Editorial de la revista Fox Sports publicado en marzo de 2007.
Por PABLO ARO GERALDES
"El fracaso del Real Madrid es una buena noticia para el fútbol”, le dijo a FOX SPORTS el entrenador Ángel Cappa, mientras el Barcelona festejaba su último título de Liga, sumado al de la Champions League.
El DT argentino, quien acompañó a Jorge Valdano mientras éste condujo al plantel merengue, a mediados de los años ‘90, tiene muy claros cuáles son los males que sufre el club, uno de los más grandes del mundo: “El fútbol antes era de los jugadores, después pasó a ser de los entrenadores y ahora es de los presidentes”. Aquí está el punto central de cuatro años sin festejos de magnitud: el fútbol de mercado termina conspirando contra el espectáculo.
Luego de la última Liga Española ganada (2002/03), llegó a Real Madrid el inglés David Beckham, para sumarse a la estrella de Ronaldo. Claro que el equipo blanco ya tenía en sus filas al portugués Luis Figo... ¿Para qué quería comprar a Beckham? La respuesta la dieron los millones de euros que sumó su presencia: camisetas oficiales, giras por el continente asiático, televisación y, sobre todo, los tan mentados “derechos de imagen”. Si Beckham bebía tal refresco, hablaba por tal celular, se rasuraba con tal afeitadora o vestía tal marca de ropa, el Real Madrid cobraba un porcentaje de la publicidad. Que quede claro: no se trata de estar en contra de los negocios, el error (y el club lo está pagando) es supeditar lo futbolístico a lo económico.
Allí quedará para la historia ese tremendo grupo de futbolistas al que todos llamaron rápidamente “Los Galácticos” y que nunca terminaron de conformar un equipo. Allí estuvo el gran fracaso.
Ahora empezó la diáspora. A sus 30 años, Ronaldo se marchó al Milan para demostrar por qué es el máximo goleador de la historia de los Mundiales. Por el otro lado, Beckham se incorporará a Los Angeles Galaxy, lejos de las altas exigencias europeas pero en plena tierra del marketing, donde la cercanía de Hollywood impregna el aire de olor a dólares. Contrastes: el brasileño se fue porque ya no es más negocio para el Madrid; el inglés se fue porque su partida fue un negocio monumental.
Desafortunada la imagen de Los Galácticos. “Fama” no es lo mismo que “prestigio”, contratar súper individualidades no siempre es el mejor camino para erigir un equipo sólido y ganador. Los dirigentes buscan un rédito rápido y la historia demuestra que los grandes equipos no se construyeron nunca en menos de un año. Por el bien del fútbol sería bueno que la lección que dejaron los madridistas sea recogida por el resto de los dirigentes.
Miguel Ángel Cappa, es uno más de los personajes que piensan que solo estrellas no, y es así, hoy en día el Madrid no hace mayor cosa, no se encuentra, y está mal, muy mal....
ResponderBorrarSaludos!...
Finalmente, el Madrid se ha despojado de algunas estrellas y ha encontrado un camino un poco más feliz, ganando al menos la Liga en la temporada 2006/2007. Parece evidente que una superfigura de perfil bajo, como Ruud van Nistelrooy, es más útil que una superfigura de perfil alto, como David Beckham. Aunque el problema, claro, es que el fútbol no tiene certezas. Quizá algún día alguien retome la idea de los Galácticos, tenga éxito y el planeta aplauda... Las únicas certezas futbolísticas se escriben en pasado, y una de ellas fue que deportivamente Los Galácticos del Real Madrid, en definitiva, no funcionaron.
ResponderBorrarBuen artículo para continuar el debate.