Por PABLO ARO GERALDES
La noticia llegó casi en silencio: a los 47 años, el argentino Gabriel Calderón se convirtió en el nuevo entrenador de la Selección de Omán, en reemplazo del local Hamad al Azzani, quien ejerció como coach interino tras la partida del checo Milan Macala.
Estará en el país vecino hasta 2010, pero Calderón no es un improvisado en la región: comandó al equipo nacional de Arabia Saudí desde noviembre de 2004 a diciembre de 2005, cuando luego de lograr la clasificación para Alemania 2006 sufrió una serie de derrotas ante Ghana y frente a Irak en los West Asian Games –en Qatar– y fue remplazado por el brasileño Marcos Paquetá.
La carrera de Calderón en el fútbol dice que jugó en Racing e Independiente, dos de los clubes más poderosos de Argentina, pero sus años más exitosos los vivió como centrocampista en Sevilla (España) y Paris St.Germain (Francia) antes de terminar en el fútbol suizo. Con la Selección Argentina jugó 24 partidos (1 gol) y se destaca su participación en las Copas del Mundo de España ’82 e Italia ’90, donde perdió la final ante Alemania.
Pero fue su título de Campeón Mundial Juvenil, en Japón ’79, el que marcó a fuego su ideología futbolística. Ese equipo era conducido por César Luis Menotti, el entrenador que el año anterior había ganado el primer mundial para Argentina. “César llegó a mi vida cuando yo era muy joven, es fundamental cómo enseña, cómo transmite y cómo uno recibe todo”, decía Calderón en diálogo con periodistas de su país. Es un seguidor convencido de los preceptos futbolísticos de Menotti: juego ofensivo, con respeto al balón, mentalidad ganadora.
Aunque su carrera como entrenador era corta (Caen de Francia y Laussane de Suiza), en 2004 le llegó la gran posibilidad: dirigir a Arabia Saudí. “Me formé bien desde abajo, siempre trabajando –narra Calderón–. Estuve en una escuela con Rafael Gordillo, aquel lateral del Real Madrid. Fueron siete años en los que llegué a lavar la ropa, además de entrenar. Después dirigí al Caen, al Lausanne, y desde hace más de seis años soy embajador de fútbol-base de la UEFA. Doy cursos junto al alemán Hansi Muller, el croata Boban y el búlgaro Alenikov. Y fui elegido por la FIFA como uno de los doce ex futbolistas que dan cursos a otros entrenadores. Fui a Arabia Saudí gracias al suizo Walter Gag: él le habló a Abdula Dabel, miembro honorífico de la FIFA, y me contrataron”.
Sabe que su trayectoria es corta, pero promete darle a Omán todo lo que vivió: “Quizá digan que no soy un gran entrenador. Pero con mi experiencia como jugador buscaré hacer lo mejor; siempre ofrezco lo máximo de mí”.
Su contacto con el fútbol de la región comenzó antes de dirigir a el equipo de Arabia Saudí: en 2003 fue observador del Mundial Sub20 en Emiratos Árabes Unidos y luego siguió la Copa del Golfo en Kuwait. Conoce el buen gusto futbolístico que hay en Medio Oriente, donde se prefiere el estilo brasileño o argentino antes que el europeo: “me gusta la forma en que ven el fútbol en los países de cultura árabe. El idioma que yo hablo es el del fútbol, un lenguaje universal que todos comprenden. Me adaptaré con facilidad al nuevo desafío”.
Pese a que los aficionados saudíes lo conocieron de cerca, pocos conocen la cara humanística de Calderón. A 8.000 kilómetros de Mascate, en un barrio muy pobre del suburbio de Buenos Aires, tiene una escuela de fútbol gratuita para los niños más humildes y huérfanos. “Allí siento que hago algo por mi gente –explica Calderón–. Es un proyecto que crecerá más rápido si algún club europeo me patrocina. Hasta ahora pongo todo yo, tenemos albergue y comida para treinta niños. Allí nadie tiene la seguridad de llegar a ser un futbolista profesional, pero yo les aseguro que vayan a la escuela y una formación deportiva digna”.
Ahora vienen desafíos más fuertes en la cancha. Los omaníes tuvieron un buen comienzo de 2007: llegaron a la final de la Copa del Golfo y perdieron ante los anfitriones de Emiratos Árabes Unidos 0-1, en Abu Dhabi. El DT argentino deberá mantener este perfil alto del equipo del sultanato. El bautismo será el 20 de junio: jugará un partido amistoso frente a Arabia Saudí, precisamente, en Malasia o Singapur.Luego llegará lo más fuerte. El 8 de julio irán a Bangkok, Tailandia, para enfrentar a Australia por la Copa Asiática de Naciones. Le seguirán los compromisos frente a Tailandia e Irak, el rival que hizo terminar su contrato saudí; será una gran posibilidad de desquite para Calderón.
Estará en el país vecino hasta 2010, pero Calderón no es un improvisado en la región: comandó al equipo nacional de Arabia Saudí desde noviembre de 2004 a diciembre de 2005, cuando luego de lograr la clasificación para Alemania 2006 sufrió una serie de derrotas ante Ghana y frente a Irak en los West Asian Games –en Qatar– y fue remplazado por el brasileño Marcos Paquetá.
La carrera de Calderón en el fútbol dice que jugó en Racing e Independiente, dos de los clubes más poderosos de Argentina, pero sus años más exitosos los vivió como centrocampista en Sevilla (España) y Paris St.Germain (Francia) antes de terminar en el fútbol suizo. Con la Selección Argentina jugó 24 partidos (1 gol) y se destaca su participación en las Copas del Mundo de España ’82 e Italia ’90, donde perdió la final ante Alemania.
Pero fue su título de Campeón Mundial Juvenil, en Japón ’79, el que marcó a fuego su ideología futbolística. Ese equipo era conducido por César Luis Menotti, el entrenador que el año anterior había ganado el primer mundial para Argentina. “César llegó a mi vida cuando yo era muy joven, es fundamental cómo enseña, cómo transmite y cómo uno recibe todo”, decía Calderón en diálogo con periodistas de su país. Es un seguidor convencido de los preceptos futbolísticos de Menotti: juego ofensivo, con respeto al balón, mentalidad ganadora.
Aunque su carrera como entrenador era corta (Caen de Francia y Laussane de Suiza), en 2004 le llegó la gran posibilidad: dirigir a Arabia Saudí. “Me formé bien desde abajo, siempre trabajando –narra Calderón–. Estuve en una escuela con Rafael Gordillo, aquel lateral del Real Madrid. Fueron siete años en los que llegué a lavar la ropa, además de entrenar. Después dirigí al Caen, al Lausanne, y desde hace más de seis años soy embajador de fútbol-base de la UEFA. Doy cursos junto al alemán Hansi Muller, el croata Boban y el búlgaro Alenikov. Y fui elegido por la FIFA como uno de los doce ex futbolistas que dan cursos a otros entrenadores. Fui a Arabia Saudí gracias al suizo Walter Gag: él le habló a Abdula Dabel, miembro honorífico de la FIFA, y me contrataron”.
Sabe que su trayectoria es corta, pero promete darle a Omán todo lo que vivió: “Quizá digan que no soy un gran entrenador. Pero con mi experiencia como jugador buscaré hacer lo mejor; siempre ofrezco lo máximo de mí”.
Su contacto con el fútbol de la región comenzó antes de dirigir a el equipo de Arabia Saudí: en 2003 fue observador del Mundial Sub20 en Emiratos Árabes Unidos y luego siguió la Copa del Golfo en Kuwait. Conoce el buen gusto futbolístico que hay en Medio Oriente, donde se prefiere el estilo brasileño o argentino antes que el europeo: “me gusta la forma en que ven el fútbol en los países de cultura árabe. El idioma que yo hablo es el del fútbol, un lenguaje universal que todos comprenden. Me adaptaré con facilidad al nuevo desafío”.
Pese a que los aficionados saudíes lo conocieron de cerca, pocos conocen la cara humanística de Calderón. A 8.000 kilómetros de Mascate, en un barrio muy pobre del suburbio de Buenos Aires, tiene una escuela de fútbol gratuita para los niños más humildes y huérfanos. “Allí siento que hago algo por mi gente –explica Calderón–. Es un proyecto que crecerá más rápido si algún club europeo me patrocina. Hasta ahora pongo todo yo, tenemos albergue y comida para treinta niños. Allí nadie tiene la seguridad de llegar a ser un futbolista profesional, pero yo les aseguro que vayan a la escuela y una formación deportiva digna”.
Ahora vienen desafíos más fuertes en la cancha. Los omaníes tuvieron un buen comienzo de 2007: llegaron a la final de la Copa del Golfo y perdieron ante los anfitriones de Emiratos Árabes Unidos 0-1, en Abu Dhabi. El DT argentino deberá mantener este perfil alto del equipo del sultanato. El bautismo será el 20 de junio: jugará un partido amistoso frente a Arabia Saudí, precisamente, en Malasia o Singapur.Luego llegará lo más fuerte. El 8 de julio irán a Bangkok, Tailandia, para enfrentar a Australia por la Copa Asiática de Naciones. Le seguirán los compromisos frente a Tailandia e Irak, el rival que hizo terminar su contrato saudí; será una gran posibilidad de desquite para Calderón.
3 comentarios:
Me acuerdo cuando el año pasado fue a una de las conferencias de Ipidep. En ese momento estaba como medio "mal" pensando que podía estar dirigiendo en el Mundial y lo terminó mirando desde afuera.
Buena nota, saludoss!!
Wow Don Pablo, que interesante, ni sabia que habia un país llamado Omán, vea, todos los dias se aprende algo.... gracias por esas noticias, aunque aparentan aburridas, pero personalmente me encantan... chau te cuidas...
saludos...
Que recuerdos me trae el grandisimo calderon, aqui en sevilla cuando jugo en el betis la aficion siempre tenia un cantico cuando habia una falta al borde del area a favor del betis. Algo asi como "que la tire calderon...que la tire calderon" pero cantado...para mi uno de los mejores lanzadores de faltas que paso por mi club.
me gusta mucho tu blog, lo visitare mas a menudo.Saludos.
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