La anécdota la escuché a principios de los ochenta en una tribuna de La Bombonera después de un rechazo de puntín que fue a dar contra los palcos: un hincha le contaba al otro que una tarde, hacía ya unos cuantos años, en otra vida, un jugador había reventado la pelota tan fuerte que la había sacado a la calle. La historia, que me parecía imposible, fantástica, me fascinó y le pregunté quién era el futbolista con esa fuerza descomunal. La respuesta me quedó grabada: el Cholo Simeone.
Los años pasaron y en 1987 debutó en Vélez Sarsfield un tal Diego Simeone, a quien el periodismo, en un alarde de imaginación, bautizó Cholito. Ahí recordé a aquel Cholo que había sacado una pelota afuera de La Bombonera. ¿Este Cholito sería el hijo del Cholo? Ambos habían surgido de Vélez Sarsfield, podría ser; pero no. Pronto supe que no tenían relación pese a la coincidencia del apellido.
Diego Simeone creció -en edad y en lo futbolístico- hasta llegar a portar la cinta de capitán de la Selección Argentina. Integró aquel extraordinario seleccionado de Alfio Basile que ganó la Copa América en 1991 y en 1993. Cuando ya había dejado atrás el diminutivo para asumir como Cholo, recordé a aquel otro Cholo, el primero, el original, al que no había visto jugar pero cuyo despeje narrado durante mi niñez se había convertido en una película que se repetía cada vez que visitaba el estadio de Brandsen y Del Valle Iberlucea.
¿Sería cierto? ¿Se trataría de un mito urbano? ¿Podía un jugador -por más fuerzas que tuviera- sacar una pelota por arriba de los palcos afuera de La Bombonera? Consultas en el archivo de DeporTEA me dieron la respuesta afirmativa y la fecha exacta: todo ese relato era real y había ocurrido el domingo 4 de octubre de 1964.
Por la 21ª fecha del campeonato de Primera División, Boca Juniors recibía a Estudiantes de La Plata. En un avance visitante, José Yudica le dio un pase al puntero izquierdo Adolfo Bocha Bielli y éste se escapaba solo por la banda cuando el Cholo Simeone le llegó al cruce y rechazó el balón con tal determinación y potencia que la elevó por encima de los viejos palcos... ¡A la calle! La multitud explotó en una ovación y la pelota quedó picando en la cuadra de Del Valle Iberlucea.
Al final empataron 0-0 pero ninguno de los asistentes olvidó el rechazo de Simeone, aquel recio marcador de punta derecha que había llegado a Boca en 1961, proveniente de Vélez, y había sido campeón en 1962. Quienes lo vieron en la cancha destacan su velocidad, su dureza y lo fuerte que era para cortar por abajo, además de ganador en el juego aéreo, pese a no tener una gran estatura.
En la fecha 29, la penúltima, el cuadro xeneize empató con River Plate en La Bombonera y salió campeón 1964, título que repetiría al año siguiente, también con Simeone.
Escena de aquel Boca-Estudiantes, con Rattin como protagonista. |
Por su parte, Estudiantes de La Plata alineó a Juan Oleynicky, Ernesto Jáuregui, Juan Biagioli, Raul Madero, Manuel Castillo, Miguel López, Eduardo Domínguez, Ángel Nardiello, Luis Leeb, José Yudica, Adolfo Bielli. DT: Carlos Aldabe.
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