La Unión Soviética era un potencia futbolística a principios de los '60 y además contaba con Lev Yashin, el mejor arquero del mundo, al que apodaban La araña negra.
Contra ellos tuvo que jugar Colombia, en su segundo partido de Chile '62, luego de caer 2-1 en el debut con Uruguay. La empresa parecía imposible, y más cuando el equipo de la sigla CCCP en el pecho se imponía 4-1.
Pero el cuadro colombiano, que vestía por entonces camiseta azul, tuvo un tiro de esquina a los 18 minutos del complemento, y allí empezaría a hacer historia: el disparo de Marcos Coll fue cerradísimo, tanto que sorprendio al legendario portero y se coló en el primer palo.
El mediocampista barranquillero grabó así su nombre por un gol olímpico, el segundo en la historia mundialista. Pero la hazaña no terminó ahí.
Con el ánimo renovado por el golazo de Coll, Colombia alcanzó un increíble empate 4-4.
Cuatro días después se despidió de Chile con una derrota ante Yugoslavia, pero aquella igualdad ante los soviéticos perdura por más de medio siglo.
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