Por PABLO ARO GERALDES
La Liga Deportiva Universitaria de Quito ya tiene en sus manos la ansiada Copa Libertadores de América, pese a que en la ceremonia de premiación volaran papelitos verdes, blancos y granates: sí, el festejo estaba preparado para Fluminense.
No importa, los ecuatorianos no se ofendieron, es más, fue un gesto que le dio mayor magnitud a su logro. Contra los pronósticos, el máximo trofeo continental se posó por primera vez en su medio siglo de historia en una vitrina ecuatoriana. Y eso nos alegra.
No importa, los ecuatorianos no se ofendieron, es más, fue un gesto que le dio mayor magnitud a su logro. Contra los pronósticos, el máximo trofeo continental se posó por primera vez en su medio siglo de historia en una vitrina ecuatoriana. Y eso nos alegra.
Nos pone felices porque siempre los clubes que parecen más débiles nos despiertan mayor entusiasmo. Pero por sobre todo porque este equipo que conduce Edgardo Bauza fue campeón por su propuesta futbolística.
Aprovechó los 2.850 metros de altura de Quito para hacerse fuerte en casa, atacando al rival sin descanso. Y supo manejar los partidos en sus visitas a Argentina, México y Brasil.
Los nombres de sus rivales asustaban siempre. Por historia, por tradición. Estudiantes de La Plata, un histórico tricampeón de América; San Lorenzo de Almagro, con su enorme ser de victoria en el año de su centenario; América de México, con el poder económico y ese monstruo que es el estadio Azteca… Y Fluminense, que tuvo que ver como el Maracaná se transformó en el escenario de un emocionante logro ecuatoriano.
Alegra a todo el continente el título de LDU porque demostró que jugar mejor es el camino más directo a la victoria. Tuvo en Damián Manso y Patricio Urrutia a dos conductores notables, a Guerrón como una fiera de ataque, acompañada por Bieler. Porque tuvo en Calle, Araujo y Ambrossi a una defensa prolija y en Cevallos a un portero que respondió cuando tenía que hacerlo; en los momentos clave, y en la inolvidable definición por penales en Río de Janeiro.
La Liga consiguió dignamente lo que dos grandes del fútbol ecuatoriano no pudieron, ni Barcelona ni Emelec.El conjunto albo de Quito es el nuevo monarca de América y estará en Japón, en el Mundial de Clubes, representando al fútbol sudamericano.
Y eso es una alegría continental.
Aprovechó los 2.850 metros de altura de Quito para hacerse fuerte en casa, atacando al rival sin descanso. Y supo manejar los partidos en sus visitas a Argentina, México y Brasil.
Los nombres de sus rivales asustaban siempre. Por historia, por tradición. Estudiantes de La Plata, un histórico tricampeón de América; San Lorenzo de Almagro, con su enorme ser de victoria en el año de su centenario; América de México, con el poder económico y ese monstruo que es el estadio Azteca… Y Fluminense, que tuvo que ver como el Maracaná se transformó en el escenario de un emocionante logro ecuatoriano.
Alegra a todo el continente el título de LDU porque demostró que jugar mejor es el camino más directo a la victoria. Tuvo en Damián Manso y Patricio Urrutia a dos conductores notables, a Guerrón como una fiera de ataque, acompañada por Bieler. Porque tuvo en Calle, Araujo y Ambrossi a una defensa prolija y en Cevallos a un portero que respondió cuando tenía que hacerlo; en los momentos clave, y en la inolvidable definición por penales en Río de Janeiro.
La Liga consiguió dignamente lo que dos grandes del fútbol ecuatoriano no pudieron, ni Barcelona ni Emelec.El conjunto albo de Quito es el nuevo monarca de América y estará en Japón, en el Mundial de Clubes, representando al fútbol sudamericano.
Y eso es una alegría continental.
2 comentarios:
Lo de los papelitos verdes blancos y rojos fue una verguenza. Y despues esperamos que nos tomen en serio...
Bien por la Liga, que mostro buen futbol y dejo bien parado a Ecuador
Lo de la LDUQ ha sido la culminación del crecimiento espectacular del fútbol ecuatoriano, tras la presencia de la selección tricolor en los dos últimos Mundiales y la progresión de sus clubes.
Ojo a Joffré Guerrón que puede sorprender aquí en España.
Saludos.
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