Artículo publicado en la revista Fox Sports, en enero de 2007.
Por PABLO ARO GERALDES
A los 20 años, 'Pato' habla como un veterano: fue el capitán de México campeón del mundo Sub 17 y ya tiene un título de liga con las Chivas. Pero su espíritu le exige nuevos desafíos...
Cuando en la oscura noche de Lima, allá por 2005, Patricio Araujo levantó la Copa Mundial Sub 17, el brillo del trofeo iluminó a todo el fútbol de México. El chavo de Colima no lo sabía, pero se estaba convirtiendo en el primer mexicano en alzar una Copa del Mundo.
Su crecimiento futbolístico fue constante. Semanas después de la consagración le llegó la hora de debutar en Primera: todavía con 17 años se puso la playera de las Chivas de Guadalajara, ante Morelia.
Todo avanzaba rápido, a la par de su elegancia en la mitad de la cancha y su efectividad en el fondo. Apenas un año después, inscribía su nombre como campeón del Torneo Apertura 2006, al lado de jugadores consagrados como Omar Bravo, el Bofo Bautista, Ramón Morales, Johnny Magallón y el Maza Rodríguez.
Era un triunfo de Guadalajara que festejaron los tapatíos, pero también se celebró en el resto de la geografía azteca. Porque con su tradición de no incluir futbolistas extranjeros, las Chivas se transformaron en un símbolo del balompié mexicano. El año 2008 se inició con máxima actividad para ‘Pato’, como lo llaman todos. Entrenamientos en Valle Verde (el campo que el club tiene en Jocotán, Jalisco), el comienzo del Torneo Apertura y los compromisos que se vienen por la Copa Libertadores y la Selección Preolímpica.
–¿Ya analizaron a Santos, San José y Cúcuta, los rivales de la Copa?
–Tenemos tanta actividad que aún no, pero en breve empezaremos. La Copa Libertadores es un torneo muy padre, donde México tiene una transcendencia bárbara, y vino mostrando un nivel de competencia muy fuerte. Ahí vamos a demostrar que tenemos la alegría y el fútbol para competir en un campeonato así.
–¿Hasta dónde pueden llegar?
–El plantel está con fuerza para hacer frente a los dos torneos por igual (Clausura y Copa). En la Copa buscamos llegar a la final, sin vueltas. Si un equipo quiere algo y lo tiene claro, tiene que salir a ganar, más allá del nombre de los rivales.
–Te sobra confianza...
–Es que sería un sueño, ganar la Copa Libertadores sería lo máximo, algo que hasta ahora ningún equipo mexicano consiguió. Y después, jugar el Mundial de Clubes.
–¿Es la prioridad? Tienes meses bravos por delante...
–Va a ser una etapa muy cargadita... Quiero la Copa y quiero ir a los Juegos Olímpicos. Para eso, primero habrá que ganar el Preolímpico.
CONSOLIDACION EN PRIMERA
Este será el año de su afianzamiento en Primera, aunque ya empezó a ganarse el respeto de los adversarios: “En México tienen mucha relevancia las jerarquías. Y lo que pasó es que, sinceramente, eso no me interesó. Fuese ante Zinha, Gaitán, Vicente Sánchez o cualquiera de rango alto, yo les entraba de la misma manera, me levantaba, chocaba como ante cualquiera. El primer campeonato me dio mucha confianza, más la que me tuvo un gran técnico como Xabier Azkargorta, que me hizo debutar. Después, el Chepo de la Torre también confió en mí. Eso, en el principio de una carrera, es muy importante”.
–¿Cuáles son tus referentes?
–Alberto Coyote, un contención de Chivas al que vi jugar muchos años cuando yo era chico. Y Claudio Suárez, por supuesto, un grande. Manolo Martínez es otro, tengo comunicación con él, me dio muchos consejos. De afuera me gusta Genaro Gattuso, tiene una fuerza impresionante y un carácter único. Quizá no luzca, pero es el jugador que todo técnico quiere en su equipo.
–¿Cuál fue tu rival más complicado?
–Damián Alvarez, de Pachuca, que es chiquito, habilidoso, desequilibrante…
–A tu edad, ¿se puede tener conciencia táctica?
–Tienes que adquirir experiencia, ir progresando en cada partido. Aprender de los errores e intensificar las virtudes. El técnico te puede dar ciertas armas para las salidas, para romper, sobrarte y todos esos detalles; luego puedes decidir cómo y cuándo las aplicas. O puedes buscar tu propio estilo de juego.
UN PERFIL DIFERENTE
Además del fútbol, Araujo sigue adelante con la carrera de Administración de Empresas, lo que le exige un esfuerzo mayor, aunque él lo vea como algo natural: “No perdí nada de mis estudios, aun siendo jugador de Primera seguí. Con voluntad se pueden hacer las dos cosas”, explica.
–¿Cómo te manejas con los horarios?
–En la Universidad estaba dentro de un programa que me posibilitaba concurrir tres días a la semana, de 7 a 10 de la noche, por lo que era compatible con los entrenamientos. Además tenía un margen de 30% de inasistencia. Pero ahora, con los viajes por la Copa Libertadores, se complica. Por eso pasé a un programa de educación a distancia, de la misma Universidad, así que me reconocen las materias aprobadas.
–Cuando viajas, ¿cómo haces?
–Me llevo mi computadora con mi material de estudio, guías para leer, libros…
–Entre los futbolistas profesionales no es común continuar con el estudio...
–En este equipo, sí. Desde las fuerzas básicas nos impulsaron ese deseo y gusto por el estudio. Además nos facilitaron todo, no cualquiera va a un colegio de pago.
Me gustó este chaval desde el Mundial sub17, los tiene muy bien puestos. Y encima parece que tiene la cabeza amueblada.
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