domingo, 26 de febrero de 2017

Entrevista a César Luis Menotti

Con la Argentina fue campeón mundial 1978 como entrenador; ahora distinguido por su trayectoria con el premio Bensemann 2009.

Versión en castellano de la entrevista publicada en la revista alemana Kicker, en septiembre de 2009.
Por PABLO ARO GERALDES


A los 70 años, César Luis Menotti está más vigente que nunca. Activo, como manager de Independiente, tiene una aguda mirada sobre el fútbol mundial. El entrenador campeón del mundo de 1978 elogia a España, critica el exitismo a cualquier precio, y habla del fútbol de varios países, entre ellos el alemán.

No es nuevo el vínculo de Menotti con Alemania. Conoció el país de joven y siempre estuvo relacionado (Puma, DPA...). Así lo cuenta: “En Alemania me siento cómodo y disfruto mucho; la gente estereotipa al alemán como alguien de personalidad rígida, fría, pero es un error. Aquí hay gente alegre, buenos amigos... y todo lo hacen bien: la ropa, los autos, la comida, la tecnología, el orden...”.

Su próximo viaje a Alemania será en octubre, para recibir el premio Bensemann por su trayectoria. Pero antes, dialogó con Kicker en Buenos Aires, la capital argentina.

-¿Ve partidos de la Bundesliga?
-A veces, cuando los horarios no coinciden con el fútbol de aquí.

-¿Cómo ve al fútbol alemán?
-Cuando hablan de Alemania se menciona el orden, la disciplina y la capacidad de trabajo pero no hablan del talento. ¿O Beckenbauer qué era? Alemania empezó a sufrir en su fútbol cuando dejaron de aparecer estos aventureros que le daban al orden ese salto de calidad y de belleza.
Alemania tiene un orden estructural de equipo, es una orquesta con un sonido muy bueno pero nunca dejó de tener a sus grandes solistas, como Müller, Overath, Breitner y tantos otros. Beckenbauer era un jugador superlativo, un artista. Entonces no confundamos el mensaje con la etiqueta del “orden”.

-¿Y ésta selección de Löw?
-Alemania tiene muy buenos jugadores, pero no aparecen esos futbolistas con la capacidad de la aventura. Jorge Luis Borges decía que la literatura es “orden y aventura”. El fútbol es igual: si sos todo orden sos un aburrido, y si sos todo aventura sos un caos. En el último Mundial Alemania tuvo un equipo más comprometido con la gente, pero le faltó ese salto que le puede dar un aventurero.

-De los jugadores alemanes actuales ¿a quiénes destaca?
-De la Selección, Schweinsteiger. Ballack me gusta, pero es más regulador del orden que aventurero, no es como el Iniesta del Barcelona, que hace lo mismo que él pero en los últimos 20 metros te aniquila. No mostró lo que hacía Littbarski, por ejemplo.

-Hace unos años nos dijo a Kicker que le gustaría la idea de que Beckenbauer sea Presidente de la FIFA. ¿Todavía le gustaría?
-Sí, lo dije. Pero también dije que hay dos Beckenbauer: el jugador de fútbol y el dirigente de un club. Yo lo que deseo es que él un día sea presidente de la FIFA pero como jugador, que tenga esa misma sensibilidad que demostró dentro de la cancha. La capacidad la tiene, es un hombre generoso y con mucha experiencia. Que esté más preocupado por defender la calidad y no la cantidad: él sabe, como jugador, que no se pueden jugar 80 partidos al año. A este gran producto de mercado que es el fútbol hay que defenderlo desde la calidad. ¿O Pavarotti podía cantar todos los días en cualquier teatro?

EL DEPORTE AMADO
-¿Por qué el fútbol fascina en todo el mundo, más que otros deportes?

-Conozco el deporte en España, en Francia, en Cuba... Soy un estudioso de esto. En una escuela de Rosario, mi ciudad, fui con el intendente y juntamos en el patio a unos 300 chicos. Les pregunté cuántos querían ser jugadores de básquet: cuatro. ¿Boxeadores? Uno. ¿Futbolistas? Todos. En la Argentina el fútbol es un hecho cultural que genera una máxima atracción, por eso nosotros tenemos la obligación de cuidarlo, de cuidar a los jóvenes de esta locura que los rodea. No soy tan inocente ni me hago el estúpido: ya sé que el fútbol es un negocio. Pero los negocios son diferentes. Negocio es qué pongo yo, qué ponés vos y cómo repartimos. Pero ¿qué pone el mundo de los negocios en el fútbol? Si yo quiero poner un bar tengo que empezar de cero, comprar todo, difundir la marca... Un club como Independiente tiene más de 100 años, ya está hecho. El fútbol es un producto único que se vende en el mundo entero, está impuesto, no hay que salir a venderlo. Y eso lo lograron los grandes futbolistas.
Yo puedo invertir dinero y construir un gran hotel que compita con los mejores, pero si quiero “inventar” un club, construir un estadio, le pongo de nombre “Deportivo Alegría”, salgo a competir con los mejores y me fundo. ¿Con qué cuenta la organización, que los hombres de negocios no tienen? Con un siglo de historia, con un producto impuesto.
En Inglaterra llega un jeque y compra un club, o en México, donde también son propiedad de las grandes empresas, pero acá es otra cosa, y el fútbol argentino merece un debate serio.

-¿Está anestasiada la sociedad?
-El poder económico, a través del poder político, ha producido una desculturización aterradora, que ha llegado al fútbol. Había una cultura, un estilo que en el nombre del modernismo se empezó a destruir. “Hay que ser moderno” en el fútbol, en la música, el arte... Parece que para ser moderno hay que matar a Mozart o a Beethoven. Si eso es el modernismo, prefiero ser antiguo como Mozart y no moderno como Julio Iglesias.

-¿Y aquello del fútbol de izquierda o de derecha?
-Un día dije que había un fútbol de izquierda y otro de derecha. Los más generosos, los más artistas, los más cultos siempre fueron de izquierda, siempre estuvieron más cerca de mí que lo otro, el mercado. Un fútbol generoso, abierto, comprometido con la gente, el orgullo de la representatividad, el orgullo de la pertenencia... todo eso que pregono me suena más a la izquierda que a la derecha. Después hay otro fútbol, al que no le importa la gente, solamente le interesa el resultado. Cuando salía campeón del Inter con el catenaccio todos hablaban maravillas de eso, pero no decía que los tres equipos que habían descendido jugaban igual. El Inter tenía a Suárez, a Mazzola... jugadores que podían ganar con cualquier esquema. Pero si puedo elegir, me quedo con el Milan de Arrigo Sacchi, con la Holanda del 74... o con la misma Alemania de ese Mundial, que era un equipazo.

-¿Sigue pensando que la final del 74 fue el mejor partido que vio?
-Como exhibición de fútbol lo más grande que vi fue a Brasil de 1970. Pero como partido esa final del 74 tuvo todo: fue de ida y vuelta y protagonizado por dos equipos buenísimos.

-Este verano hubo mucho movimiento con Cristiano Ronaldo, con Robinho... Parece que los jugadores están en clubes fantásticos pero igual no están contentos. ¿Qué le parece? ¿Falta ética?
-A la misma plata, el que no disfruta del juego, sufre los cuestionamientos de toda la prensa que espera que él solo gane un partido, no es feliz, y se va a buscar otro horizonte. Pero si Robinho hubiera jugado en Barcelona, no se hubiera ido. Andá a ofrecerle a Iniesta que se vaya a jugar a Italia o Inglaterra... El rendimiento general de ese Madrid era muy malo.

-¿Cómo ve los 94 millones de euros que gastó el Real Madrid?
-Debe ser bueno, habrá que ver cómo juega. Siempre me gusta relacionar el fútbol con la música: un buen director, con regulares músicos puede hacer una orquesta afinada; con grandes músicos puede hacer una sinfónica. Un mal director con músicos regulares es horrible; con buenos músicos puede hacer una orquesta afinada. Los músicos son fundamentales. Es importante que Pellegrini tenga su tiempo de ensayo. Por ahora no me dicen nada. Hubo una época en la que Hollywood llevaba a Vittorio Gassman, Elizabeth Taylor, etc y las películas eran malísimas; tenían a grandes actores pero no había un buen guión.

ARGENTINA Y MARADONA
-¿Qué selecciones le agrada ver hoy?

-Holanda sigue insistiendo con su estilo, Rusia con Guus Hiddink ha hecho un buen juego. Alemania ha sido bastante generosa en el último Mundial.
Y sobre todo España que está eligiendo buenos jugadores. Hace veinte años dije en España que tenían que elegir si querían morir como un toro o como un torero. Si querían morir, porque podrían elegir el éxito, y ahí también cabe elegir si quieren terminar como un toro o un torero. Ahora resulta que después de tanto tiempo se acabó la Furia, lo peor que le pasó al fútbol español. España en el Mundial 98 jugó en el mediocampo con tres centrales (Nadal, Amor, Luis Enrique), tres defensivos. Ahora juegan con chiquititos, tiene una idea y parece que los periodistas están esperando que pierda para criticarla.

-¿Brasil? ¿Argentina?
-Nooo, Brasil y Argentina son una cosa increíble. Nosotros hacemos la historia y después la tiramos a la mierda. Siempre copiamos lo peor: estamos en un fútbol agresivo, vertical, confuso, atlético, de choque... Y en el fútbol brasileño sorprende ver las patadas que se dan... En los 60 viví en Brasil y me tocó ver a Pelé, Coutinho, Garrincha, Tostao, Didí... ¡Dios mío ¿Dónde están?!

-Hasta ahora pareciera que la conducción de Diego Maradona en la Selección Argentina está sustentada más en lo anímico que en lo futbolístico. ¿Es suficiente con ser gran un motivador?
-La motivación es una mentira. La única motivación es la del conocimiento. No lo puedo motivar a mi hijo para que vaya y pelee con Tyson, porque lo estaría matando. La selección tiene un problema muy serio y es que ni siquiera podemos saber qué es lo que quiere Maradona, porque no puede entrenar. Es difícil tener una idea clara de lo que Diego busca, porque no puede mostrarla. Entonces más que un entrenador es un “seleccionador”. En Europa es más fácil, por las distancias, pero acá no se puede. No lo estoy defendiendo, ni mucho menos. Maradona podrá demostrar su idea recién en el Mundial, cuando tenga un mes para armar el equipo.

-¿Por qué Argentina no supera los cuartos de final en los mundiales y Brasil sí?
-Brasil siempre ha tenido figuras que sostuvieron sus deficiencias colectivas: Romario, Ronaldo, Ronaldinho... Pero Argentina no; desde la salida de Maradona ha tenido buenos jugadores, pero no logró lo que se supone que puede dar Messi ahora. Ese tipo de jugadores genera algo especial: la gente va a ver a Messi, como pasaba con Maradona, y eso le quita peso al resto del equipo.

-Argentina tiene a Agüero, a Messi, a Tevez, fue campeón olímpico...
-Pero son muy jóvenes, su crecimiento lo hacen en Europa. Antes un capitán era Passarella, un tipo con una trayectoria en la selección. Ahora son pibes.

-Quién es el mejor jugador del mundo hoy?
-Iniesta.

-Fernando Torres decía que España campeón de Europa es algo bueno para el fútbol...
-¡Muy bueno!

-Bruckner, Capello, Hitzfeld, Lippi, Rehhagel, del Bosque. En Europa los DT de selecciones son hombres entrados en años. ¿Tiene explicación para esto?
-Es que el joven no tiene la fuerza para imponer su régimen de trabajo. Poner a un técnico de mucha personalidad es peligroso para ciertos dirigentes argentinos, pero se ve que hay países que todavía respetan el conocimiento de los mejores, sin importar su edad.

-¿Por qué regresó a Independiente?
-Hay una vieja historia con el club, donde recurrir a Menotti significa intentar reordenar una idea conceptual, valorizar jóvenes jugadores, porque el mercado no permite traer otros grandes. Veré si estoy a gusto, tratando de armar un equipo competitivo en el corto plazo; y más adelante pensar en la formación de jóvenes.

-Esto no significa que no quiera volver a entrenar...
-En absoluto. Tengo la potestad de elegir el próximo entrenador el año que viene.

-Si Américo Gallego no sigue, el paladar del hincha de Independiente querrá a Menotti...
-Pero esa será una resolución mía, no del club. Puedo presentar dos nombres de entrenadores y ellos elegirán. Falta un tiempo para eso.
Las páginas publicadas en Kicker
-El fútbol es...
-...espacio, tiempo y engaño. Suena a sencillo, pero hay que hacerlo. Y tiene cuatro acciones que se pueden enumerar fácilmente pero que también hay que llevar a la práctica: defender, recuperar la pelota, gestar jugadas y definir. Un fútbol complejo solamente lo hacen diferente los grandes jugadores, y los grandes entrenadores. El técnico tiene una idea y debe demostrar y convencer que a sus jugadores de que con esa idea lograrán la eficacia. Y después comprometer a la defensa de la idea. Son tareas que no se logran en dos días.

-Suele pregonar que se juega como se vive: los argentinos son pícaros, engañadores; los brasileños alegres; los alemanes poderosos; los ingleses estrucurados, etc. Sin embargo Italia, el país de la belleza, las artes, el diseño está identificado con un fútbol mezquino, especulador...
-Es increíble lo de Italia. Puede jugar tan bien o mejor que España, pero cuando apueste a los grandes jugadores que tiene. Cuando Italia jugó horrible y salió campeón mundial nadie dijo nada. Ahora que Italia sigue jugando igual pero no gana, lo critican por todos lados. Parece que el músculo no se discute, pero la inteligencia sí. Es un debate. Si Baggio está sentado en el banco tiene que esperar a que Del Piero ande mal para entrar... ¡¿Nunca va a entrar Baggio por Gattuso?!

-¿Un once de todos los tiempos?
-Quizá no tenga sentido comparar épocas. Pero sí puedo nombrar a los reyes: el primero fue Alfredo Di Stefano; después aparece Pelé, más tarde Cruyff y después Maradona. Después se produjo un vacío de esa corona: pudo ser Romario, Ronaldinho, Zidane, se desdibujan... aparece Cristiano Ronaldo, pero tampoco. Lo que sí hubo enormes príncipes detrás de los reyes: Beckenbauer, Platini, Laudrup...

-Había dicho que un día habrá un campeón mundial africano...
-Un Mundial tiene “participantes”, “protagonistas” y “candidatos”. Hasta ahora no se rompió nunca ese orden, los candidatos son los de siempre: Alemania, Brasil... Lo que sí es que está más cerca el día de que se rompa la hegemonía de los candidatos. Los africanos tienen un protagonismo muy grande, pero les cuesta, aunque tengan a grandes jugadores.

-¿Es acertada la elección de Sudáfrica?
-Tengo una visión diferente. Si es para difundir al fútbol, no me suena. Me parece que el Mundial se tiene que jugar en Italia, Argentina, Alemania, Brasil, Inglaterra, Holanda... Establecería ocho o diez escenarios privilegiados para el Mundial, no solamente elegir a países que tengan dinero. En estos países futboleros el jugador, puede ser por la exigencia del público, pero juega mejor. Yo vi en el Mundial de Corea y Japón que desde la tribuna no había un ambiente de exigencia hacia el futbolista.
El aficionado inglés tiene una manera de pensar el fútbol muy exigente. Y a la Premier League pueden ir futbolistas de todo el planeta, pero tienen que jugar como los ingleses quieren. Si no, se corre el riesgo de desculturizar al fútbol, que a favor del éxito a cualquier manera la liga inglesa termine siendo miserable. Hasta ahora está a resguardo, con conductores como Ferguson o Wenger que respetan la historia, y el público que exige. En la Argentina eso se perdió, cada vez hay más espectadores y menos público: antes del partido están las porristas mostrando el culo, como en el básquet de la NBA, los periodistas se meten en los vestuarios...

lunes, 20 de febrero de 2017

Belize: Deon McCaulay, el goleador desconocido

Se llama Deon McCaulay, juega para Belize y es el líder de la tabla de goleadores de las Eliminatorias a Brasil 2014, por encima de figuras como Leo Messi, Cristiano Ronaldo, Radamel Falcao o Zlatan Ibrahimovic. La historia de un futbolista muy particular que no pierde las esperanzas de progresar.

Publicado en la revista El Gráfico, en mayo de 2013
Por PABLO ARO GERALDES, en Belize City

Algo está mal, algo no cierra. ¿Qué lugar es este? El mapa señala Centroamérica y la espesura de la selva tropical lo confirma, pero todo es muy distinto alrededor. Los rasgos de los habitantes recuerdan a los mayas: pómulos prominentes, nariz aguileña, la frente ancha y plana y los ojos con un toque oriental. Son la mayoría, pero no los únicos. Un 20% lleva la herencia africana y la memoria de la esclavitud; hay un 8% de blancos de ascendencia británica y española y una creciente cantidad de chinos. Si uno les habla en español, responden, pero entre ellos dialogan con un inglés pronunciado con la boca muy abierta... Esto se parece mucho a Jamaica, pero en el continente.

Los nombres de las calles... La Western Highway se convierte en la Cemetery Road al cruzar el Central American Boulevard, no es fácil llegar hasta la gasolinera de Collet Canal Street donde El Gráfico pactó el encuentro a través de un teléfono público cuya cabina era el único reparo del sol inclemente del mediodía en Belize City.

Todo alrededor pinta una típica colonia británica de las Antillas: las mujeres de blanco que asisten a las iglesias, los comerciantes que extienden sus negocios a las veredas, las boinas tricolores tejidas de los rastafaris, olores que presagian sabores y la brisa salada del Caribe que atenúa un poco esos 40° que se desploman, verticales, desde el sol abrasador.

Uno aquí es un bicho raro, en medio de la marea humana que viene y va, entre el sudor y los gritos en piyin, esa lengua criolla que mezcla español con inglés y es hablada por las clases más populares. Y es más raro todavía porque el contacto del otro lado de la línea está por llegar. Este cronista repasa la foto impresa y, como un identikit, la compara con todos los hombres que se acercan y siguen de largo. Una botellita de coco-piña ayuda a olvidar el calor por unos minutos, hasta que aparezca él, el máximo goleador del mundo camino a Brasil 2014.

La temperatura altera los sentidos, sí, pero no tanto como para llegar al delirio. ¿Alguien imagina a Leo Messi o Cristiano Ronaldo emergiendo de esta muchedumbre en Belize? Difícil creer que estos genios del fútbol aparezcan mezclados en este paisaje de palmeras y buses escolares americanos de los 70 que hoy son aquí la modernidad misma del transporte público. Junto al surtidor de diesel de la Esso no esperamos ni a Zlatan Ibrahimovic ni a Radamel Falcao... El que hace una seña amistosa y extiende su mano es Deon McCaulay, el beliceño que, con 11 tantos, encabeza la tabla de goleadores de las Eliminatorias para la próxima Copa del Mundo.

“Vamos en mi auto, damos un paseo por la ciudad y bebemos algo fresco”, invita el artillero desconocido. Su coche tiene unos años, no se parece a los que relucen en la playa de estacionamiento del Real Madrid o del Barça, pero tiene los suyo: “Los de aquí vamos a comprar autos usados a los Estados Unidos. Por dos mil dólares se consiguen algunos muy buenos, pero hay que traerlos andado 3 mil kilómetros, cruzando todo México”, explica.

Deon McCaulay anda por las calles como si nada. Ninguno le pide una foto o un autógrafo. No recibe saludos, pese a que es el máximo goleador de la historia de la selección de Belize, algo que de alguna manera lo emparenta con Pelé en Brasil, Gabriel Batistuta en la Argentina, David Villa en España o Luigi Riva en Italia, por meter solamente algunos ejemplos.

Ese es uno de sus récords, pero tiene más motivos para el orgullo, aunque no sea bajo las luces de lo mediático. Porque él fue quien anotó el primer gol de la Eliminatoria para Brasil 2014, el 15 de junio de 2011, cuando Belize visitó a Montserrat en Couva (Trinidad). En el estadio Ato Boldon había apenas 150 testigos. Esa noche metió tres, que llegarían a 11 con el correr de ocho partidos. En la segunda fase, Belize se despidió del sueño mundialista, pero desde entonces, sus once gritos siguen estando en lo más alto de la eliminatoria que han comenzado 203 selecciones.

Pero ninguno de estos méritos hacen de McCaulay una personalidad famosa, ni siquiera en su país. Es más: ¡hasta hace un mes no tenía club!

Después de un paso formal por Deportes Savio, de Honduras, en 2012 se volvió a Belize y apenas jugó unos meses en la Premier League of Belize, un torneo de nombre pomposo y nivel apenas modesto, con la camiseta del Raymond Gentle-City Boys United. Después una prueba infructuosa en Portland Timbers, de la MLS estadounidense, regresó a su país y se sumó al plantel del Belmopan Bandits, de la capital.

-¿Cuál es tu próximo objetivo?
-Poder jugar en algún equipo de Europa o Sudamérica... Si no, en Centroamérica, no importa, pero no quiero jugar aquí en Belize...

-¿Por qué? ¿Se estancó el crecimiento?
-Sí, hay crecimiento, pero ahora no es el lugar donde quiero jugar. Me gustaría afrontar un desafío mayor.

-¿Cuál es el estilo futbolístico que los beliceños tienen como modelo?
-Aquí gusta el fútbol que hacen los brasileños, pero a la hora de jugar es más físico que técnico. A los niños les encanta el fútbol, es el principal deporte, y crecen jugando y viendo fútbol de España, de Champions League, de Inglaterra, algo que antes no pasaba.

-¿Cómo empiezan?
-En la casa, en la calle, en la escuela... A todos los chicos les gusta el fútbol.

Aquel grito inicial, casi ahogado en la soledad del cielo negro de las noches del Caribe, quedará para siempre en la estadística pegado a su nombre. “Para mí es algo muy grande, para mi familia también”, rememora. “Fue significativo para todos los aficionados en Belize, pero para nadie más. En el mundo no interesa, queda como algo personal. Jugando aquí no voy a tener proyección. Es muuuy difícil que se vea a un jugador de nuestra liga, porque el nivel es más bajo que en los otros países de la región”, comenta con dolorosa sinceridad.

-Al pasar la primera eliminatoria contra Montserrat, ¿hubo entusiasmo en la gente? ¿Cómo se vivió?
-No, no tuvo trascendencia. La gente no estaba esperando el partido, muy poca gente va al estadio a vernos jugar. Los aficionados estaban muy enfrentados con el presidente anterior de la federación.

-El partido en Belmopán contra Guatemala, ¿cuánta gente reunió?
-En esa ocasión sí estuvo casi lleno el nuevo estadio, pero fue un hito, algo no común. Guatemala es el rival más grande de todos los que enfrentamos en esta eliminatoria.

-¿Y en tu carrera?
-México. Jugamos contra ellos en la eliminatoria para Sudáfrica, fuimos locales en Houston y los visitamos en Monterrey. Caímos 2-0 en Estados Unidos y después perdimos 7-0.

-¿Qué les pasa por la cabeza ante rivales tan superiores?
-Es difícil. La mentalidad no estaba bien. No confiamos igual en los dos partidos. El sueño era jugar al máximo esos encuentros y no estuvimos a la altura.

La Selección de Belize en 2007, cuando participó en
la Copa UNCAF, en El Salvador. McCaulay es el 9.
Nuestro personaje llegó a la selección tras ser goleador del torneo 2005/06 con el Kremandala, un modestísimo equipo de San Ignacio Cayo, un pueblito perdido en la selva, pero que atrae al turismo por sus ruinas mayas y reservas naturales.

-¿Recordás tu debut?
-Fue en 2007, contra El Salvador, en la Copa UNCAF. Perdimos apenas 2-1 en San Salvador, en un estadio Cuscatlán repleto. Se preparaban para una goleada y no pudo ser. En ese mismo torneo, marqué mi primer gol, contra Nicaragua.

-Más allá del estilo brasileño que les gusta, y hablando de objetivos posibles, ¿en qué país de la región se miran como para ponerse una meta realista?
-Honduras. Porque jugó el Mundial 1982 y también el 2010. Creo que podríamos llegar un día nosotros a ese nivel. Será un proceso que tardará muchos años, yo ya no seré futbolista. Pero si se sigue trabajando más y más, algún día llegará.

-Para crecer hace falta competir contra los rivales más duros. Ganándole a los más débiles no van a subir el nivel. ¿No es necesario antes de la selección, que los clubes compitan en los torneos de la Concacaf?
-Sí, es muy importante, para que los futbolistas ganen confianza y experiencia. Eso levantará el nivel y les dará más posibilidades a todos. Hay varios compañeros de la selección que nunca habían jugado un partido internacional de clubes. Encontrarse contra un estadio lleno, de visitantes, ante un adversario de prestigio, es algo para lo que tienen que estar preparados. Y eso lleva su aprendizaje.

Deon se describe con entusiasmo, con la esperanza de encontrar un nuevo club fuera de Belize: “Puedo jugar como punta, en el área, y retroceder para buscar la pelota. Cualquier posición de ataque me es cómoda”. Quienes siguieron la eliminatoria, resaltan que es ambidiestro y destacan su velocidad y potencia en el juego aéreo.

En 2013, frente a El Salvador.
-En enero se jugó en Costa Rica la Copa UNCAF, ¿cómo te entrenaste al estar sin club?
-Solo. Soy de ir al gimnasio, salir a correr, cuidar mi alimentación... tengo que estar listo para cuando aparezca la oportunidad. Sé que algo bueno va a suceder.

-Todo es tan amateur...
-Sí. Los jugadores que viven cerca del estadio se quedan en su casa y van a la hora del partido. No hay concentraciones aquí. La disciplina cuesta, el problema es que no hay mucha enseñanza en cuanto a entrenamientos, descanso, comidas. Por suerte esta generación tiene conciencia de lo que es ser profesional, de querer ser mejor, de esforzarse para conseguir las metas que se propone.

-Hay jugadores que sí tienen experiencia internacional...
-Sí, sólo cinco jugaron afuera, son los que pasan por el fútbol hondureño, como Elroy Smith (Deportes Savio), el arquero Shane Orio (Marathón), Harrison Róchez y Elroy Kuylen (Platense). Y yo, que también estuve en Savio. Nadie más.

-¿Sentís que haber jugado profesionalmente en Honduras subió tu nivel?
-Sí, aprendí más. Creo que mi nivel de hoy es gracias a los directores técnicos y al nuevo sitio de entrenamiento que tiene la selección en Belmopán. Al salir del país, uno se da cuenta de que se puede progresar, aquí el nivel es muy bajo. La meta es crecer, confiar más en nuestros jugadores, ganar competitividad.

-¿Y qué va a pasar con tu récord?
-Al récord lo van a superar. Todavía hay grandísimos jugadores compitiendo, a los que les restan muchos partidos. Para mí es una frustración que nadie se fije en mí, porque afuera de Belize no ven lo que conseguí.