jueves, 23 de enero de 2025

Pickles, héroe de Inglaterra '66

Un siglo después de inventar el fútbol, los ingleses esperaban ansiosos el comienzo del Mundial de 1966. La Copa Jules Rimet se exhibía con orgullo durante la tradicional exposición filatélica Stampex, entonces dedicada obviamente al deporte ("Sport with Stamps"). Esto fue en el Salón de Westminster, en Londres, con la organización de la famosa empresa del mercado filatélico Stanley Gibbons.

El escándalo estalló la tarde del domingo 20 de marzo: a tres meses del inicio del campeonato, el trofeo fue robado. 

La copa desapareció probablemente cuando se estaba celebrando un servicio dominical metodista en otra parte del edificio. El caso era muy misterioso, ya que supuestamente el trofeo estaba vigilado sin descanso por dos guardias de seguridad de la empresa Alsa-Guard. Y un dato curioso: deslumbrado por el brillo del oro, el ladrón no reparó en que esos sellos postales estaban valuados en tres millones de libras esterlinas.

Días después, el Scotland Yard recibió un pedido de rescate de £ 15.000, pero resultó ser una farsa. El jefe de la Football Association era Joe Mears. Muy implicado en la búsqueda, recibió muchas llamadas telefónicas con información sobre el paradero de la Copa... Pero no tenían fundamento. La policía tendió entonces una trampa al presunto ladrón y fue detenido, pero sin la Copa. 

La copa fue encontrada, siete días después, envuelta en papel de periódico en el fondo de un jardín suburbano en Beulah Hill, al sur de la capital.

No fue la Policía la del hallazgo, sino el perrito Pickles durante un paseo con su dueño David Corbett.

Para entonces, Mears ya sufría del corazón, pero según muchas fuentes, fue el estrés del robo de la Copa lo que empeoró mucho su estado y le provocó un infarto. Murió repentinamente el 1 de julio, durante un viaje a Oslo, cuando faltaban menos de dos semanas para el comienzo del Mundial: Mears no pudo ver a su selección levantar el preciado trofeo en Wembley.

Cuando Inglaterra se coronó campeón, Pickles fue invitado al banquete de celebración y se le permitió lamer los platos. Su dueño recibió numerosos premios por un valor total de 6.000 libras. La mascota murió en 1967 y descansa en el mismo lugar donde encontró la Copa del Mundo.


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