La inmensa popularidad de la Copa Libertadores tuvo curiosos momentos en los que las tribunas lucieron casi vacías. El sábado 8 de agosto de 1981 se dio uno de los casos más notables, en el clásico paraguayo: Olimpia y Cerro Porteño ya no tenían posibilidades de acceder a semifinales y jugaron en el estadio Defensores del Chaco prácticamente desierto.
Solamente se vendieron 539 boletos aquella tarde, un hecho excepcional, que nunca volvió a repetirse. Esa escasa concurrencia fue testigo de la victoria 3-0 del
Ciclón de Barrio Obrero.
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Cerro Porteño 1981 |
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Olimpia 1981 |
Sin embargo, esta baja asistencia registra un antecedente para destacar, ya que se trata de los dos equipos argentinos con más seguidores: como en su estadio Monumental se estaban realizando tareas de remodelación con vistas a la Copa Mundial de 1978, el 18 de mayo de 1977 River Plate recibió a Boca Juniors en la cancha de Huracán. Era el cierre del Grupo 1 y Boca ya tenía su pase a semifinales mientras River ya estaba eliminado, por lo que el derby concitó poco interés en los aficionados: “apenas” unos 5 mil espectadores presenciaron el empate sin goles. En medio de la fría noche de Buenos Aires parecían todavía menos.
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La reducida hinchada de River para un Superclásico devaluado. |
A lo largo de medio siglo, se dieron otros partidos en los que ya no había nada en juego y no movilizaron al gran público, pero nunca con equipos de tanto arraigo popular como los grandes de Paraguay y Argentina.
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