En su debut mundialista, el 17 de julio de 1930, la selección de Bolivia apareció en el campo de juego del Parque Central (cancha de Nacional) con una particular camiseta: cada uno de los jugadores llevaba una letra en el pecho.
Los veinte mil presentes y los rivales yugoslavos se preguntaban de qué se trataban esas "U", esas "A", esas "V"... El misterio se develó cuando Jesús Bermúdez; Segundo Durandal, Casiano Chavarría; Jorge Argote, Diógenes Lara, Jorge Balderrama; Gumercindo Gómez, José Bustamante, Rafael Mendéz, Mario Alborta y René Férnandez se pararon de frente de acuerdo al orden que habían ensayado: pudo leerse VIVA URUGUAY, a la vez que el arquero portaba una bandera uruguaya.
Escena del partido Yugoslavia - Bolivia. |
La sorpresa siguió cuando los protagonistas tomaron posiciones para que el árbitro local Francisco Matteucci iniciara el partido: lo que parecía ser una gesto para salir a la cancha y tomarse la foto, no era solo eso, no: así, en plena acción se podía ver un pase del jugador "Y" a su compañero "A". O una pared entre una "U" y otra "U". La soleada tarde del invierno montevideano terminó con una derrota 4-0, resultado que clasificaba a los yugoslavos a semifinales a la vez que eliminaba a Brasil.
Sin embargo, en el recuerdo quedará el curioso gesto boliviano y sus buenas intenciones pese al homenaje trunco de la foto.
Las curiosidades no terminaron en el debut. Para el segundo partido, frente a Brasil, los dos equipos usaban camisetas blancas y no tenían previsto ningún juego de reemplazo. Solamente podían distinguirse por los pantalones: azules de los brasileños, negros de los bolivianos. Por eso, en el estadio Centenario, la solución llegó desde el vestuario local y Bolivia cerró su participación en la primera Copa del Mundo vistiendo la Celeste de Uruguay.
No le dio suerte: volvió a perder 4-0.
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