Texto del libro Un siglo de Copa América
Aquel Sudamericano de disputó integramente de noche. Para el debut contra Perú en el Gasómetro de Boedo, a la hora del comienzo el árbitro chileno Alfredo Vargas se encontró con un imprevisto: ambas selecciones vestían de blanco (los peruanos con una franja roja). Así jugaron los primeros 45 minutos, ante el descontento del público y la confusión de los propios protagonistas En una solución de emergencia, los peruanos aceptaron un juego de casacas de San Lorenzo de Almagro para jugar el complemento. Brasil ganó 3-2.
Siete días después, el 3 de enero, debían enfrentar a Chile, que también usaba camiseta blanca. Sabedores de antemano de las dificultades visuales que un partido nocturno le sumaba a dos equipos con la misma casaca, y como era el único encuentro de esta edición pautado en la vieja cancha de Boca Juniors, para congraciarse con el público local aceptaron el ofrecimiento de lucir la histórica azul y oro. Les trajo suerte: aquella noche vencieron 6-4.
Brasil formó con Jurandir - Nariz, Jaú - Tunga, Brandão, Canalli (ST Afonsinho) - Roberto, Luizinho, Carvalho Leite (ST Niginho), Tim y Patesko.
Los goles "boquenses" los marcaron 1:0 Patesko (2' y 26'), Carvalho Leite (6'), Luizinho (30' y 35') y Roberto (68').
Brasil formó con Jurandir - Nariz, Jaú - Tunga, Brandão, Canalli (ST Afonsinho) - Roberto, Luizinho, Carvalho Leite (ST Niginho), Tim y Patesko.
Los goles "boquenses" los marcaron 1:0 Patesko (2' y 26'), Carvalho Leite (6'), Luizinho (30' y 35') y Roberto (68').
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