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miércoles, 14 de septiembre de 2011

Entrevista a Horacio Elizondo

Publicado en FIFA Magazine, en 2008.
Por PABLO ARO GERALDES

“Horacio, Zidane le ha pegado un terrible cabezazo en el pecho a Materazzi... Cuando lo veas no lo vas a poder entender”. La voz del español Luis Medina Cantalejo irrumpió en el intercomunicador del oído del árbitro argentino Horacio Elizondo. Faltaban 10 minutos para que finalice la prórroga de la final de la Copa Mundial de la FIFA 2006 y un murmullo recorrió el estadio de Berlín. Mientras la acción transcurría por otro sector de la cancha, el volante francés había golpeado al defensor italiano, pero el cuarto árbitro lo vio todo.
“Siempre identifiqué a los jugadores y los llamaba por su nombre, pero en ese momento para mí eran ‘el 10 de los blancos y el 23 de los azules’. El árbitro debe prepararse para eso: tomar decisiones sin importar cuál sea el infractor, no pesa ni el apellido ni la camiseta a la hora de una decisión tan importante como lo es una expulsión”, cuenta hoy Elizondo, en su despacho de Director de Formación Arbitral de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), cargo que ejerce desde hace pocos meses.
Retirado del referato en diciembre de 2006, no deja de recordar la noche cumbre de su destacada carrera: “En las tribunas primó una sensación de incertidumbre, ya que pocos habían visto lo que estaba sucediendo entre Materazzi y Zidane. El público francés estaba muy molesto al no saber el por qué de la tarjeta roja. Después, las imágenes de TV aclararon todo”.

Elizondo impartió justicia en 5 partidos en Alemania 2006 y fue el único árbitro que dirigió el partido inaugural y la final de una Copa Mundial de la FIFA, un privilegio ganado por su impecable trayectoria. Pese a la tremenda importancia de la final, guarda como el momento mayor de su carrera al encuentro inicial, Alemania-Costa Rica: “Salir a la cancha en Munich fue la síntesis de todos los momentos gratos que viví como árbitro. Pasaron por mi cabeza recuerdos imborrables, desde mis inicios, cuando en 1984 vi en la puerta de la AFA un cartel que decía ‘abierta la inscripción para los aspirantes a árbitros’, hasta los primeros partidos oficiales que me tocaron como árbitro asistente. Una película rápida que resumía en imágenes mis 22 años en el fútbol. Ese 9 de junio de 2006 fue el momento más emocionante y especial de mi trayectoria. Y lo pude disfrutar”.

SIN COBRAR MANO
El camino que lo llevó a Alemania empezó con un reglamento que no sancionaba tocar la pelota con la mano. ¿Cómo? “Yo soy profesor de educación física y tuvo mucho que ver mi profesor Alfredo Miri: él me puso a arbitrar partidos de... handball”, recuerda Elizondo. Y pronto llegó el fútbol. Su primera aparición fue como asistente del partido Midland-Cañuelas, en la cuarta división. Desde entonces todo fue en ascenso: llegó a dirigir 11 Boca-River, el superclásico del fútbol argentino. El 9 de octubre de 1996 tuvo su primer choque internacional, Ecuador-Colombia; pronto, su primer campeonato mundial, el Sub 17 de 1997 en Egipto; arbitró tres finales de Copas Libertadores y hasta el tramo final de la Liga de Qatar, antes de retirarse.

Ya fuera del césped, lo acosaban con ofrecimientos de los más variados, debido al prestigio ganado: “Tuve miles de propuestas de partidos políticos para postularme como diputado, para ser funcionario... Pero siempre creí que, si debía hacer algo en la política, tenía que estar relacionado con mi vocación. Toda mi vida viví pensando en el deporte”. Fue comentarista en TV, escribió una columna para un periódico y finalmente aceptó ser Secretario de Educación y Deportes en Luján, cerca de donde vive, a 70 km de Buenos Aires. Rápidamente el estado nacional lo convocó como Subsecretario de Deportes: “Todo eso me dio un gran bagaje en la gestión. Pero cuando surgió esto en la AFA supe que era lo más importante”, reconoce.

EL ÁRBITRO DE LOS ÁRBITROS
“La idea surgió de Julio Grondona, presidente de la AFA, en septiembre de 2007 –relata Elizondo–. Él quería realizar un cambio en el arbitraje. Diseñé lo que tenía en la cabeza y lo plasmé en un plan estratégico. Todos los árbitros agradecemos la amplitud de los dirigentes en aceptar este cambio”. La nueva Dirección de Formación Arbitral (DFA) tiene dos pilares importantes: el formativo y el estratégico. Antes funcionaba la Escuela de Árbitros, que constaba en los estatutos desde los inicios del fútbol argentino y era un modelo anticuado. “Con esta DFA, el arbitraje tiene una jerarquía superior, acorde al siglo XXI. Antes el enfoque del arbitraje se hacía desde lo técnico; hoy lo ampliamos a lo técnico-táctico-estratégico, creamos un departamento de psicología, uno de coaching, algo novedoso. Creamos un departamento de rendimiento e investigación, que lleva todos los datos, produce testeos, evaluaciones y hace que continuamente se vaya corrigiendo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Y también un departamento médico y uno de comunicación: antes era muy difícil para los réferis comunicarse. La gente ve al árbitro en 90 minutos, pero no sabe todo lo que hace en la semana, su trabajo”, explica Elizondo, y resalta el “enfoque muy humanista” de la DFA: “Si no tenemos un ser humano feliz en su vida no vamos a poder tener un árbitro consolidado”. En un fútbol profesional de alto rendimiento, el arbitraje argentino está dando un paso en la misma dirección.

La semana de trabajo empieza el viernes, antes de que los árbitros desarrollen sus tareas en las canchas. Elizondo cuenta el proceso: “El lunes vienen por la mañana a recuperar su físico, almuerzan y por la tarde se analizan los videos de los partidos de primera división. El martes, los árbitros se mueven por un lado y los asistentes por otro: hacen trabajos técnico-táctico-estratégicos (en cancha, conducción, señalización, desplazamiento, etc.) y después una sesión de preparación física. El miércoles es el turno del psicólogo, el coaching, el área del rendimiento y también trabajo físico. El jueves, los asistentes trabajan con los árbitros y se producen jugadas para coordinación. Por ahora se hace todo entre árbitros; en el futuro esperamos contar con equipos juveniles para esta tarea. El viernes es un día de descanso. Quienes dirigen el sábado, el viernes a la noche ingresan a la concentración, aquí, en Ezeiza”. Las tareas de Elizondo como director son variadas: “Ahora me ven en el escritorio, pero martes y jueves me van a ver con ropa deportiva entrenando con ellos. Soy como un ‘director técnico de un equipo de árbitros’. Es algo muy parecido al rendimiento de un futbolista: no hay titularidad asegurada, hay que ganarse el lugar cada fin de semana. Aquellos que hoy son suplentes, mañana pueden ser figuras. Nuestro trabajo es armar, semana a semana, al mejor plantel arbitral”.

Durante 2008 se trabaja intensamente en la evaluación. “Por ejemplo, a Héctor Baldassi le pusimos un GPS para calcular cuánto recorre un árbitro en una cancha y después adecuar los entrenamientos”, ilustra Elizondo, quien ya anticipa lo que vendrá: “A fin de año, después de evaluarlos intensivamente durante todo un año, nos sentaremos con cada árbitro a contarles cuál será el proyecto que los espera para 2009. En el mediano plazo, trabajaremos con el programa de desarrollo arbitral, preparando el recambio en las distintas categorías; y en el largo plazo lo haremos en otro programa con los jóvenes talentos”.

OTRAS PASIONES
No todo es fútbol en la vida de Horacio Elizondo. Es un aficionado del golf y, aunque no dispone de mucho tiempo libre, trata de estar cerca de los greens. Pero su pasión menos conocida es la poesía. “Los uruguayos Eduardo Galeano y Mario Benedetti son mis referentes. Y con Galeano tengo una anécdota: él sabía de mi admiración por él y a poco de regresar del Mundial me llegó una encomienda desde Montevideo. Me envió una carta y un libro con su dedicatoria, fue una gran emoción. Y para retribuir su gentileza le mandé una de las camisetas con las que dirigí en Alemania. Ahora espero poder conocerlo en persona”.

HORACIO MARCELO ELIZONDO
Nacimiento: 4 de noviembre de 1963 en Don Bosco, Quilmes, Argentina
Estatura: 1,83 m
Nacionalidad: argentina
Trayectoria: dirigió partidos eliminatorios para los mundiales 1998, 2002 y 2006; la Copa Mundial de la FIFA Alemania 2006; los mundiales Sub 17 de Egipto 1997 y Perú 2005; los mundiales Sub 20 de Emiratos Árabes Unidos 2003 y Holanda 2005; el Campeonato Panamericano 1995, Copa América de Bolivia 1997 y Paraguay 1999; el Mundial de Clubes 2000, y el Torneo Olímpico de Atenas 2004. También arbitró las finales de Copa Libertadores 2002, 2005 y 2006.
Además de ser el único árbitro en dirigir el partido inaugural y la final de una Copa Mundial de la FIFA, posee, junto al mexicano Benito Archundia, el record de haber arbitrado 5 encuentros en una misma copa.
El 8 de enero de 2007, en la Gala Mundial del Fútbol, recibió el premio al Mejor Árbitro del Mundo 2006, galardón concedido por la Federación Internacional de Historia y Estadística.
Otros: Está casado y tiene cuatro hijos: Malena, Valentina, Joaquín y Agustín.

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