Por PABLO ARO GERALDES
En 1930 Pedro Cea y Lorenzo Fernández fueron campeones del mundo con Uruguay; varias fuentes aseguraron siempre que habían nacido en Galicia, España, pero no existe documentación fehaciente que lo corrobore.
A partir de entonces, 17 fueron los futbolistas que levantaron el máximo trofeo vistiendo una camiseta diferente a la de su país natal.
En 1934 Italia tuvo entre sus filas a Felice Borel, nacido en Francia, al brasileño Anfilogino Guarisi y a los argentinos Atilio Demaría, Enrique Guaita, Luis Monti y Raimundo Orsi.
En 1938 Italia repitió el título con la presencia en sus filas del uruguayo Miguel Andreolo. En 1950 la historia fue al revés: Uruguay fue campeón mundial con Ernesto Vidal, nacido en Istria, que por entonces pertenecía a Italia y hoy es parte de Croacia.
En 1954, Alemania Federal vivía su resurrección después de la Segunda Guerra Mundial y la Nationalmannschaft contó con Jupp Posipal, nacido en Rumania en el seno de una familia germana.
En los años '70 la FIFA fue haciendo cada vez más rígida la reglamentación para que un futbolista represente a un país diferente al de su tierra natal. Los cambios de colores dejaron de multiplicarse.
Ya en 2014, Lukas Podolski y Miroslav Klose, dos históricos delanteros de Alemania fueron campeones en Brasil: ambos son nacidos en Polonia.
Por último, en Rusia 2018, Francia volvió a contar en su plantel con dos futbolistas nacidos en África: el arquero Steve Mandanda, de la República Democrática del Congo, y Samuel Umtiti, de Camerún.
En 1930 Pedro Cea y Lorenzo Fernández fueron campeones del mundo con Uruguay; varias fuentes aseguraron siempre que habían nacido en Galicia, España, pero no existe documentación fehaciente que lo corrobore.
A partir de entonces, 17 fueron los futbolistas que levantaron el máximo trofeo vistiendo una camiseta diferente a la de su país natal.
En 1934 Italia tuvo entre sus filas a Felice Borel, nacido en Francia, al brasileño Anfilogino Guarisi y a los argentinos Atilio Demaría, Enrique Guaita, Luis Monti y Raimundo Orsi.
En 1938 Italia repitió el título con la presencia en sus filas del uruguayo Miguel Andreolo. En 1950 la historia fue al revés: Uruguay fue campeón mundial con Ernesto Vidal, nacido en Istria, que por entonces pertenecía a Italia y hoy es parte de Croacia.
En 1954, Alemania Federal vivía su resurrección después de la Segunda Guerra Mundial y la Nationalmannschaft contó con Jupp Posipal, nacido en Rumania en el seno de una familia germana.
En los años '70 la FIFA fue haciendo cada vez más rígida la reglamentación para que un futbolista represente a un país diferente al de su tierra natal. Los cambios de colores dejaron de multiplicarse.
Hubo que esperar a 1998 para más casos: la multiétnica selección francesa alzó la Copa en París con Marcel Desailly, nacido en Ghana, y Patrick Vieira, oriundo de Senegal.
En 2006 el argentino Mauro Camoranesi celebró con Italia, plantel en el que también estaba Simone Perrotta, nacido en Inglaterra.
Podolski y Klose, campeones en 2014 |
Por último, en Rusia 2018, Francia volvió a contar en su plantel con dos futbolistas nacidos en África: el arquero Steve Mandanda, de la República Democrática del Congo, y Samuel Umtiti, de Camerún.
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