho más valioso que el cobre y el oro que estos hombres habían bajado a buscar: "Estamos bien en el refugio los 33", escribieron en rojo los mineros, en un papel de un cuaderno de cuadritos. El presidente de Chile, Sebastián Piñera lo mostró al mundo, soltando la felicidad que el pueblo todo sentía en primera persona.
A Franklin Lobos se le conocía como "Gárgamel" o "el Mortero Mágico", un delantero que muchos recuerdan por sus impecables tiros libres. Además de en el Cobresal, donde fue compañero de Iván Zamorano, jugó en La Serena, Santiago Wanderers (Valparaíso), Regional Atacama (Copiapó) y Deportes Iquique. Anotó 86 goles. "Él era la figura del equipo y yo apenas entraba algunas veces. Me acuerdo de que una característica que nunca volví a ver en otro jugador: en los tiros libres golpeaba la pelota con el tobillo dándole un efecto especial a la pelota", rememora Zamorano, quien en los comienzos de su carrera fue suplente de Lobos.
Una vez concluida sus trayectorias como futbolistas, muchos de los jugadores profesionales chilenos de los '70 y '80 acababan trabajando en las minas, ya que eran las empresas las que financiaban a los equipos de fútbol. Lobos había empezado su labor en la mina San José solamente tres meses antes del fatídico 5 de agosto, cuando quedó atrapado junto a 32 compañeros. Hoy salió junto a 32 hermanos.
El momento tan esperado, el de rencontrarse con su hija y con una pelota de fútbol que lo aguardaba ante la mirada feliz del presidente Sebastián Piñera.
Franklin Lobos (recuadro amarillo) juntos a sus 32 compañeros mineros.
Un mensaje conmovedor
Decenas de figuras públicas de todo el mundo enviaron mensajes de apoyo y solidaridad para los 33 mineros y sus familias, en la interminable vigilia del llamado Campamento Esperanza. Pero hubo uno que particularmente llegó al corazón de Franklin Lobos, la camiseta del Barcelona que le mandó David Villa, uno de los goleadores de la última Copa del Mundo.
"Ánimo mineros!" dice la casaca blaugrana firmada por el Guaje y enviada a través del diario catalán Mundo Deportivo. Carolina Lobos, hija del ex futbolista, y Darwin Contreras, hermano del minero Pedro Contreras, posaron con las camisetas del Barcelona el 9 de septiembre, en el yacimiento San José.
Su relación con los mineros es familiar: Villa es hijo, nieto y bisnieto de mineros, y su padre estuvo involucrado en una tragedia minera de la que pudo sobrevivir.
“Formo parte de la familia de la minería y comparto la angustia de las familias pero todo saldrá bien, verán como sale bien”, expresó Villa en el periódico.
“Querría decirles que estoy con ellos, que todos los que sabemos cómo es la mina estamos con ellos, que todo el mundo les está siguiendo y les apoya, desde todo el mundo”, dijo el futbolista que comparte con Raúl el cartel de máximo goleador de la historia de la selección española.
Excelente Nota, interesante, conmovedora y con final feliz; qué más se puede pedir?
ResponderBorrarGenial Pablo, increiblemente simpre hay una historia relacionada con el futbol. Recuerdo tu artículo asociado al último terremoto que también padeció Chile.Abrazo.
ResponderBorrarQué historia, impresionante. Saludos Pablo!
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