Artículo publicado en ESPN Magazine, en noviembre de 2015
Por PABLO ARO GERALDES
Después del decepcionante arranque de la Selección Argentina en la eliminatoria para la Copa del Mundo Rusia 2018, cabe volver a preguntarse hasta cuándo el entrenador seguirá prescindiendo del extraordinario goleador que es Mauro Icardi.
El delantero rosarino de 22 años nunca jugó profesionalmente en la Argentina: recién había cumplido 8 cuando se instaló en Quilmes y allí, en las divisiones infantiles, lo vio meter goles y más goles Abian Morano, un agente canario que marcó el nuevo rumbo familiar, la isla de Gran Canaria, España. Corría el año 2001 y se incorporó a las divisiones menores de Unión Deportiva Vecindario mientras su padre seguía con su oficio de carnicero y escapaba de la profunda crisis argentina. A los 14 Mauro partió a Barcelona, donde encararía su formación como cadete en La Masía. “Estar solo no fue fácil, me ayudó mucho toda la gente que trabajaba ahí. Porque aparte de lo futbolístico, me apoyaban mucho con la escuela y diariamente para crecer como persona”, recuerda aquel despegue, que fue hace nada más que ocho años.
Toda pasó muy rápido. Sin lugar en el Barça, apareció el interés de la Sampdoria, que estaba en la Serie B, y por “apenas” 400.000 euros partió hacia Génova para su primera incursión en el calcio. Llegó con el salario más bajo del primer equipo, pero entre 2011 y 2013 fue sumando minutos y goles hasta convertirse en el mejor futbolista joven de la Serie A. Los tantos que marcó con la Samp (le hizo tres a Juventus en dos partidos) despertaron el interés de varios clubes grandes de Italia. Hasta que el Inter desembolsó 13 millones de euros para incorporarlo. El precio fue un premio a la visión de los genoveses, que multiplicaron por 32 el dinero invertido, y a la vez una señal de alarma para los responsables de La Masía catalana, por dejar escapar semejante talento.
El Internazionale le dio un contrato por cinco temporadas y la camiseta número 9, proclamándolo heredero de Diego Milito, el compatriota amado por toda la parcialidad interista. El calcio le sumó potencia física a su talento natural: “En Italia crecí mucho futbolísticamente y aprendí un montón. En España no se trabajaba mucho en el aspecto físico, sino más con la pelota. Y cuando vine acá, fue un cambio brutal: apenas llegué me pusieron a correr, cosa que no estaba acostumbrado a hacer, je... Así crecí mucho físicamente, lo que me ayudó para debutar en la Serie A, afianzarme, y poder hacer lo que hice a partir de la Sampdoria”, detalla. Un detalle que fortalece su vínculo con la institución: se mudó a dos cuadras del estadio Giuseppe Meazza y desde su terraza lo ve cada día.
Su paso firme ante las redes tentó a otros colores además de la celeste y blanca. España e Italia quisieron incorporarlo a sus selecciones, pero él se negó. Cuando Cesare Prandelli intentó ponerle la azzurra camino a Brasil 2014, Icardi aclaró: “por el tema del pasaporte, tengo la posibilidad de jugar en cualquiera de las dos selecciones, la argentina o la italiana, pero siempre que yo me siento argentino y deseo jugar para mi país”. El llamado de Alejandro Sabella no se hizo esperar; lo convocó para las dos últimas fechas de la pasada eliminatoria, en reemplazo del lesionado Lionel Messi, y lo hizo debutar en los últimos 10 minutos ante Uruguay, asegurándose así que ya no pueda defender otra camiseta más que la argentina.
Finalmente, no tuvo lugar entre los 23 que fueron a la Copa del Mundo. Pero a partir de entonces empezó una temporada espectacular con el Inter... Espectacular para él, que terminó capocannoniere con 22 junto a Luca Toni, aunque este último jugó dos partidos más. El estreno del nuevo modelo de camiseta lo tuvo como el jugador que más vendió. Esa número 9 empezó a retribuir con goles el apoyo, pero la relación entre el ídolo y la hinchada sufrió una grieta el 1 de febrero pasado: luego de la derrota 3-1 ante el Sassuolo (gol de Icardi), el delantero se insultó cara a cara con los tifosi después de ofrecerle su casaca a la tribuna como pedido de disculpas por la derrota, pero estos, alterados por la mala campaña del equipo, se la devolvieron de mala manera. Icardi se enfureció y se acercó a insultar a los aficionados hasta que el resto de los jugadores del Inter lo sacó del lugar para llevarlo al vestuario.
La temporada 2014/15 fue espectacular para él, porque el Inter terminó octavo y no clasificó a ninguna copa europea. Espectacular porque selló 27 goles sumando las diferentes competiciones y, sobre todo, porque se consolidó como un centrodelantero letal, rápido para decidir, veloz, muy fuerte en el juego aéreo y con una personalidad inquebrantable. Si realmente su sonada relación amorosa con la modelo Wanda Nara, su pelea con su examigo Maxi López (exesposo de Wanda) y su sobre expuesta vida en los medios no interferían en lo futbolístico, Gerardo Martino pudo haberle dado un boleto para la Copa América, pero tampoco lo llamó.
Él lo toma con una sorprendente serenidad y una madurez poco común a los 22 años. Atributos que se suman a su abanico de recursos con la pelota y que lo llevaron a portar el brazalete de capitán del Inter, el más joven de los últimos 50 años. Claro, en el calcio es toda una tradición que para elevarse al grado de capitano hay que tener sobre el plantel una ascendencia que comúnmente viene de la mano de la veteranía. Evidentemente el entrenador Roberto Mancini supo apreciar sus cualidades sin que interfiriera el ruido mediático.
En el último derby contra el Milan, Mauro lució una cinta que llevó el nombre del argentino récord del fútbol italiano: Javier Zanetti, quien jugó 849 partidos con la camiseta nerazzurra. También, con 614 partidos es el argentino con más juegos en la Serie A y el segundo de la historia del calcio, detrás del prócer Paolo Maldini. Después del triunfo interista Icardi le obsequió ese brazalete al Pupi.
Si Gonzalo Higuaín merma su nivel, a la selección le faltará un delantero de área, un 9, y ante la escasez del puesto ya es muy difícil mirar para otro lado sin que llegue la chance para Mauro Icardi. Antes de la Copa América, Martino dejó un mensaje confuso respecto a él: “Reconozco que no es de mi agrado su exposición mediática, aunque lo extrafutbolístico, igual, no es impedimento para convocarlo. Hay momentos en los que a un futbolista muy famoso le resulta complejo escaparle a esa parte, pero salvo excepciones puntuales, soy de los que piensan que el jugador debe ser noticia por lo que hace dentro del campo”. Entonces, ¿lo llamará?
LA CARRERA DE MAURO ICARDI
Nombre completo: Mauro Emanuel Icardi Rivero
Nació el 19 de febrero de 1993, en Rosario, Argentina.
Posición: centrodelantero.
Trayectoria: Sampdoria (2011/13), Internazionale (desde 2013).
Selección Argentina: 1 partido - 0 gol.
Títulos: -
Distinciones: Capocannoniere de la Serie A 2015 (Internazionale)
En pareja con la modelo Wanda Nara, este año tuvo a Francesca, su primera hija.
Después del decepcionante arranque de la Selección Argentina en la eliminatoria para la Copa del Mundo Rusia 2018, cabe volver a preguntarse hasta cuándo el entrenador seguirá prescindiendo del extraordinario goleador que es Mauro Icardi.
El delantero rosarino de 22 años nunca jugó profesionalmente en la Argentina: recién había cumplido 8 cuando se instaló en Quilmes y allí, en las divisiones infantiles, lo vio meter goles y más goles Abian Morano, un agente canario que marcó el nuevo rumbo familiar, la isla de Gran Canaria, España. Corría el año 2001 y se incorporó a las divisiones menores de Unión Deportiva Vecindario mientras su padre seguía con su oficio de carnicero y escapaba de la profunda crisis argentina. A los 14 Mauro partió a Barcelona, donde encararía su formación como cadete en La Masía. “Estar solo no fue fácil, me ayudó mucho toda la gente que trabajaba ahí. Porque aparte de lo futbolístico, me apoyaban mucho con la escuela y diariamente para crecer como persona”, recuerda aquel despegue, que fue hace nada más que ocho años.
Toda pasó muy rápido. Sin lugar en el Barça, apareció el interés de la Sampdoria, que estaba en la Serie B, y por “apenas” 400.000 euros partió hacia Génova para su primera incursión en el calcio. Llegó con el salario más bajo del primer equipo, pero entre 2011 y 2013 fue sumando minutos y goles hasta convertirse en el mejor futbolista joven de la Serie A. Los tantos que marcó con la Samp (le hizo tres a Juventus en dos partidos) despertaron el interés de varios clubes grandes de Italia. Hasta que el Inter desembolsó 13 millones de euros para incorporarlo. El precio fue un premio a la visión de los genoveses, que multiplicaron por 32 el dinero invertido, y a la vez una señal de alarma para los responsables de La Masía catalana, por dejar escapar semejante talento.
El Internazionale le dio un contrato por cinco temporadas y la camiseta número 9, proclamándolo heredero de Diego Milito, el compatriota amado por toda la parcialidad interista. El calcio le sumó potencia física a su talento natural: “En Italia crecí mucho futbolísticamente y aprendí un montón. En España no se trabajaba mucho en el aspecto físico, sino más con la pelota. Y cuando vine acá, fue un cambio brutal: apenas llegué me pusieron a correr, cosa que no estaba acostumbrado a hacer, je... Así crecí mucho físicamente, lo que me ayudó para debutar en la Serie A, afianzarme, y poder hacer lo que hice a partir de la Sampdoria”, detalla. Un detalle que fortalece su vínculo con la institución: se mudó a dos cuadras del estadio Giuseppe Meazza y desde su terraza lo ve cada día.
Su paso firme ante las redes tentó a otros colores además de la celeste y blanca. España e Italia quisieron incorporarlo a sus selecciones, pero él se negó. Cuando Cesare Prandelli intentó ponerle la azzurra camino a Brasil 2014, Icardi aclaró: “por el tema del pasaporte, tengo la posibilidad de jugar en cualquiera de las dos selecciones, la argentina o la italiana, pero siempre que yo me siento argentino y deseo jugar para mi país”. El llamado de Alejandro Sabella no se hizo esperar; lo convocó para las dos últimas fechas de la pasada eliminatoria, en reemplazo del lesionado Lionel Messi, y lo hizo debutar en los últimos 10 minutos ante Uruguay, asegurándose así que ya no pueda defender otra camiseta más que la argentina.
Finalmente, no tuvo lugar entre los 23 que fueron a la Copa del Mundo. Pero a partir de entonces empezó una temporada espectacular con el Inter... Espectacular para él, que terminó capocannoniere con 22 junto a Luca Toni, aunque este último jugó dos partidos más. El estreno del nuevo modelo de camiseta lo tuvo como el jugador que más vendió. Esa número 9 empezó a retribuir con goles el apoyo, pero la relación entre el ídolo y la hinchada sufrió una grieta el 1 de febrero pasado: luego de la derrota 3-1 ante el Sassuolo (gol de Icardi), el delantero se insultó cara a cara con los tifosi después de ofrecerle su casaca a la tribuna como pedido de disculpas por la derrota, pero estos, alterados por la mala campaña del equipo, se la devolvieron de mala manera. Icardi se enfureció y se acercó a insultar a los aficionados hasta que el resto de los jugadores del Inter lo sacó del lugar para llevarlo al vestuario.
La temporada 2014/15 fue espectacular para él, porque el Inter terminó octavo y no clasificó a ninguna copa europea. Espectacular porque selló 27 goles sumando las diferentes competiciones y, sobre todo, porque se consolidó como un centrodelantero letal, rápido para decidir, veloz, muy fuerte en el juego aéreo y con una personalidad inquebrantable. Si realmente su sonada relación amorosa con la modelo Wanda Nara, su pelea con su examigo Maxi López (exesposo de Wanda) y su sobre expuesta vida en los medios no interferían en lo futbolístico, Gerardo Martino pudo haberle dado un boleto para la Copa América, pero tampoco lo llamó.
Él lo toma con una sorprendente serenidad y una madurez poco común a los 22 años. Atributos que se suman a su abanico de recursos con la pelota y que lo llevaron a portar el brazalete de capitán del Inter, el más joven de los últimos 50 años. Claro, en el calcio es toda una tradición que para elevarse al grado de capitano hay que tener sobre el plantel una ascendencia que comúnmente viene de la mano de la veteranía. Evidentemente el entrenador Roberto Mancini supo apreciar sus cualidades sin que interfiriera el ruido mediático.
En el último derby contra el Milan, Mauro lució una cinta que llevó el nombre del argentino récord del fútbol italiano: Javier Zanetti, quien jugó 849 partidos con la camiseta nerazzurra. También, con 614 partidos es el argentino con más juegos en la Serie A y el segundo de la historia del calcio, detrás del prócer Paolo Maldini. Después del triunfo interista Icardi le obsequió ese brazalete al Pupi.
Si Gonzalo Higuaín merma su nivel, a la selección le faltará un delantero de área, un 9, y ante la escasez del puesto ya es muy difícil mirar para otro lado sin que llegue la chance para Mauro Icardi. Antes de la Copa América, Martino dejó un mensaje confuso respecto a él: “Reconozco que no es de mi agrado su exposición mediática, aunque lo extrafutbolístico, igual, no es impedimento para convocarlo. Hay momentos en los que a un futbolista muy famoso le resulta complejo escaparle a esa parte, pero salvo excepciones puntuales, soy de los que piensan que el jugador debe ser noticia por lo que hace dentro del campo”. Entonces, ¿lo llamará?
LA CARRERA DE MAURO ICARDI
Nombre completo: Mauro Emanuel Icardi Rivero
Nació el 19 de febrero de 1993, en Rosario, Argentina.
Posición: centrodelantero.
Trayectoria: Sampdoria (2011/13), Internazionale (desde 2013).
Selección Argentina: 1 partido - 0 gol.
Títulos: -
Distinciones: Capocannoniere de la Serie A 2015 (Internazionale)
En pareja con la modelo Wanda Nara, este año tuvo a Francesca, su primera hija.
La crisis económica de la Argentina -hace 15 años- permitió que alumbrara el goleador letal del fútbol en Italia. Mauro lleva 161 partidos en ligas mayores de Europa, con 79 goles, la mayoría en Serie A italiana, más 24 asistencias. Un promedio de 0.51 gol por partido.
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