El 7 de septiembre de 2010, Bahrein recibía a Togo en un partido amistoso de selecciones a disputarse en el Bahrain National Stadium, en Riffa. Hasta aquí, todo bien.
Los anfitriones ganaron 3-0 pero algo llamó la atención en los togoleses, además de su inusual indumentaria adidas (tiene contrato con Puma): el austríaco Josef Hickersberger, entrenador de Bahrein, comentó que estaba sorprendido por la "muy poca resistencia física para jugar 90 minutos y el pobre nivel técnico de Togo". Para el DT, esto hizo que el match fuera "muy aburrido".
Togo venía con el cartel de haber disputado la Copa del Mundo 2006 y su presencia invitaba a los aficionados a apostar con fundamento por su victoria. Algo oscuro había detrás.
La Bahrain Football Association (BFA) dijo que el encuentro se había organizado según los procedimientos oficiales de costumbre, y a través de un agente conocido durante varios años. "Todo parecía estar en orden hasta después del partido, cuando empezamos a oír que algunas personas se preguntaban acerca de estos jugadores y este equipo de Togo. Nos sorprendimos cuando nos enteramos la verdad", dijo un vocero de la BFA al Gulf Daily News. Este portavoz rechazó los informes de que el partido fue organizado por falso agente, argumentando que el intermediario en cuestión se había comportado siempre "100% bien" y ahora estaba cooperando con las investigaciones.
Por su parte, la Fédération Togolaise de Football (FTF) emitió un comunicado informando que el partido no había sido autorizado por la entidad y que el empresario togolés que arregló la realización el encuentro era un estafador. Por su parte, el Ministro de Deportes de Togo, Christophe Tchao, dijo que el equipo misterioso "fue montado por manipuladores tenebrosos con jugadores no identificados" y denunció que todo estuvo montado por un "grupo mafioso".
"Me siento herido, profundamente conmocionado por este comportamiento criminal", declaró sin vueltas Antoine Folly, miembro del comité interino de la FTF. "Las personas que son capaces de tales acciones son capaces de lo peor", agregó.
Togo todavía se está recuperando de un ataque en enero a su selección nacional en la Copa Africana de Naciones en Angola, en el que hombres armados mataron a un conductor, el asistente del gerente y un funcionario de medios e hirieron a varios más.
¿Quién será el togolés número 7 que encara ante el acecho de Abdullah Fatadi? La gente de la BFA se justifica, si hay alguna culpa de su parte, aduciendo que el vicepresidente de la entidad, Shaikh Ali bin Khalifa Al Khalifa, recibió toda la documentación oficial de los togoleses, incluyendo los pasaportes de los jugadores.
El prontuario de Bana está sucio y ya había sido censurado por una estafa similar. Ya en julio, FTF lo había suspendido por dos años por organizar un partido en Egipto sin el reconocimiento de las autoridades deportivas de Togo.
Pero pocos en Togo creen que Bana es el único responsable, y algunos señalan a la propia federación. “No podemos sancionar solamente a Tchanile Bana solo -precisó Folly-. No puede haber actuado solo en ninguno de estos casos. Debemos arrojar luz sobre este asunto para desenmascarar y sancionar a los cómplices que pueda tener en el seno de la federación”.
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