domingo, 17 de noviembre de 2024

Historia en celeste y blanco

La celeste y blanca es conocida por todos como la camiseta argentina, hoy tricampeona del mundo. Pero antes de darle sus colores a la selección nacional estas rayas verticales identificaron a Atlético Tucumán, a Argentino de Quilmes, a Racing Club y a decenas de clubes que las adoptaron a lo largo y ancho del país.

Base del podcast El origen de los colores, de Radio Nacional.

Solamente un par de federaciones registraron diseños rayados en su afiliación a la FIFA: Argentina y Paraguay. Luego muchos países utilizarían ocasionalmente camisetas a listones verticales, pero la primera de todas fue la celeste y blanca.

Esa afiliación de la Asociación Argentina de Football había ocurrido el 1º de julio de 1912, durante el congreso en Estocolmo, y el seleccionado recién había estrenado la casaca albiceleste el año anterior: antes había jugado de blanco, de celeste y hasta con un diseño rayado azul y blanco, comprado en Gath & Chaves en 1908. Y un antecedente más: en 1905 el Nottingham Forest inglés estaba de gira y el 2 de julio goleó 9-1 a un combinado de la liga argentina, que lució una camiseta rayada celeste y blanca. Claro, no era la selección... si hasta tenía a cuatro británicos no nacionalizados (Ratcliff, Leonard, Hooton y Murray).

Aunque es obvio que se eligieron para el equipo los colores patrios, no son pocos los artículos que sostienen que la adopción del celeste y blanco era para identificarse con el exitoso Racing Club. Y es aquí donde hay que poner las cosas en su lugar. Primero porque el dominio racinguista que le daría siete títulos consecutivos recién empezaría en 1913, pero por sobre todo porque para entonces el equipo de Avellaneda no lucía esos colores. A su camiseta hoy icónica la estrenó el 8 de junio de 1913, ante Unión de Santa Fe (8-1) por la Copa Competencia. La selección ya la había usado dos años antes.

Pero hay más. El celeste y blanco antes de ser de Racing, fue de Argentino de Quilmes. El equipo de la barranca vestía una camiseta rayada con los colores de la bandera nacional, repartidos en cinco bastones. En 1910, luego de que Racing consiguiera el ascenso a Primera, en una asamblea el directivo Pedro Werner propuso cambiar la camiseta azul con una franja horizontal blanca (similar a la alternativa de Gimnasia) y adoptar los colores patrios, justamente en el año del centenario de la Revolución de Mayo.

Fueron hasta Quilmes para pedirles autorización y usar una camiseta igual. Los del Mate aceptaron pero pusieron una condición: tenían que ser siete las franjas, o sea más delgadas, para que no se vean exactamente iguales. Los racinguistas aceptaron sin problemas. El cambio se materializó luego de la escisión de 1912 cuando Argentino de Quilmes se pasó a la Federación Argentina, junto a Independiente. Racing y Argentino de Quilmes ya no competirían en la misma liga, no había problema de compartir el diseño de las casacas.

Racing campeón 1913

A partir de 1913 Racing Club impuso esos colores en todas las canchas hasta ganarse el apodo de La Academia. Pero para repasar el origen del club hay que retroceder hasta los inicios del siglo 20: Avellaneda todavía no era Avellaneda sino Barracas al Sud cuando el Argentinos Excelsior Club se dividió en otros tres de nombres pretensiosos como American Club, Argentinos Unidos y Sud American Football de Barracas al Sud. En 1901 los muchachos entendieron que debía unirse de nuevo y quedaron como Club Barracas al Sud, con casaca negra y amarilla. Enseguida volvieron las divisiones: un grupo encabezado por Arturo Artola creó Colorados Unidos. Todo bien, pero en el fondo sabían que lejos de seguir fragmentándose debían estar juntos otra vez y convocaron a una reunión en la vieja Feria de Ganado, en Alsina y Colón, donde hoy está estadio. Esta unión se selló el 25 de marzo de 1903 y el nombre para el nuevo club apareció cuando Germán Vidaillac mostró una revista francesa de automovilismo que se llamaba “Racing”, que en inglés significa “carreras”. A todos les encantó, aunque ellos no tenían nada que ver con el automovilismo o las competencias ciclísticas. Y así fue como el bautismo fue inscripto como Racing Football Club, una denominación que en 1906 se redujo al actual Racing Club.

La primera camiseta de la institución fue de color blanca para abaratar costos. Al año siguiente, en una asamblea decidieron que debían usar una vestimenta más colorida y optaron por una a rayas amarillas y negras, como cuando integraban el “Barracas al Sud”, pero la fama de Peñarol ya cruzaba a esta orilla del Río de la Plata y poco después prefirieron darle de baja. La segunda camiseta propuesta por Alejandro Carbone era celeste y rosa a cuadros y la usaron hasta 1908. Fue entonces cuando pasaron a lucir la azul con una franja blanca.

Para entonces, en 1905 Racing ya se había afiliado a la Argentine Football Association, donde debutó en la división de ascenso. En 1910, tras vencer 2-1 a Boca Juniors logró el ansiado derecho para jugar en Primera.

Lo curioso es que Vidaillac, el mismo que había propuesto el nombre para Racing, estaba molesto con elementos de la política que cada vez se entrometían más en las cuestiones del club, especialmente los de origen conservador, profundamente antipopular, y no dejaban espacio para que los muchachos de clase media tomasen posiciones de decisión. Y terminó cruzándose de vereda: a mediados de 1908 se fue a Independiente, junto a otros socios fundadores.

Alberto Ohaco, símbolo racinguista
Los que se marcharon se perdieron el período más exitoso de Racing, la seguidilla triunfal más larga de un club en la máxima división. En esos siete campeonatos consecutivos La Academia cosechó récords y admiración: alcanzó invicto a los títulos de 1914, 1915, 1918 y 1919. ¡En esas siete temporadas perdió apenas cinco partidos! El dominio fue absoluto. En Avellaneda se mantuvo sin perder desde el 29 de junio de 1913 hasta que San Lorenzo lo venció el 14 de abril de 1920, después de 59 partidos y casi siete años. Dejaba atrás una serie invicta de 38 encuentros.

La Academia era un justo apodo para un equipo que ganaba, goleaba y gustaba, que tenía como pilares a los hermanos Perinetti, a Olázar, Marcovecchio y al tremendo goleador Alberto Ohaco, que llegó a marcar 80 tantos entre 1912 y 1915.

En cuanto a su ubicación, no fue un equipo peregrino. El primer terreno lo tuvo en Avellaneda, donde hoy se juntas las calles General Roca y 25 de Mayo, a varias cuadras de la Av. Mitre hacia el Río de la Plata. Ya en 1905 se instalaron en lo que hoy es Alsina y Colón, donde se levantó una hermosa cancha de madera, con su tribuna principal techada al estilo inglés. Allí estuvieron por cuatro décadas, hasta que el 1 de diciembre de 1946 se despidieron del viejo y querido recinto fue ante Rosario Central, con triunfo de la visita por 6- 4.

El 27 de marzo de 1944 se había iniciado el proyecto de construcción de un colosal estadio de cemento. Se pensó en un momento en levantarlo en la zona de Retiro, pero finalmente se compraron los 30 mil metros cuadrados que pertenecían al Ferrocarril Sud (hoy Roca), en Avellaneda. Ya durante la presidencia de Juan Domingo Perón, comenzó la financiación de la obra cuando promediaba 1946. En agosto de ese año, vio la luz el decreto que contemplaba todos los gastos del emprendimiento: un préstamo de 3 millones de pesos por parte del Gobierno Nacional fue determinante para impulsar la gestión. Este dinero fue devuelto en su totalidad por el club en tiempo y forma. Como gesto de agradecimiento, la Comisión Directiva de Racing decidió designar presidente honorario a Perón y socios honorarios a Eva Duarte de Perón, a Ramón Cereijo, a Juan Atilio Bramuglia y a Miguel Miranda. Además, el presidente del club, Carlos Pailot, decidió que el flamante estadio llevara el nombre del mandatario nacional.

Racing 1951, primer tricampeón del profesionalismo
La inauguración fue el 3 de septiembre de 1950 en un partido en el que Racing venció 1-0 a Vélez Sarsfield. Llamil Simes anotó el primer gol del Cilindro, que contaba con capacidad para 120 mil personas. Luego, medidas reglamentarias de seguridad redujeron ese aforo hasta las 52 mil actuales.

El nuevo escenario fue testigo de la concreción del primer tricampeonato del profesionalismo, al culminar con los títulos de 1949, 1950 y 1951. Las alegrías continuaron: volvió a ser campeón en 1958, en 1961 y en 1966. Con esta conquista de la mano del entrenador Juan José Pizzuti se abrió la temporada más gloriosa a nivel internacional. En 1967 Racing ganó la Copa Libertadores de América en una definición de tres partidos cerradísimos contra Nacional de Montevideo, y para coronar el año se convirtió en el primer equipo argentino en coronarse “campeón del mundo”, como se llamaba al ganador de la vieja Copa Intercontinental. La víctima esta vez fue el Celtic escocés, quien también se inclinó tras un triple choque que se terminó definiendo en el estadio Centenario con un interminable zapatazo del Chango Cárdenas.

Racing 1985, el retorno a Primera
Vinieron después años de vacas flacas y hasta el descenso a la Primera B, en 1983. Pero la lealtad de los hinchas racinguistas pasó todas las pruebas, siempre las multitudes acompañaron al equipo. En 1985 venció a Atlanta en la final del octogonal y retornó a la Primera tras dos temporadas de sufrimiento y fidelidad.

La Supercopa, ese torneo que reunía a los viejos ganadores de la Libertadores, le regaló a Racing una alegría efímera y hasta el final del siglo 20 siguió viendo como los festejos se teñían de otros colores. Tuvo que ser el 2001, con el final de una Argentina en llamas, en medio de esa seguidilla de cinco presidentes en una semana, cuando al mando de Reinaldo Merlo y “paso a paso” volvió a tronar el grito de campeón. Ya en la década pasada, se renovó la celebración con el regreso de los torneos largos: en 2014 y 2019 se escuchó de nuevo “en el este y el oeste, en el norte y en el sur, brillará blanca y celeste, La Academia Racing Club”.

Tendremos que rebobinar. Habíamos contado que Racing le había pedido sus colores a Argentino de Quilmes, el equipo nacido el 1º de diciembre de 1899, en la idea de un grupo de estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires residentes en la zona de Quilmes, cansados de ser discriminados en el Quilmes Athletic Club –fundado en 1897– por no tener ascendencia británica. Si lo ingleses tomaban el té luego de sus partidos, los criollos de Argentino compartirían el mate cocido. Y sobre todo, haciendo gala del nombre y del orgullo que sentían, eligieron los colores celeste y blanco para su camiseta, aunque se pierde en el tiempo el momento exacto en que empezaron a usar esta casaca a rayas.

En 1901 estos muchachos disputaron su primer amistoso contra Quilmes, pero se impusieron 3-1 los que años más tarde se conocerían como “cerveceros”. En 1902 Argentino se afilió para disputar el ascenso y en 1906 debutaron en Primera, ya con los colores nacionales, que no cambiarían más.
Argentino de Quilmes 1923

En San Miguel de Tucumán levantan la mano cuando se habla del primer equipo con camiseta a bastones albicelestes. El 27 de septiembre de 1902 se fundó Atlético Tucumán, el club decano de esa provincia. Jugaron al principio con camisetas blancas y eligieron una fecha patria para adoptar los colores de la bandera de Manuel Belgrano: el 9 de julio de 1903 estrenaron la divisa con una victoria 6-0 contra Club Salteño. Según pudo corroborarlo el Centro de Investigación para la Historia del Fútbol, esta sería la primera camiseta celeste y blanca usada en el país.
Atlético Tucumán 1929, durante una gira en Lima, Perú

Fueron esos sus colores para siempre, los mismos que trascendieron los límites de la provincia cuando entre 1973 y 1984 fue animador del viejo torneo Nacional que intentaba darte mayor federalismo al fútbol argentino. Tras décadas de luchar en el ascenso de AFA, finalmente en 2009 ganó un lugar en la Primera División. Fue un paso efímero de apenas una temporada, pero en 2015 volvió a ser campeón de la B Nacional y desde entonces permanece en la elite. En 2017 se convirtió en el primer club del norte que debuta en la Copa Libertadores. Y está tan asociada la camiseta de Atlético Tucumán a la de la selección nacional, que en se “fusionaron” en Quito: los tucumanos llegaron con gran demora a la capital ecuatoriana y el equipaje aún estaba en camino. Sin poder esperarlo salieron “volando” hacia el estadio Atahualpa y se vistieron con el uniforme que les prestó la Selección Sub-20 que disputaba por entonces el Campeonato Sudamericano en Ecuador. Así, con la celeste y blanca y el escudo de la AFA, vencieron 1-0 con gol de Fernando Zampedri y avanzaron en su aventura continental.

Atlético Tucumán - Argentino de Quilmes - Racing

Luego de los tucumanos, los quilmeños y Racing, el fútbol argentino se pobló de clubes con los colores de la bandera nacional. El que más lejos llegó es el Club Atlético Racing, de la ciudad de Córdoba. Cuando el 14 de diciembre de 1924 se juntaron para fundar un club, había dos mociones mayoritarias: una estaba por Tiro Federal y la otra por Racing. Ganó la segunda y además del nombre se mimetizó completamente con su inspiración de Avellaneda: en 1925 un club cordobés llamado Vélez Sarsfield que usaba la casaca albiceleste se disolvió y los muchachos del Barrio Inglés se quedaron con esos colores que admiraban. Enseguida le cayó, por añadidura, el apodo de La Academia.

En 1945 consiguieron los terrenos de Nueva Italia donde tres años después inauguraron su cancha. Después de varios títulos en la Liga Cordobesa, en 1967 clasificó al Torneo Regional de 1967 y disputó por primera vez en su historia un torneo a nivel nacional organizado por la Asociación del Fútbol Argentino. Chaco For Ever lo venció y clasificó al Nacional, pero lograron jugar el Torneo Promocional junto a Banfield, Huracán, Colón y Gimnasia y Esgrima La Plata. Fue el primer equipo cordobés en conseguirlo. En 1980 fue subcampeón del Nacional, detrás de Rosario Central.
Racing, de Córdoba, 1980, subcampeón del Nacional

Varios equipos con nombre “Argentino” llevan en su pecho los colores de la bandera, como el de Merlo, el de Firmat o el de Pergamino, por citar solo a unos pocos. En los certámenes de AFA lucieron sus camisetas celestes y blancas equipo de arraigo popular en sus pagos, como Gimnasia y Esgrima de Jujuy, Atlético de Rafaela, Gimnasia y Tiro de Salta o Atlético Concepción, de la Banda del Río Salí, en Tucumán.
Gimnasia de Jujuy 1998

En el ascenso actualmente la viste Victoriano Arenas y en el pasado la llevaba Ferrocarril Urquiza, antes de unirse a la UAI. ¿Hay más? Claro, la enseña creada por Belgrano está bien presente de norte a sur, como en las casacas de Argentinos del Norte, en Clorinda, Formosa; o Unión de Mar del Plata. Y de este a oeste, llevada con orgullo por los jugadores de Juventud Unida, en Gualeguaychú, a los de Juventud Alianza, en San Juan.

En Santiago del Estero se luce con la celeste y blanca el Sportivo Fernández. En Tucumán, el Atlético Famaillá. O anda en locomotora, llevada por Ferro Carril Roca, de Las Flores; o Ferrocarril Sud, de Olavarría. Brilla en el pecho de Sportivo Saenz Peña, en el Chaco, y le hace honor al creador de la bandera en Belgrano de Paraná y Belgrano de Zárate.

El celeste y blanco podrá remitir al Decano de Tucumán, al Mate de la barranca quilmeña o a La Academia que dicta cátedra en Avellaneda, pero une a todo el fútbol argentino en el latir de la camiseta de la Selección Nacional.

2 comentarios:

Jorge Piru Cioccale dijo...

Hay varios puntos que habría que corregir, si bien la historia está muy bien contada. A saber.
Los únicos dos que tienen el archivo de la celeste y blanca a rayas son Argentino de Quilmes y Racing de Atlético Tucumán no hay nada que certifique que se usó en esa fecha, es más hay fotos con camiseta a 2 colores a la mitad, se habla de un partido amistoso del cuál no hay datos de esa camiseta. Ya hablé con historiadores de Tucumán.
Después la camiseta la selección Argentina si no me equivoco la usó a mediados de 1908.
Argentino de Quilmes la usó en el campeonato de 1908 ( hay archivo).y por último hablé con encargados del CIHF y me dijeron que ellos no son nadie para certificar las cosas, simplemente hacen revisionismo histórico y nada más.

ARO GERALDES dijo...

Gracias, Jorge, por tu aporte. Sumergirse en los primeros años del amateurismo es bucear en aguas oscuras. Las fotografías eran lujos que no estaban al alcance de cualquiera. Ahí es cuando cobran valor las crónicas, los textos periodísticos y hasta los relatos orales.
En la Argentina ningún grupo trabaja con mayor compromiso y seriedad que el CIHF. Y aun cuando las fuentes son fotos, el blanco y negro nos puede traicionar con los pigmentos ortocromáticos (la primera camiseta rayada argentina de 1908 era azul, no celeste), como lo publicamos en "Atlas Mundial de Camisetas".
Lo apasionante de estas investigaciones es que ningún dato es definitivo... El año pasado pudo completarse recién la tabla del primer campeonato disputado en la Argentina, en 1891... ¡después de 132 años! Eso nos deja la esperanza de que aparezca algún testimonio, una foto perdida, un archivo "secreto". Ojalá.
Un abrazo.