A los 2' abrió el marcador Rivaldinho, a quien a los 16' le hicieron un penal: su padre fue el encargado de transformarlo en gol, el primero desde su retorno a su país. A los 41', el hijo aumentó la cuenta.
"Creo que entré en la historia. Había oído de padres que disputaron partidos oficiales junto a un hijo, pero nunca que ambos hayan marcado goles", declaró Rivaldo, quien además es el presidente del Mogi Mirim.
Pero el caso de los Rivaldo no es el primero. Aquí propongo un repaso a algunas parejas de padre e hijo que compartieron un partido oficial. Hay más, claro. Si tienes algún dato más escríbeme aquí.
El 25 de mayo de 2008, Juan Carlos Bazalar (40 años), jugó junto a su hijo Carlos Alonso (17), en un partido por la primera división peruana entre Cienciano y Juan Aurich. Ambos fueron titulares en la victoria 3-2 de los cusqueños.
Carlos y Juan Carlos Bazalar, con la camiseta de Cienciano. |
Carlos Maria y Juan Manuel Morales, en Montevideo Wanderers. |
Nicolás y Walter Pandiani. |
Mickael y el Beto Acosta. |
En 1978, el Bolívar campeón de Bolivia tuvo en su alineación a los argentinos Luis Gregorio Gallo y su hijo Walter Gallo en varios partidos, entre ellos los clásicos ante The Strongest.
En la Argentina, Gallo padre es recordado por un episodio que lo marcó en 1968: jugando para Vélez Sarsfield en las finales ante River Plate, rechazó una pelota con una mano sobre la línea de gol (era la victoria y el título para River) y el árbitro Guillermo Nimo no sancionó el penal.
Abajo, tercero desde la izquierda, Luis Gregorio Gallo. |
Entre selecciones hay un par de casos. El primero en Barbados: entre 1931 y 1933 Arthur Reynolds Foster compartió la titularidad con su hijo Arthur Colin Foster. Juntos jugaron 6 partidos, con una particularidad: en el último, el 26 de octubre de 1933 ante la Trinidad, también jugó otro hijo: Lindsay Reynolds Foster.
Parados. desde la izquierda: 2º Lindsay Reynolds Foster; 6º Arthur Colin Foster. Sentado, con la pelota, Arthur Reynolds Foster, el padre. |
En la selección de Islandia ocurrió algo emocionante con los Guðjohnsen, cuando visitaron a Estonia en Tallin, el 24 de abril de 1996. Estrictamente hablando, no jugaron juntos en la cancha, pero disputaron el mismo partido; Eiður (de 17 años) entró desde el banco de suplentes en reemplazo de su padre Arnór (de 35), a los 62 minutos.
Ambos quería jugar juntos, pero Eggert Magnússon, presidente de la federación islandesa prefirió que el histórico acontecimiento ocurriese en suelo propio y le pidió al DT Logi Ólafsson que no los alineara juntos contra Estonia. Islandia ganó 3-0 con tres goles de Bjarki Gunnlaugsson. Antes del siguiente partido el joven Eiður se lesionó un tobillo jugando para la selección Sub-18; cuando se recuperó, su padre ya se había retirado.
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