Artículo publicado en ESPN Magazine de abril 2014
Por PABLO ARO GERALDES
Hay jugadores y hay técnicos que, sin escribirlo, van redactando a lo largo de su carrera su “manual de estilo”. Diego Simeone jamás se apartó de su propia línea editorial: “No perder nunca. Subir la apuesta. Hacer historia”. Como volante fue un guerrero incansable en la mitad de la cancha, “con el cuchillo entre los dientes”, duro, sacrificado, generoso para el esfuerzo, intenso, con la adrenalina a tope…
Su carrera como jugador fue siempre una escalera ascendente. Y como entrenador va en la misma dirección. Ser el mejor a través de sus jugadores, esa es su consigna. Para eso trabaja día a día: piensa ejercicios tácticos, esboza esquemas de juego, estudia los videos, siempre con el mismo espíritu superador.
El Atlético de Madrid actual es un equipo de autor. Traza en cada partido el sello del Cholo Simeone: sale a ganar siempre, con una voracidad y una concentración competitiva innegociable para pelearle de igual a igual a los dos monstruos de la Liga española. En la mentalidad inculcada al cuadro colchonero no existe el botón de “pausa”, dar el 100 % es religión, y así lo valora esa hinchada tan acostumbrada a los sufrimientos, a permanecer a la sombra de Real Madrid y Barcelona.
Claro, en sus 110 años de historia el club jamás redondeó un comienzo tan espectacular, batiendo récords. En 1995/96, cuando Atlético de Madrid ganó su última Liga, al cabo de 7 fechas lideraba la tabla con 19 puntos, producto de seis victorias y un empate. Esta vez ganó los 8 primeros partidos. ¿Qué hay en común entre este Aleti y el de hace 18 años? Aquel fue campeón con Diego Simeone en la cancha, este de hoy da feroz pelea con Diego Simeone desde la raya de cal, donde vive los 90 minutos con la misma intensidad. Solamente su elegante atuendo negro lo distingue de sus dirigidos.
“Sabía que iba a volver. Únicamente me dediqué a prepararme. Sabía que me llamarían en un momento de dificultad. Iba a ocurrir. Todo lo que me está pasando lo quise, lo busqué”, de dijo al diario El País.
Quien lo buscó, también, fue Enrique Cerezo, presidente del club: “Esperamos que el Cholo sea el Ferguson del Atlético de Madrid, pero nadie sabe cómo son las vueltas de la vida ni cuál es el futuro de cada uno. La idea es que continúe siempre”, deseó, relacionándolo con el escocés que dirigió durante 27 años al Manchester United. “Simeone ha sido un gran acierto y considero que es un entrenador magnífico, que además tiene un gran equipo, con grandes jugadores y le están dando rédito”, manifestó Cerezo. Lo consideró “la sensación” entre los entrenadores, y no está muy errado. El paso triunfal del Atlético posibilitó la llegada a España de sus compatriotas Gerardo Martino, al Barcelona, y Juan Antonio Pizzi, al Valencia.
RESPETO AQUÍ Y ALLÁ
Simeone conoce el juego, profundiza en conceptos, vive el fútbol y lo transmite en cada charla con sus jugadores. El delantero Diego Costa sostiene que para él “Simeone ha sido muy importante por la forma de ver cada partido. Nos enseña cómo se juega cada encuentro y cómo se pelea. Se lucha cada partido como si fuera el último. No solo para mí, sino para otros jugadores del club, nos está dando un salto de calidad, de personalidad y una demostración de que, con trabajo y lucha, se pueden conquistar los objetivos”. Costa, brasileño nacionalizado español, es el perseguidor más cercano a Cristiano Ronaldo en la tabla de goleadores de la Liga.
El turco Arda Turan es el que pone el mayor toque de fantasía al aguerrido cuadro colchonero. Ha tenido grandes técnicos en su carrera, como Frank Rijkaard o Guus Hiddink... “Pero con Simeone es todo muy intenso: así son los entrenamientos, tal cual son el Atlético y Simeone, rápidos e intensos. Estoy muy cómodo con él: hago mi trabajo en la parte defensiva y en ataque tengo libertad. Está trabajando para convertirse en el mejor técnico del mundo”, sostiene.
Los elogios a su trabajo no vienen solamente de sus dirigidos. En la vereda de enfrente, Carlo Ancelotti, DT del Real Madrid, tiene bien en claro que “el Atlético de Madrid ahora es como era Simeone como jugador, un equipo sólido que da lo máximo en todos los partidos”.
En sus contactos con la prensa, el argentino escucha las preguntas, piensa las respuestas. Elabora los conceptos; repiensa y corrige. Ilustra con ejemplos. Es crítico y autocrítico. Y siempre deja ideas interesantes. “Al principio pensaba en atacar todo el tiempo, era más impulsivo. Con el tiempo descubrí que la mejor forma de buscar la victoria está en tu equilibrio defensivo. Hoy trato de pensar las cosas un segundito más, busco un equilibrio entre ambas partes”, declaró.
Siente que no se puede ser distinto en la cancha y en la calle, que se juega como se vive. Por eso, su genética ganadora que arrastra desde sus años de jugador (ver recuadro) se alimenta con su actitud permanente, competitiva: “Me aíslo de cualquier situación que me haga sentir cómodo. Me preocupa la palabra comodidad. En el fútbol hay que tener miedo, el miedo te da coraje. Tener miedo es estar preparado para pelear, para matar, futbolísticamente hablando, claro”.
Para animarse al desafío de pelearle la Liga al Real Madrid y el Barcelona, hay que tener una dosis extra de valentía, de esa masculinidad que siempre destaca la tribuna. “No puede ser que esta Liga sea solo cosa de dos. No lo concibo”, expresó al volver al estadio Vicente Calderón, siete años después de haber dejado la camiseta rojiblanca; siete años en los que los laureles se los siguieron repartiendo madridistas y culés.
En el circuito de adrenalina de Simeone “el miedo da coraje”, pero a su vez ese coraje espanta los miedos. “Con el Mono (N. de la R.: su asistente, Germán Burgos) decimos siempre que en las pretemporadas jugaríamos tres amistosos con el Real y tres con el Barça. Porque les vas perdiendo el miedo. En la prensa ves diez páginas de uno, diez del otro, ganan 4-0 y parece que fuera 16-0 porque el partido te lo repiten cuatro veces... Te van mostrando una situación de temor, que cuando empezás a jugar el partido contra ellos ya vas perdiendo. Los equipos que vienen de afuera de España los enfrentan de otra forma, porque se les animan más. Están menos impregnados de lo mediático. Si fuera por mí, jugaría siempre con ellos”, le comentó al diario Olé.
El Cholo mantiene esperanzas de ganar la Liga, aunque la eliminación ante Real Madrid en semifinales de la Copa del Rey (con un global de 5-0) significó un llamado de atención: “Ellos tienen una marca de calidad que largo plazo se nota”.
EL ESFUERZO NO SE NEGOCIA
Simeone hizo del orden y la disciplina dos puntales de su profesionalidad. Aún hoy, a punto de cumplir 44 años, luce un estado físico que le permitiría saltar a la cancha cuando quisiera. Sabe que en el Atlético le pueden perdonar las derrotas, pero nunca la falta de entrega. Por eso fue héroe como jugador; por eso lo idolatran como entrenador.
Cuando era pibe tenía como referentes a los campeones del mundo de 1978. “Me fijaba en la actitud de Passarella, el capitán, cómo saltaba a la cancha, su andar; en Kempes, desequilibrante; en el Tolo Gallego. Siempre me fascinó la gente con personalidad, la gente que vos la ves y te transmite algo: caras, gestos”, contó en España.
Personalidad es lo que le sobra. Y se apoya en grandes referentes para reafirmar su línea. En cada diciembre envía tarjetas de salutación con citas que lo pintan de cuerpo entero: “El futuro tiene muchos nombres: para el débil es lo inalcanzable; para el miedoso, lo desconocido. Para el valiente, la oportunidad” (Víctor Hugo). O aquella vez que tomó las palabras del escritor irlandés Oliver Goldsmith: “Nuestra mayor gloria no está en no haber caído nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos”. Todas reflejan el pensamiento ganador de Simeone, como estas otras dos que eligió: “Estar preparado es importante, saber esperar lo es aún más, pero aprovechar el momento adecuado es la clave de la vida” (del dramaturgo austriaco Arthur Schnitzler) y “Sólo es posible avanzar cuando se mira lejos. Solo cabe progresar cuando se piensa en grande” (del filósofo español José Ortega y Gasset).
Como casi todas las personalidades destacadas, tiene una veta inexplicable. En su caso es el apego a las cábalas. Sigue el horóscopo y conoce los signos del Zodíaco, algo que parecería contradictorio con su trabajo casi científico, pero no le interesa que lo entiendan ni se detiene a explicar esta afición.
Y, en realidad, nadie le pediría explicaciones por ello. El vestuario del Atlético de Madrid sigue sus palabras con la convicción de quienes están ante un líder natural. Para Simeone, es una cuestión de identificación con el club: “Cuando uno siente pertenencia, la transmite. A los 20 días de estar con estos jugadores, me sentía como si llevara años. Nunca hubo nada forzado, ellos querían recibir y quieren más, me piden más. Acá, más allá de jugar bien, deben mostrar talento, ambición y coraje. Eso es mucho más importante que jugar bien”. El mandamiento histórico de los colchoneros es “el esfuerzo no se negocia”, y el Cholo bien podría haberlo escrito de puño y letra.
La Liga entra en su tramo final. El belga Thibaut Courtois ataja como el mejor arquero del mundo; en el fondo todos dejan el alma, como Juanfrán, el uruguayo Diego Godín, el brasileño Filipe Luís o el argentino Emiliano Insúa. Nadie se guarda nada. Koke, Gabi o Mario Suárez, a los que les toque, sudarán la camiseta al máximo en la mitad de la cancha, lo mismo que el Cebolla Rodríguez, Raúl García o el portugués Tiago Mendes. La inspiración quedará para el genio de Turan, o la elegancia del brasileño Diego Ribas o el argentino José Sosa. Y arriba Diego Costa, David Villa o Adrián López, los que estén, saben que para seguirle el tranco a los dos gigantes históricos del fútbol español no se pueden perdonar oportunidades de gol.
El plantel es corto, pero mantiene como nunca la atención de la Liga tirando abajo el bipartidismo Real-Barcelona. Esta es la revolución Simeone.
“Si uno mira a las 38 fechas de Liga es imposible poder pensar que podamos competir con el Real Madrid y Barcelona, imposible. Tienen una calidad que marca la diferencia a largo plazo”, dijo Simeone el mes pasado. Sin embargo, el Aleti está ahí, entre los grandes de España y de Europa.
“La vida de los aficionados es la Liga. La Champions es estupenda y hace soñar, pero la Liga es el pan de cada día”, sintetizó el Cholo, que no aflojará un centímetro hasta el final.
El 17 de mayo, la Liga tendrá a un nuevo campeón. Podrá haber festejo blanco en las Cibeles, blaugrana en las Ramblas de Barcelona o rojiblanco en la Fuente de Neptuno. El final está abierto, pero algo es seguro: Atlético de Madrid habrá entregado hasta la última gota de sudor… A imagen y semejanza de Diego Simeone.
SIMEONE JUGADOR
Nació el 28 de abril de 1970, en Buenos Aires, Argentina.
Posición: volante / líbero.
Trayectoria: Vélez Sarsfield (1987/89), Pisa (Italia, 1989/92), Sevilla (España, 1992/94), Atlético de Madrid (España, 1994/97), Internazionale (Italia, 1997/99), Lazio (Italia, 1999/2003), Atlético de Madrid (España, 2003/05) y Racing (2005/06).
Selección Argentina: 106 partidos, 11 goles. Participó en tres mundiales: Estados Unidos 1994, Francia 1998 y Japón/Corea 2002. Disputó cuatro Copas América: Chile 1991, Ecuador 1993, Uruguay 1995 y Paraguay 1999. Con el Sub-20 jugó el Mundial Arabia Saudita 1989 y volvió a ese país en 1992, para la Copa del Rey Fahd, antecedente de la Copa Confederaciones.
Títulos: Liga española 1996 y Copa del Rey 1996, con Atlético de Madrid. Copa UEFA 1998, con Internazionale. Supercopa de Europa 1999, Serie A italiana 2000, Coppa Italia 2000 y Supercopa de Italia 2000, con Lazio.
Con la Selección Argentina conquistó la Copa América en 1991 y 1993, la Copa del Rey Fahd 1992 y la Copa Artemio Franchi 1993. En 1996 alcanzó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta.
El mayor de sus tres hijo, Giovanni Simeone (18 años), es delantero de River Plate.
SIMEONE TÉCNICO
Trayectoria: Racing (2006), Estudiantes de La Plata (2006/07), River Plate (2008), San Lorenzo de Almagro (2009/10), Catania (Italia, 2011), Racing (2011), Atlético de Madrid (desde 2012).
Títulos: Torneo Apertura 2006, con Estudiantes de La Plata. Torneo Clausura 2008, con River Plate. UEFA Europa League 2012, Supercopa de Europa 2012 y Copa del Rey 2013, con Atlético de Madrid.
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