Por PABLO ARO GERALDES
El goleador del Villarreal español analiza la ausencia de Uruguay en el Mundial de Alemania y la extraordinaria campaña de su pequeño equipo, que llegó hasta las semifinales de la Champions League.
–Elegí un color para empezar: ¿amarillo o celeste?
–Celeste.
Pese al gran momento que atraviesa en el Villarreal español, el centrodelantero no se aparta de su origen. Vibró con la aventura europea del “Submarino Amarillo” pero no deja de tener en mente la camiseta de la selección.
–¿Ya te pusiste a pensar cómo será la próxima selección uruguaya?
–No tuve la oportunidad. Las noticias que llegan a España no son muchas. Sabemos que comienza la etapa de Tabárez pero no más.
–¿Ya tuviste contacto con él?
–Todavía no. Pero me parece un buen técnico, lo respeto. Esperemos que este ciclo salga bien, porque todos teníamos ganas de empezar de nuevo para cambiar esta imagen y ponernos a pensar en el próximo Mundial. Tengo fe: Uruguay se tiene que levantar.
–¿Qué es lo que se deterioró del fútbol uruguayo en los últimos tiempos?
–No es solamente la imagen. Futbolísticamente, el nivel no ha levantado. Pasa en otros países de Sudamérica también, que caen en lo futbolístico y no por falta de jugadores. Es difícil explicar la razón, porque hay países que no tienen tantos buenos jugadores pero sí crecen; a nosotros nos cuesta mucho más.
–Hay dos equipos con los que a Brasil, el gran cuco del mundo, le molesta jugar: Argentina y Uruguay.
–Sí, porque nos conocemos, vivimos el fútbol de modo parecido. Y son clásicos, y en los clásicos por más que uno sea mucho mejor que el otro, el favoritismo se diluye. Cuando se juntan estas camisetas, las distancias se acortan, seguro.
–De cara al Mundial, ¿te parece el rival invencible?
–Por supuesto que no, lo demuestran los resultados, la historia y las Eliminatorias. Yo lo veo como uno de los grandes candidatos. Si ellos hicieran un Mundial manteniendo el nivel del año pasado, están un escalón arriba de todos los demás. Pero en una cancha, si jugás al cien por cien, nadie tiene el privilegio de ganar fácil. Ni siquiera Brasil. Eso sí: en un torneo con muchos partidos es más complicado dejarlos afuera, pero a un partido no es imposible. Se dio y se volverá a dar.
–¿Quiénes podrán complicar a los brasileños en el Mundial?
–Atrás vienen selecciones como la argentina, la inglesa, la francesa… Ellos están en el pelotón de arriba también. Pero eso no quiere decir que vayan y se puedan llevar la Copa con la camiseta. Bueno, eso es lo lindo del fútbol: que puede pasar cualquier cosa.
–Más allá del dolor de la eliminación, ¿hubo replanteos en el plantel uruguayo? ¿Qué cosas hay que cambiar?
–Mira… Esa pregunta es más para los dirigentes que para los futbolistas. Si hubiera dirigido el mismo entrenador en toda la eliminatoria… no sé… Y en mi caso, me tocó estar en los últimos partidos, nada más…
–¿Dónde se deben buscar las culpas?
–Es general. Nosotros también las tenemos, somos los que ganamos y perdemos. Obviamente que, de afuera, las cosas pueden ayudar un poco más, pero no hay que echar culpas, una gran parte la tenemos nosotros.
–¿El roce europeo, el dinero, quitan el hambre de gloria?
–No, ponerme la camiseta de Uruguay es lo más grande que hay. Detrás de la Celeste se moviliza todo el país, es algo que nos une a todos los uruguayos.
–¿Dónde verás el Mundial?
–Todavía no lo sé, pero no iré a Alemania, seguro. Será en Uruguay o en la Argentina.
–Como uruguayo común, ¿qué es lo que más duele de la eliminación?
–Quedarte afuera es feo, es horrible. Más que yo ya jugué el Mundial pasado, sé lo que se siente al estar ahí.
–¿Y verlo por TV remueve el dolor?
–Claro, queda eso latente y ahora que se acerca el Mundial es cuando uno revive todo. Hasta ahora uno va pensando en el campeonato omo algo lejano, pero a medida que van pasando los días cada vez hay más programas revistas especiales, y es cuando a uno le va pesando más la ausencia.
–Aparte de los favoritos que señalabas, ¿hincharás por alguno?
–Sí, por Argentina. Tengo muchos amigos compañeros de Villarreal, ex compañeros de Independiente… y tengo mucho cariño por ese país. Al no estar nosotros será el equipo en el que pondré mi corazón.
–¿Podrías llegar a hinchar por Brasil?
–… Sí… También tengo amigos allí, pero Argentina primero, la prefiero.
–Tirás abajo la histórica rivalidad rioplatense…
–Je je, puede ser, pero la rivalidad últimamente se parece mucho a una amistad. Ojalá se mantenga. Porque tenemos muy buena relación, somos muy parecidos.
–¿Tiene que ver la cantidad de argentinos que hay en Villarreal?
–Podría ser. Por suerte hoy en día esa rivalidad rioplatense no es como antes, tenemos buena relación. Eso sí, cuando nos toca jugar contra Argentina se acaba la amistad, je je.
–¿Qué jugadores se destacarán en la Copa del Mundo?
–Lionel Messi y Wayne Rooney, dos jóvenes en los que hay grandes expectativas.
–¿Y a quién ves como goleador?
–Un grande es David Trezeguet, otro artillero que me gusta es Ronaldo, no descubro nada. También Crespo, Henry, Shevchenko…
El diálogo cambia de tema. Del celeste pasa al amarillo, el color de sorprendente Villarreal, honorable semifinalista de la Champions League.
–Siempre fuiste un escalón para arriba: Peñarol, Independiente, Manchester United. El Villarreal parecía un descenso cuando llegaste.
–Sí, es verdad, porque a nivel de equipo es muy diferente al Manchester. En lo deportivo, como club, podría parecer un descenso, pero en lo económico no. Fue pasar a un equipo chico, pero no un paso atrás. Además, haber terminado goleador de la Liga y recibir el botín de oro europeo es un motivo de orgullo…
–¿La Premier League te quedó como una deuda pendiente?
–No. En España estoy muy feliz…
–¿Y cuál sería el próximo escalón?
–No, no pienso en lo que puede venir. Disfruto cada momento acá en Villarreal.
–¿Qué viene después de la Liga y la Champions League?
–Vacaciones, despejar la cabeza y después ponerme a punto físicamente otra vez…
Los nombres de los rivales podían asustar a los hinchas de la pequeña Villarreal, una ciudad de sólo 40.000 habitantes en la Comunidad Valenciana. Real Madrid y sus “Galácticos”, Barcelona con Ronaldinho y compañía, el propio Valencia, tan grande y tan cercano que intimida… Pero como sucede desde que arribó a Primera, el conjunto amarillo no hizo más que asimilar aprendizaje y crecer. Con la dirección técnica del chileno Manuel Pellegrini y un plantel con gran presencia rioplatense, el equipo fue escalando paso a paso, en gran medida con los goles del rubio montevideano, que formó una sociedad fantástica con Juan Román Riquelme y destrozó los records locales: hasta su llegada, el máximo goleador del club en una temporada había sido Víctor Fernández, quien dos veces llegó a 14 tantos. En el torneo anterior, Forlán metió 25.
–Tenés contrato en Villarreal hasta 2009. ¿Eso te da tranquilidad o te ata?
–Ante todo, me da la posibilidad de jugar muchos minutos. Cuando llegué a Manchester compraron a Van Nistelrooy, un monstruo, y me quedé casi sin lugar. Por eso acá es clave la oportunidad que tengo. Vine a España para volver a jugar al fútbol y disfrutar. Es increíble todo lo que conseguí.
–Ya devolviste esa oportunidad que te dieron con un Pichichi y un histórico pase a semifinales de la Champions...
–Sí, por suerte. Villarreal es uno de los clubes emergentes del fútbol europeo y uno de los más sólidos del campeonato español.
Forlán no respetó tradiciones ni rivales: se ganó el título de “Pichichi” al máximo goleador de la Liga 2004/05 y alcanzó la misma cifra que el francés Thierry Henry (Arsenal, Inglaterra) como mayor cañonero de toda Europa. El Botín de Oro tuvo que repartirse.
–¿Es más difícil hacer goles en Villarreal que en Arsenal?
–Y, si lo miramos así, mi botín de oro vale más que el de Henry, je je... Igual, no es nada fácil hacer 25 goles en la Premier League.
–¿Cómo te sentís viviendo en Villarreal?
–Muy bien. Es un lugar hermoso, con buen clima y gente tranquila. Acá no son tan futboleros como en Uruguay, donde se vuelven locos hasta por los equipos más chicos, lo que para nosotros es natural. En España vibran con el Barcelona, el Madrid, pero no es lo mismo con los más modestos.
–Lo viven con otra intensidad…
–En Uruguay, lo recuerdo desde botija, no hay otro juego que el fútbol. No hay nada más fácil para entretener a los niños en un cumpleaños: ponés dos arcos, una pelota y a jugar… Lo mismo en la escuela: recreo y fútbol son lo mismo. Aquí en España me sorprende una frase: “Perdóneme, pero es que yo de fútbol no entiendo”. En Uruguay si aparece un tipo y dice eso, lo miramos raro. Y en España eso es algo que ocurre bastante.
–¿Cumplidos con la semi de la Champions?
–Para la gente hemos cumplido, nadie puede reprocharnos nada. Pero el hambre de campeón estaba… Cuando más cerca estás, más querés. Jugamos contra la historia y el prestigio de los más grandes de Europa. Eliminamos al Inter y caímos con lo justo ante el Arsenal, que es grande-grande.
–¿Tiene algún secreto este Villarreal?
–Sí, es verdad, porque a nivel de equipo es muy diferente al Manchester. En lo deportivo, como club, podría parecer un descenso, pero en lo económico no. Fue pasar a un equipo chico, pero no un paso atrás. Además, haber terminado goleador de la Liga y recibir el botín de oro europeo es un motivo de orgullo…
–¿La Premier League te quedó como una deuda pendiente?
–No. En España estoy muy feliz…
–¿Y cuál sería el próximo escalón?
–No, no pienso en lo que puede venir. Disfruto cada momento acá en Villarreal.
–¿Qué viene después de la Liga y la Champions League?
–Vacaciones, despejar la cabeza y después ponerme a punto físicamente otra vez…
Los nombres de los rivales podían asustar a los hinchas de la pequeña Villarreal, una ciudad de sólo 40.000 habitantes en la Comunidad Valenciana. Real Madrid y sus “Galácticos”, Barcelona con Ronaldinho y compañía, el propio Valencia, tan grande y tan cercano que intimida… Pero como sucede desde que arribó a Primera, el conjunto amarillo no hizo más que asimilar aprendizaje y crecer. Con la dirección técnica del chileno Manuel Pellegrini y un plantel con gran presencia rioplatense, el equipo fue escalando paso a paso, en gran medida con los goles del rubio montevideano, que formó una sociedad fantástica con Juan Román Riquelme y destrozó los records locales: hasta su llegada, el máximo goleador del club en una temporada había sido Víctor Fernández, quien dos veces llegó a 14 tantos. En el torneo anterior, Forlán metió 25.
–Tenés contrato en Villarreal hasta 2009. ¿Eso te da tranquilidad o te ata?
–Ante todo, me da la posibilidad de jugar muchos minutos. Cuando llegué a Manchester compraron a Van Nistelrooy, un monstruo, y me quedé casi sin lugar. Por eso acá es clave la oportunidad que tengo. Vine a España para volver a jugar al fútbol y disfrutar. Es increíble todo lo que conseguí.
–Ya devolviste esa oportunidad que te dieron con un Pichichi y un histórico pase a semifinales de la Champions...
–Sí, por suerte. Villarreal es uno de los clubes emergentes del fútbol europeo y uno de los más sólidos del campeonato español.
Forlán no respetó tradiciones ni rivales: se ganó el título de “Pichichi” al máximo goleador de la Liga 2004/05 y alcanzó la misma cifra que el francés Thierry Henry (Arsenal, Inglaterra) como mayor cañonero de toda Europa. El Botín de Oro tuvo que repartirse.
–¿Es más difícil hacer goles en Villarreal que en Arsenal?
–Y, si lo miramos así, mi botín de oro vale más que el de Henry, je je... Igual, no es nada fácil hacer 25 goles en la Premier League.
–¿Cómo te sentís viviendo en Villarreal?
–Muy bien. Es un lugar hermoso, con buen clima y gente tranquila. Acá no son tan futboleros como en Uruguay, donde se vuelven locos hasta por los equipos más chicos, lo que para nosotros es natural. En España vibran con el Barcelona, el Madrid, pero no es lo mismo con los más modestos.
–Lo viven con otra intensidad…
–En Uruguay, lo recuerdo desde botija, no hay otro juego que el fútbol. No hay nada más fácil para entretener a los niños en un cumpleaños: ponés dos arcos, una pelota y a jugar… Lo mismo en la escuela: recreo y fútbol son lo mismo. Aquí en España me sorprende una frase: “Perdóneme, pero es que yo de fútbol no entiendo”. En Uruguay si aparece un tipo y dice eso, lo miramos raro. Y en España eso es algo que ocurre bastante.
–¿Cumplidos con la semi de la Champions?
–Para la gente hemos cumplido, nadie puede reprocharnos nada. Pero el hambre de campeón estaba… Cuando más cerca estás, más querés. Jugamos contra la historia y el prestigio de los más grandes de Europa. Eliminamos al Inter y caímos con lo justo ante el Arsenal, que es grande-grande.
–¿Tiene algún secreto este Villarreal?
–Trabajamos tranquilos y con humildad. Este es un club que siempre va a más. El hecho de tener buenos jugadores es importante, y aquí contamos con un buen grupo y un buen cuerpo técnico. Además, desde los directivos hasta los futbolistas, hay una comunicación fluida entre todos; eso también es decisivo.