Por PABLO ARO GERALDES
Artículo publicado en VAR Deportivo, en mayo de 2022.
Por sus yacimientos de plata, cobre, zinc y plomo, Cerro de Pasco es considerada la Capital minera del Perú. Para los sesenta mil habitantes, el fútbol siempre fue una gran diversión, al aire libre, tan distinta al insalubre y extenuante trabajo en la oscuridad de las minas. Y lo fue más cuando el equipo alcanzó la Primera División de la zona Centro en 1986, tras superar al Unión Huaral. Al año siguiente clasificó para jugar el Torneo Descentralizado. La Fuerza Minera, tal el apodo del club, se metió en la élite del fútbol incaico y allí permaneció durante 16 temporadas.
Para los visitantes era una pesadilla someterse a las condiciones de Cerro de Pasco. Además del frío intenso, el bajo nivel de oxígeno amenazaba a los jugadores, especialmente a los equipos limeños, ya que la capital está al nivel del mar.
Unión Minas se volvió imbatible en su casa. Tanto que se mantuvo invicto en todas las competencias que disputó allí entre 1991 y 1992. Si bien hay canchas a mayor altura (vale pensar en Nepal, en Bután, dos países del Himalaya), no son estadios ni se juega allí fútbol profesional.
Curiosamente, a pesar de los pocos partidos que se disputan en el Daniel Alcides Carrión, el escenario se sometió a un enorme trabajo de restauración, por el que se incrementó su capacidad de 8.000 a 12.000 espectadores. Ante las dificultades que tiene el crecimiento de la grama ante las duras condiciones del clima, se instaló un césped sintético que luce impecable.
Un partido inolvidable en el estadio más alto del mundo
Para celebrar el cincuentenario de Unión Minas, vale recordar un partidazo que se jugó en Cerro de Pasco, por el Torneo Apertura 2000: Universitario, de Lima, es uno de los grandes del fútbol peruano, se jugaba el título el 25 de junio en su incursión a la altura. En la memoria del equipo crema quedará la consagración de campeones en una tarde alucinante y helada: empezaron perdiendo y sufriendo las consecuencias de los 4.378 msnm, hasta que ingresó el argentino Luis Alberto Carranza. El Beto prefería quedarse en la banca, atemorizado por el sufrimiento que le implicaría jugar en ese clima extremo, pero el entrenador Roberto Challe lo mandó al campo.
Ingresó con guantes y gorro de lana. En su primera jugada, puso el empate de penal. Pero lo que siguió se metió en las páginas grandes del fútbol peruano: como si fuese un sprinter de atletismo, metió una corrida de 70 metros, dejando en el camino a tres de sus rivales para definir con el puntín derecho contra el primer palo. Pese a la escasez de oxígeno, Carranza tuvo resto para seguir corriendo y celebrarlo junto a la tribuna ocupada por los aficionados limeños. Lo dio todo, literalmente, porque en medio del festejo se desvaneció y tuvo que ser asistido con un tubo de oxígeno. Puedes ver la secuencia en el siguiente link.
Universitario conquistó el título y el Beto Carranza, boqueando por su falta de oxígeno, se ganó un lugar en el corazón de la afición de la Garra Crema.
Dieciocho meses después, el 16 de diciembre de 2001, Unión Minas jugó su último partido en Primera División y el estadio Daniel Alcides Carrión ya no volvió a tener jornadas de Primera División.
El último equipo de Unión Minas que jugó en la Primera División peruana, en 2001.Hoy, lejos de sus años de gloria, el estadio más alto del mundo alberga partidos de la Copa Perú y los de la modesta Liga de Cerro de Pasco.
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