El tema es muy confuso. ¿Qué record batió Palermo? ¿El de Francisco Varallo? Si vamos con los goles de Primera, entonces ya lo pasó, pero sumando goles de Boca Juniors y Estudiantes. Entonces, el record que habría que perseguir no serían los 181 goles de Varallo sino los inalcanzables 293 del paraguayo Arsenio Erico, el máximo artillero del fútbol argentino.
Si se toman solamente los 179 que hizo con la camiseta xeneize (149 en torneos locales y 30 en internacionales), Palermo corre con la ventaja de los torneos internacionales que no se disputaban en los años ‘30. No es su culpa, vale. Pero si se le cuentan los goles en copas continentales e intercontinentales, también deberían computársele a Varallo otros 14: cinco en la Copa Beccar Varela; ocho en la Copa Competencia y uno en la Copa Escobar, oficiales. Con ellos, la cuenta de Varallo llega a 195.
Pero todo sigue siendo retorcido, porque se habla de “el record de Varallo” y deberían decir “la marca de Varallo”, porque no fue él el máximo cañonero de la historia azul y amarilla sino Roberto Cherro, aquel ‘Cabecita de Oro’ que sumó 220. Ah, ¿que los hizo durante el amateurismo? ¿Esa etapa no se cuenta? ¿Por qué? OK, si el fútbol argentino empezó en 1931, Alumni nunca existió, ni tampoco el Racing de La Academia ni el gol olímpico de Cesáreo Onzari.
La división entre amateurismo y profesionalismo es absurda. ¿Por qué tanta desesperación por un record que Palermo no necesita? Ya está instalado, para siempre, en el corazón de los hinchas de Boca.
Si se toman solamente los 179 que hizo con la camiseta xeneize (149 en torneos locales y 30 en internacionales), Palermo corre con la ventaja de los torneos internacionales que no se disputaban en los años ‘30. No es su culpa, vale. Pero si se le cuentan los goles en copas continentales e intercontinentales, también deberían computársele a Varallo otros 14: cinco en la Copa Beccar Varela; ocho en la Copa Competencia y uno en la Copa Escobar, oficiales. Con ellos, la cuenta de Varallo llega a 195.
Pero todo sigue siendo retorcido, porque se habla de “el record de Varallo” y deberían decir “la marca de Varallo”, porque no fue él el máximo cañonero de la historia azul y amarilla sino Roberto Cherro, aquel ‘Cabecita de Oro’ que sumó 220. Ah, ¿que los hizo durante el amateurismo? ¿Esa etapa no se cuenta? ¿Por qué? OK, si el fútbol argentino empezó en 1931, Alumni nunca existió, ni tampoco el Racing de La Academia ni el gol olímpico de Cesáreo Onzari.
La división entre amateurismo y profesionalismo es absurda. ¿Por qué tanta desesperación por un record que Palermo no necesita? Ya está instalado, para siempre, en el corazón de los hinchas de Boca.
Intereses comerciales, mediáticos, publicitarios... Hace rato que Martín Palermo está más allá de todo ese circo, aunque él sea el protagonista mayor. Hizo goles en todos los campeonatos, de todo tipo de jugadas y con todas las partes de su cuerpo. Discutirlo es ridículo, o de necios. Por eso me empeño en resaltar su figura, más allá de records y títulos. La idea es seguir viéndolo como el enorme goleador que es, pero sobre todo como un constante provocador de alegrías que ya demostró que puede reponerse a cualquier adversidad.