viernes, 31 de enero de 2025

El primer campeón del fútbol argentino

El sábado 12 de abril de 1891 se jugó en Buenos Aires la primera fecha del primer campeonato argentino de Primera División. Aquella tarde se disputaron apenas dos partidos, entre cuatro de los cinco participantes del flamante torneo, el primero de América.

Además de pionero continental, el campeonato era la primero que se realizaba fuera de las islas británicas y de los Países Bajos. Lo había creado meses antes Alex Lamont de la escuela porteña Saint Andrew's Scots. Los otros competidores eran Old Caledonians, Buenos Aires and Rosario Railway, Belgrano FC y Buenos Aires FC. También se había inscripto Hurlingham FC, pero no llegó a jugar.

En aquella jornada inaugural los blanquiazules de Saint Andrew's vencieron 5-2 al Buenos Aires FC, mientras que Old Caledonians goleó 6-0 a Belgrano FC. Los dos equipos continuaron sus marchas triunfales con estadísticas similares: seis triunfos, un empate y una derrota. Igualados con 13 puntos, ambos fueron considerados campeones, con un título compartido.

Sin embargo, para repartir las medallas, el 13 de septiembre se jugó un playoffs en el Flores Polo Club, en el que Saint Andrew's se impuso por 3-1 en tiempo suplementario, con tres goles de Charles Douglas Moffatt.

Después de este torneo, la Argentine Association Football League suspendió sus reuniones y en 1893 se formó otra institución con el mismo nombre. La Asociación del Fútbol Argentino, sucesora de la fundada en 1893, no considera oficial aquel campeonato de 1891.

Saint Andrew's
El St. Andrew's Scots School es una institución privada sin fines de lucro de Argentina de origen escocés fundada 1º de septiembre de 1838 por un grupo de inmigrantes escoceses que deseaba educar a sus hijos en su propio idioma, cultura y fe religiosa.

Estos inmigrantes escoceses habían arribado a la Argentina el 22 de mayo de 1825. Originalmente, el colegio funcionó como mixto de varones y mujeres, en la iglesia presbiteriana de la calle Piedras 55, en la ciudad de Buenos Aires y luego trasladada a Ituzaingó 1026, en el barrio porteño de Constitución. En 1947 volvió a mudarse a Olivos, como escuela únicamente para varones. En 1966 se abrió la Escuela Escocesa San Andrés para niñas, manteniendo separados a los alumnos de ambos sexos. En 1980 se restableció la educación mixta y se inauguró en Punta Chica (Beccar), también en la zona norte del Gran Buenos Aires, otra escuela primaria y un jardín de infantes. En este momento, la institucíon compró un gran terreno y se ha creado un nuevo proyecto imponente, llamado Campus San Andrés, donde se explica que se unificarán las dos sedes que conforman la institución, incluyendo primaria y secundaria en un gran "campus". En 1988 abrió la Universidad de San Andrés.

La obtención del primer título del fútbol argentino (compartido con Old Caledonians) le dio a la escuela un gran renombre por aquellos años. Incluso llegó a inspirar el primer escudo de Independiente (por entonces Independiente Football Club), creado unos 15 años después de aquella conquista. Ese escudo escocés con la cruz de San Andrés es el que Independiente sigue usando en su camiseta alternativa.

A pesar del títulos de 1891, el torneo no se jugó en 1892, y Saint Andrew's no formó parte del torneo de 1893. Se afiliaría a la nueva entidad en 1894 pero quedó penúltimo y fue desafiliado. Esa fue su última participación.

miércoles, 29 de enero de 2025

El fútbol es historia

El Fútbol es Historia es una serie documental de ocho capítulos que recopila los mejores momentos del fútbol argentino en el período comprendido entre los años 1867 y el 2012. Muestra la influencia directa y reciproca entre el deporte y el contexto socio-político de la época. 

Desde Alexander Watson Hutton hasta Lionel Messi, el programa repasa 145 años de un deporte que hizo y es historia. Fue realizado por la productora Koala Contenidos para canal Encuentro.

La magnífica serie fue dirigida por Christian Rémoli, con guión del periodista Ezequiel Fernández Moores y la voz en off del actor Darío Grandinetti. En 2011 ganó uno de los concursos del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y pudo ser rodado al año siguiente. Sus imágenes le pertenecen al valioso Banco Audiovisual de Contenidos Universales Argentinos (BACUA).

Aquí podrán ver todos los capítulos:

1- El nacimiento (1867-1930) 

2- Los mejores (1930-1957)

3- Tiempos violentos (1958-1973)

4- Gloria y dolor (1973-1978)

5- El sueño (1975 -1986)

6- La brillantez (1979-1989)

7- Tiempos modernos (1990-2001)

8- De vuelta al potrero (1990-2012)


domingo, 26 de enero de 2025

Campeones del mundo nacionalizados

Migraciones, exilios, repatriaciones o simplemente la búsqueda de un futuro deportivo mejor hicieron que a lo largo de casi un siglo futbolistas de alto nivel representaran a países diferentes a los de su nacimiento. La historia mundialista no podía ser la excepción.

Por PABLO ARO GERALDES

En 1930 Pedro Cea y Lorenzo Fernández fueron campeones del mundo con Uruguay; varias fuentes aseguraron siempre que habían nacido en Galicia, España, pero no existe documentación fehaciente que lo corrobore.
A partir de entonces, 17 fueron los futbolistas que levantaron el máximo trofeo vistiendo una camiseta diferente a la de su país natal.

En 1934 Italia tuvo entre sus filas a Felice Borel, nacido en Francia, al brasileño Anfilogino Guarisi y a los argentinos Atilio Demaría, Enrique Guaita, Luis Monti y Raimundo Orsi.

En 1938 Italia repitió el título con la presencia en sus filas del uruguayo Miguel Andreolo. En 1950 la historia fue al revés: Uruguay fue campeón mundial con Ernesto Vidal, nacido en Istria, que por entonces pertenecía a Italia y hoy es parte de Croacia.

En 1954, Alemania Federal vivía su resurrección después de la Segunda Guerra Mundial y la Nationalmannschaft contó con Jupp Posipal, nacido en Rumania en el seno de una familia germana.

En los años '70 la FIFA fue haciendo cada vez más rígida la reglamentación para que un futbolista represente a un país diferente al de su tierra natal. Los cambios de colores dejaron de multiplicarse.
Hubo que esperar a 1998 para más casos: la multiétnica selección francesa alzó la Copa en París con Marcel Desailly, nacido en Ghana, y Patrick Vieira, oriundo de Senegal.

En 2006 el argentino Mauro Camoranesi celebró con Italia, plantel en el que también estaba Simone Perrotta, nacido en Inglaterra.

Podolski y Klose, campeones en 2014
Ya en 2014, Lukas Podolski y Miroslav Klose, dos históricos delanteros de Alemania fueron campeones en Brasil: ambos son nacidos en Polonia.

Por último, en Rusia 2018, Francia volvió a contar en su plantel con dos futbolistas nacidos en África: el arquero Steve Mandanda, de la República Democrática del Congo, y Samuel Umtiti, de Camerún.


jueves, 23 de enero de 2025

Pickles, héroe de Inglaterra '66

Un siglo después de inventar el fútbol, los ingleses esperaban ansiosos el comienzo del Mundial de 1966. La Copa Jules Rimet se exhibía con orgullo durante la tradicional exposición filatélica Stampex, entonces dedicada obviamente al deporte ("Sport with Stamps"). Esto fue en el Salón de Westminster, en Londres, con la organización de la famosa empresa del mercado filatélico Stanley Gibbons.

El escándalo estalló la tarde del domingo 20 de marzo: a tres meses del inicio del campeonato, el trofeo fue robado. 

La copa desapareció probablemente cuando se estaba celebrando un servicio dominical metodista en otra parte del edificio. El caso era muy misterioso, ya que supuestamente el trofeo estaba vigilado sin descanso por dos guardias de seguridad de la empresa Alsa-Guard. Y un dato curioso: deslumbrado por el brillo del oro, el ladrón no reparó en que esos sellos postales estaban valuados en tres millones de libras esterlinas.

Días después, el Scotland Yard recibió un pedido de rescate de £ 15.000, pero resultó ser una farsa. El jefe de la Football Association era Joe Mears. Muy implicado en la búsqueda, recibió muchas llamadas telefónicas con información sobre el paradero de la Copa... Pero no tenían fundamento. La policía tendió entonces una trampa al presunto ladrón y fue detenido, pero sin la Copa. 

La copa fue encontrada, siete días después, envuelta en papel de periódico en el fondo de un jardín suburbano en Beulah Hill, al sur de la capital.

No fue la Policía la del hallazgo, sino el perrito Pickles durante un paseo con su dueño David Corbett.

Para entonces, Mears ya sufría del corazón, pero según muchas fuentes, fue el estrés del robo de la Copa lo que empeoró mucho su estado y le provocó un infarto. Murió repentinamente el 1 de julio, durante un viaje a Oslo, cuando faltaban menos de dos semanas para el comienzo del Mundial: Mears no pudo ver a su selección levantar el preciado trofeo en Wembley.

Cuando Inglaterra se coronó campeón, Pickles fue invitado al banquete de celebración y se le permitió lamer los platos. Su dueño recibió numerosos premios por un valor total de 6.000 libras. La mascota murió en 1967 y descansa en el mismo lugar donde encontró la Copa del Mundo.


martes, 21 de enero de 2025

Europeos en Boca Juniors

El mediocampista vasco Ander Herrera será el decimocuarto futbolista europeo que juega para Boca Juniors. Aquí un repaso a aquellos xeneizes que llegaron del otro lado del océano:

Rafael Pratts Gibraltar
Delantero, nacido en Gibraltar el 26 de abril de 1885.
Jugó 27 partidos en Boca Juniors entre 1908 y 1911. Anotó 32 goles.
Es el autor del primer gol de Boca en los torneos oficiales: por la Segunda División, marcó (dos) ante Belgrano Athletic IIA el 3 de mayo de 1908; fue victoria 3-1 de visitante. Se nacionalizó argentino.
Murió en Sarandí el 12 de septiembre de 1952, a los 67 años.

José Belloc Gibraltar
Arquero, nacido en Gibraltar el 29 de diciembre de 1887. 
Jugó 36 partidos en Boca Juniors entre 1909 y 1910.
Debutó el 2 de mayo de 1909 en la victoria 1-0 ante River Plate B por el torneo de Segunda División. Se despidió el 2 de enero de 1911 en un amistoso que terminó 3-3 con un combinado brasileño. Luego atajó en Independiente.
Murió en Buenos Aires el 2 de octubre de 1995, a los 107 años.
 
Francisco Priano Italia
Mediocentro, nacido en Genova (fecha imprecisa en la década de 1880). 
Jugó 1 partido en Boca Juniors en 1909.
En 1908 había formado parte de River Plate y allí volvió en 1910. Se puso la camiseta de Boca el 25 de julio de 1909 en la victoria 4-0 sobre Royas, por la Segunda División. En 1911 regresó a Italia y jugó en el Andrea Doria. Su hermano Juan Bautista Priano, nacido en Buenos Aires, fue el socio N° 1 de Boca y también fue jugador (dos partidos en 1913). Y era hijo de Benito Priano, el primer pizzero conocido de Buenos Aires.
Murió en Varese en 1922.

Alexandre McCulloch Escocia
Delantero, nacido en Edimburgo (fecha desconocida).
Jugó 1 partido en Boca Juniors en 1912.
El 1 de septiembre de 1912 Participó en la victoria 2-0 sobre Comercio por la División Intermedia.
También jugó en Honor y Patria, y regresó a Gran Bretaña. Se desconoce también la fecha de su muerte.

Mario Busso Italia
Mediocentro, nacido en Roma el 27 de junio de 1897. 
Jugó 127 partidos en Boca Juniors entre 1918 y 1927. Anotó 4 goles.
Llegó proveniente de Atlanta, y ya nacionalizado había jugado un partido para la selección argentina. Con Boca ganó 8 títulos (los campeonatos 1919, 1920, 1923, 1924 y 1926, la Copa Competencia 1919, la Copa Ibarguren 1919, y la Copa Honor Cusenier 1920). Totalizó 5 encuentros con el seleccionado argentino.
Murió en Buenos Aires el 20 de diciembre de 1985.

Pedro "Arico" Suárez España
Mediocampista izquierdo, nacido en Santa Brígida (Islas Canarias) el 5 de junio de 1908.
Jugó 335 partidos en Boca Juniors entre 1930 y 1942. Anotó 2 goles.
Fue el primer extranjero en ser mundialista con la selección argentina: fue parte del equipo subcampeón en Uruguay 1930. Sumó doce partidos con el seleccionado. Con el xeneizes ganó seis títulos (1930, 1931, 1934, 1935, 1940 y la Copa Ibarguren de 1940).
Murió en Buenos Aires el 18 de abril de 1979.

Ferenc Sohn "Francisco Sas" Hungría
Delantero, nacido en Budapest el 16 de agosto de 1915.
Jugó 50 partidos en Boca Juniors entre 1938 y 1941. Anotó 11 goles.
Después de ser subcampeón mundial en 1938 con la selección de Hungría, llegó a fin de ese año a la Argentina, antes de que estallara la II Guerra Mundial. Había jugado en el MTK Budapest. Con el xeneize fue goleador del equipo en 1939 y ganó el campeonato de 1940. Continuó su carrera en Argentinos Juniors.
Murió en Buenos Aires el 3 de septiembre de 1988.

Vittorio Giovanni "Juan" Brattina Italia
Mediocentro, nacido en Gorizia (Friuli-Venezia Giulia) el 26 de marzo de 1928.
Jugó 12 partidos en Boca Juniors en 1948.
Surgió de las divisiones inferiores de Boca como un volante habilidoso y debutó en Primera el 20 de junio de 1948 en la derrota 0-1 ante Newell's Old Boys en La Bombonera. La huelga de futbolistas que estalló en noviembre de aquel año le dio la posibilidad como juvenil de sumar partidos, pero al año siguiente siguió su carrera en Unión y en Nacional (Montevideo).

Julio Luis Alas España
Marcador de punta nacido en Oviedo (Asturias) el 19 de julio de 1943.
Jugó 48 partidos en Boca Juniors entre 1964 y 1967.
Llegó a la Argentina a los 6 años y jugó en las inferiores. Ganó dos campeonatos en 1964 y 1965 y era el suplente del Carmelo "Cholo" Simeone. Continuó su carrera en New York Generals (EE.UU.), Newell's Old Boys, Huracán, siguió en México con Toluca y Jalisco y se retiró en 1973 en Dallas Tornado (EE.UU.).

Nicolás Novello Italia
Delantero, nacido en Cosenza (Calabria) el 20 de mayo de 1946. 
Jugó 135 partidos en Boca Juniors entre 1966 y 1972 y luego en 1974. Anotó 23 goles.
Venía de las divisiones inferiores y fue campeón en los Nacionales de 1969 y 1970 y de la Copa Argentina 1969. En 1973 fue cedido al Atlante (México), pasó por Banfield y se retiró en la Unión Española, de Chile, donde inició una breve carrera como entrenador.

Pablo Marcelo Trobbiani España
Volante central nacido en Elche (Alicante) el 28 de diciembre de 1976.
Jugó 5 partidos en 1996.
Su padre, Marcelo, también ex jugador de Boca, jugaba en el Elche y allí nació él. Fue parte del plantel durante la conducción de Carlos Bilardo, que tenía a Diego Maradona (quien había sido compañero de su padre en 1981-82 y en el Mundial México 1986). Sin chances en el club, continuó su carrera en equipos menores de España e Italia.

Mikael Yourassowsky Bélgica
Lateral izquierdo, nacido en Ixelles (Bruselas) el 26 de febrero de 1986.
Jugó 3 partidos en Boca Juniors en 2004.
Llegó a las divisiones inferiores de Boca en 2002 e integró el plantel de Carlos Bianchi, en el Clausura 2004. Se había formado en el Anderlecht y en 200 pasó al Genk. Después de su breve trayectoria xeneize pasó por equipos de España, Grecia y México.

Daniele De Rossi Italia
Centrocampista, nacido en Roma el 24 de julio de 1983.
Jugó 7 partidos en Boca Juniors en 2019. Anotó 1 gol.
Tras una extensa trayectoria en la Roma, y de haber sido campeón Mundial 2006 con la Squadra Azzurra, llegó a Buenos Aires y debutó con un gol en la Copa Argentina en el empate 1-1 con Almagro (luego derrota por penales). Al comenzar la temporada 2020 decidió su retiro del fútbol, antes de que la pandemia de covid-19 parara al fútbol mundial.

Ander Hererra España
Centrocampista, nacido en Bilbao (País Vasco) el 14 de agosto de 1989.
Debutó en el Zaragoza (2008-11) pasó por "su" Athletic de Bilbao (2011-14), y luego vistió las camisetas de Manchester United (2014-19) y Paris Saint-Germain (2019-22). Retornó al Athletic (2022-24) y el 22 de enero de 2025 debutó con la camiseta de Boca Juniors en la victoria 5-0 sobre Argentino de Monte Maíz por la Copa Argentina.

Te puede interesar: Las estrellas en el escudo de Boca Juniors

lunes, 20 de enero de 2025

Sólo una temporada en Primera

Desde el inicio del profesionalismo en la Argentina, en 1931, son nueve los equipos que jugaron solamente una temporada en la máxima división.

Por PABLO ARO GERALDES

"Toco y me voy". La frase que hizo célebre Luis Pentrelli en la década de 1960 se incorporó al habla popular de los argentinos en varios ámbitos. En una entrevista de Osvaldo Ardizzone en la revista El Gráfico, el wing de Racing se refería a su estilo práctico, que evitaba trasladar demasiado a la pelota, priorizando el juego colectivo rápido. Pero también podía aplicarse a nueve equipos que alcanzaron la Primera División y no lograron permanecer entre los grandes.

Un repaso a esas campañas que quedaron en el pasado, pero con clubes que no pierden el sueño de volver a la élite y salir de este listado para siempre.

AMATEURISMO
Este período del fútbol solamente puede mencionarse con una larga lista de asteriscos: clubes que se disolvieron, que se fusionaron, etc, En un vistazo rápido podría mencionarse a siete equipos que compitieron nada más que un año en la máxima división: Saint Andrew's (1894), Rosario Athletic (1894), United Banks, de Lomas de Zamora (1898), Olivos (1913), Honor y Patria, de Bernal (1930), Gutenberg, de La Plata (1934) y Ramsar SC, de Ramos Mejía (1934).

En 1931 comenzó la era del profesionalismo, con la Liga Argentina de Football, mientras los defensores del amateurismo continuaron cuatro temporadas más en la Asociación Argentina de Football. Finalmente el 3 de noviembre de 1934 ambos organismos se fusionaron y adoptaron el nombre de Asociación del Football Argentino (nombre que se castellanizó el 10 de octubre de 1939). A partir de 1935 los que venían de la LAF siguieron en la Primera División y los provenientes de la AAF se incorporaron a la Segunda.

PROFESIONALISMO
Al comienzo de la 95ta temporada profesional, el historial tiene nueve nombres de clubes que apenas disputaron una temporada de liga en Primera División, sin contar aquellos equipos que entre 1967 y 1985 jugaron el Nacional, aquel torneo al que se sumaban instituciones de diferentes ligas provinciales.

Estos son los clubes que inscribieron su nombre en la Primera División profesional pero no lograron mantenerse en la máxima categoría:

1939: ARGENTINO DE QUILMES
Debutó el 19 de marzo de 1939 con una derrota 5-2 en su visita a Lanús. El rendimiento del Mate de la barranca quilmeña fue el más pobre de los registrados en torneos largos: no ganó ni siquiera un partido y consiguió apenas cuatro empates a lo largo de 34 partidos. Marcó 35 goles y le hicieron 148.
Con tan magro desempeño, se despidió de la máxima división el 2 de diciembre de ese 1939 con su última caída, un 3-0 frente a Estudiantes de La Plata en la ciudad de la diagonales.

1969: MORÓN
Arrancó el Grupo B del Metropolitano con una victoria 1-0 sobre Newell's Old Boys, en el viejo estadio Francisco Urbano, el 23 de febrero de 1969. Quedó penúltimo en su zona y debió jugar el Reclasificatorio junto a otros 8 equipos más dos de la Segunda, que terminó condenándolo al descenso. Su último partido fue la victoria 2-1 sobre San Telmo, el 22 de diciembre de 1969 en cancha de Atlanta.
En 41 encuentros ganó 12, empató 5 y perdió 24. Anotó 42 goles y sufrió 67.

1976: SAN TELMO
Hizo su estreno venciendo 1-0 a Colón en Santa Fe, el 15 de febrero de 1976. En el Metropolitano fue penúltimo del grupo A y cayó al Reclasificatorio, donde cerró la tabla. Ya condenado a la B, disputó el Campeonato Nacional, del que también fue último en la zona B. Totalizó 45 partidos (7 triunfos, 9 empates y 29 derrotas), con 54 goles y 100 en contra.
El Candombero se despidió el 11 de diciembre de 1976, una derrota 5-1 ante Atlético Ledesma, en Jujuy.

1977-78: ESTUDIANTES
El ascenso de 1977 le dio derecho a jugar el Nacional de ese año: en el Grupo A su debut se dio el 20 de noviembre con un 0-0 en su visita a Banfield. 
Ya comenzado el '78, el Metropolitano fue una larga campaña con el paréntesis de la Copa del Mundo en el medio. Los de Caseros quedaron en el fondo de la tabla. Entre los dos torneos de la temporada jugó 54 partidos (11 victorias, 19 empates y 24 caídas); marcó 58 goles y le hicieron 95. Se fue con un triunfo sobre Atlanta 2-1 en Villa Crespo, el 29 de noviembre de 1978.


1986-87: ITALIANO
En medio de la reestructuración del fútbol argentino, el Azzurro llegó a primera mientras en México se jugaba la Copa del Mundo. Su ascenso fue también el primer descenso de Huracán. Debutó semanas después, el 13 de julio de 1986 con un 1-1 ante Estudiantes, en La Plata. Hizo de local en la cancha de Atlanta; en 38 fechas cosechó 6 triunfos, 11 empates y 21 derrotas para quedar último en la tabla.
El 2 de mayo de 1987 viajó a Rosario para despedirse de la Primera: Newell’s Old Boys se impuso 4-1.

1996-97: HURACÁN CORRIENTES
Fue el primero de los clubes indirectamente afiliados a la AFA que ganó su lugar en Primera mediante un ascenso. Debutó el 25 de agosto de 1996 recibiendo a Unión: perdió 3-6.
Quedó 17° en el torneo Apertura y 15° en el Clausura para totalizar 8 victorias, 16 empates y 14 derrotas en 38 fechas. El saldo de goles fue de 52 a favor y 68 en contra. El promedio lo condenó y jugó su último partido el 12 de agosto de 1997 ante Gimnasia y Esgrima La Plata: le ganó 1-0 en Corrientes.

2004-05: HURACÁN DE TRES ARROYOS
El 15 de agosto de 2004 empató 1-1 con Estudiantes en La Plata en el que fue el debut de la ciudad más pequeña de las representadas en Primera. Jugó partidos como local en Mar del Plata y quedó 20° tanto en el Apertura como en el Clausura, el descenso se le hizo inevitable. Completó los 38 partidos con sólo 2 triunfos, 11 empates y perdió los otros 25. Marcó 31 goles y le anotaron 76. 
Se despidió el 3 de julio de 2005 cayendo en el Monumental 1-0 ante River Plate.

2005-06: TIRO FEDERAL
Los rosarinos tuvieron que debutar en el Monumental el 7 de agosto de 2005 y River les ganó 2-0. La diferencia de potencial fue evidente: terminaron 19° en el torneo Apertura y 20° en el Clausura. Dejó para el recuerdo 7 victorias, 6 igualdades y 25 derrotas. Celebró 37 goles y sufrió 70.
La aventura de los Tigres llegó a su fin el 14 de mayo de 2006 en San Salvador de Jujuy, donde cayeron 2-1 ante Gimnasia y Esgrima.

2015: CRUCERO DEL NORTE
Lejos de los grandes de la provincia de Misiones, este equipo nacido en 2003 recibió la inversión de la compañía de transporte homónima y llegó a debutar en Primera el 14 de febrero de 2015 con un 0-0 ante Tigre en Garupá.
Aquel engendro de torneo de 30 equipos lo tuvo a mal pasar y redondeó una pobre campaña de 3 triunfos, 5 empates y 22 derrotas, con un saldo de goles de 21 a favor y 55 en contra. El 9 de noviembre de 2015 se despidió en casa, cayendo 0-2 ante los marplatenses de Aldosivi.

En 2024 se habían sumado a esta lista Independiente Rivadavia y Riestra, pero ante el anuncio de la anulación de los descensos, automáticamente ya salieron de este grupo y comienzan este mes su segunda temporada en la élite.

miércoles, 15 de enero de 2025

Rosarinos, santafesinos y cordobeses

Desde siempre la élite del fútbol argentino se nutrió de jugadores nacidos en las llanuras de Santa Fe, Córdoba, el sur del litoral y la provincia de Buenos Aires. Esa “pampa gringa”, como se la llamó desde la masiva inmigración que se inició a fines del siglo 19, fue y sigue siendo cuna de futbolistas que no solo brillan en los clubes más poderosos de la Liga Profesional sino que se destacan en equipos de máximo nivel en el fútbol europeo y de otras plazas fuertes del continente americano.

Base del podcast El origen de los colores, de Radio Nacional.

El recorrido de hoy comenzará por la ciudad de Rosario y nos llevará por las provincias de Santa Fe y Córdoba, con un paso por la capital entrerriana. Y es en la Cuna de la Bandera donde un grupo de empleados del Ferrocarril Central Argentino de Rosario se reunió en un bar de la Avenida Alberdi para darle forma a esas ganas de practicar el deporte que ya era furor en Gran Bretaña. Fue en la víspera de Nochebuena de 1889 cuando setenta trabajadores ferroviarios le dieron vida al Central Argentine Railway Athletic Club.

El Central Argentine Railway Athletic Club
En su origen se notaba fuertemente su raíz británica; su primer presidente fue el inglés Colin Bolder Calder. Y tenían una idea muy clara de diferenciarse del Rosario Cricket Club, lo de estos muchachos estaría enfocado al fútbol. La administración del ferrocarril vio con buenos ojos la iniciativa de sus empleados y colaboró cediendo un terreno en el barrio de los talleres, ubicado entre los portones 3 y 4, cerca del Pasaje de las Cadenas (después llamado Escalada).

El problema que tienen todos los pioneros es: ¿y ahora contra quién jugamos? Mr. Mullhal, uno de los fundadores, salió a buscar un rival por la zona portuaria. En el antiguo muelle Comas vio a un buque inglés y supo que allí encontraría a once posible jugadores para proponer un desafío. Aceptaron y le pusieron fecha para mayo de 1890, cuando sabían que andarían de nuevo cargando materias primas en la margen del Río Paraná.

Mientras esperaban el “debut oficial”, jugaban partidos entre ellos, todos empleados del ferrocarril, ya que no se admitía socios ajenos a la empresa. Por entonces los colores elegidos eran el rojo y el blanco a mitades, con mangas bicolores, inspirados en la bandera inglesa o en alguna señal ferroviaria, según versiones diferentes. Sin embargo el socio fundador Thomas Hopper y el exdelantero Daniel Green señalaron que la camiseta era roja y blanca a rayas verticales, no a mitades, pero no existen fotos de aquellos años iniciales.

Llegó mayo de 1890, volvió el barco inglés y se produjo el debut: un 1-1 ante unas cincuenta personas. Se dieron revancha y Central ganó 2-1. Cuatro años después, tuvieron que ampliar las instalaciones y mudaron su cancha a la intersección de las líneas del Ferrocarril de Buenos Aires a Rosario, en un predio cedido por el inglés Oldenford. Allí siguieron hasta 1902, cuando se subastaron esos terrenos y debieron trasladarse a un descampado de la estación Parada, en Villa Sanguineti.

De 1903 data la primera foto, de un partido entre el equipo de los Talleres (Central) y el Rosario Athletic. Y ese mismo año hubo cambio de colores: el azul desplazó al rojo… por un par de temporadas. En 1904 se fusionaron las empresas de ferrocarriles Central Argentino y Buenos Aires: los socios pasaron de 70 a 130 y, reunidos en asamblea resolvieron modificar el nombre. Desde entonces pasarían a llamarse Club Atlético Rosario Central y aceptarían entre sus filas a socios que no fueran ferroviarios; era el comienzo de la expansión.

En 1906 o 1907, no hay certezas, pasaron a usar camiseta azul con cuello amarillo y pantalón negro. Esa ropa duró hasta 1915, cuando quedó definitiva la camiseta a rayas azules y amarillas que ya habían empezado a usar esporádicamente desde 1907.

Ya inmensamente popular, en 1918 tuvieron que desalojar el predio de Villa Sanguinetti y el Ferrocarril les dio un terreno entre los portones 2 y 3, cerca del actual cruce Alberdi. Pero en 1925 el club se independizó de la empresa y hubo que devolverlo. El Concejo Municipal de Rosario les otorgó por veinte años un lote casi a orillas del Paraná, en lo que hoy son las avenidas Génova y Cordiviola. Allí, en 1929 inauguraron la cancha y cuando en 1947 se venció el plazo de dos décadas, ganaron el remate y lo compraron para no irse más. Comenzó la ampliación del estadio que se modernizaría para el Mundial ‘78 y sería para siempre “El Gigante de Arroyito”. 
Central-Newell's, uno de los clásicos más picantes de la Argentina

Central es el club que lleva más años practicando fútbol consecutivamente en la Argentina y fue el creador de la Liga Rosarina de Fútbol, en 1905. El 21 de junio de ese año se enfrentó por primera vez al que sería su archirrival: Newell’s Old Boys, también con origen inglés.

Isaac Newell
En 1884 había llegado desde el condado de Kent un profesor llamado Isaac Newell. Fundó su propia escuela: el Colegio Anglo Argentino de Rosario. Y como todos los inmigrantes británicos, había traído consigo la semillita del fútbol. Su hijo Claudio fue uno de los impulsores de la idea de crear un club, y lo hicieron el 3 de noviembre de 1903 en el mismo patio del colegio.

Aquí empieza otra historia, la de canallas y leprosos, dos apodos que según la mitología rosarina nacieron juntos y cuyo origen tiene diversas versiones, como toda leyenda. Parece que para ir a jugar a los baldíos que circundaban la actual estación Rosario Central, los muchachos ferroviarios debían pasar por el Colegio Newell, en Entre Ríos al 100, rodeado de altos muros que resguardaban los patios de las miradas desde la calle... que a alguno se le ocurrió asociarlo con un leprosario... que una tarde se treparon y la cargada juvenil afloró en gritarles “leprosos” a los alumnos que jugaban a la pelota... y que la respuesta de los estudiantes fue gritarles “canallas”.

De un colegio inglés surgió lógicamente un nombre en inglés: Newell’s Old Boys significa “los exalumnos del señor Newell”, como una muestra de gratitud hacia el maestro. Los muchachos del Colegio Anglo Argentino usaban una camiseta azul y blanca a rayas con una banderita británica en el corazón, pero ellos eligieron para su equipo los colores rojo y negro en mitades iguales: rojo por la bandera inglesa, la patria de Isaac Newell, y negra por la alemana, en honor a Margarth Jockinsen, esposa de Don Isaac. Nunca más la cambiaron.

La primera cancha la tuvieron en un predio que les cedió el Tiro Federal, en el barrio de Los Talleres. Allí debutaron en la flamante Liga Rosarina, ganándole 4-1 a Club Argentino. En ese mismo torneo jugó por primera vez contra Rosario Central, al que venció 1-0. En 1907 Newell’s se mudó al barrio Nicasio Villa (hoy Belgrano) hasta que el 23 de julio de 1911 inauguró su nuevo estadio enclavado en el Parque Independencia, su lugar definitivo.

En 1929, cuando ya la casaca rojinegra era respetada y conocida por los futboleros mucho más allá de los límites de Rosario, estrenó su tribuna oficial con una victoria 3-0 sobre Boca Juniors, nada menos. Y en 1939, junto a su rival de toda la vida, se incorporó a los torneos de AFA para instalar su nombre entre los habitués al fútbol grande.

Las historias y logros de Central y de Newell’s podrían llevarnos horas. De sus filas surgieron decenas de nombres que le dieron gloria al fútbol argentino. Pero antes de seguir viaje, vale pasar por el barrio La Tablada, donde luce el estadio Gabino Sosa, la casa de Central Córdoba, el cuadro fundado en 1906 como The Córdoba & Rosario Railway Athletic Club. Sus colores son el azul y el rojo y los llaman “charrúas”, un apodo que podría asociarse con algún componente uruguayo en sus inicios, pero no: el sobrenombre viene de una deformación del apellido de Claro Arturo Charra, representante del club en la Liga Rosarina. En una nota satírica, para nombrarlo sin decir su nombre, le agregaron una letra y así quedó para siempre el “charrúa” como identificación para el equipo, sus jugadores y sus hinchas.

La travesía por Santa Fe va hacia la capital provincial, donde un grupo de adolescentes que jugaba a la pelota en un “campito” cerca del puerto decidió crear un club. Corría 1905 y una decena de amigos, que además eran compañeros del colegio, fue hasta la casa de los hermanos Rebechi para buscarlos, pero la madre les dijo que Juan no podía salir porque estaba estudiando historia. Pedro Rebechi, primo de Juan, se acordó que el profesor les había mandado como tarea saberse los viajes de Cristóbal Colón y algunos que ya había leído las travesías del navegante genovés propusieron que Colón sería un buen nombre para el equipo que estaban planeando. Lo aceptaron enseguida y quedó.

Se pierden en la historia los primeros colores que eligieron, pero sí queda claro que la divisa rojinegra la adoptaron recién en 1912, cuando entraron en la Liga. Para hacerlo, Colón se constituyó legalmente el 12 de octubre de 1912, siete años después de su creación. Algunas versiones señalan que esa afiliación no se pudo comprobar. Geadá Montenegro, uno de los fundadores, contó décadas después: “teníamos presentes los colores de Newell’s y encargamos las camisetas a una casa de Rosario”.

Cuando tuvieron que dejar aquel “campito” portuario se trasladaron a la zona opuesta de Santa Fe, cerca de lo que hoy es la avenida Gobernador Freyre. Debieron jugar luego en la cancha de Gimnasia y Esgrima y finalmente en 1939 gracias a un subsidio provincial pudieron comprar el terreno de la Zona Sur. Allí, en esa área inundable que hubo que rellenar levantarían el estadio hoy conocido como “el cementerio de los elefantes”, porque allí cayeron varios “pesados” del fútbol.

El Paraná, las inundaciones… y el origen del apodo “sabalero”, que cuando el río crecía era pescado por los canoeros incluso dentro del predio de Colón y hasta en la propia cancha cuando la cubría el agua.
El choque máximo de Santa Fe: Colón vs Unión

Pero todo gran equipo tiene su gran rival, en este caso con un origen diametralmente opuesto. En los primeros años del siglo 20 existió un Santa Fe Football Club, que dejó de jugar en 1906. Catorce de sus integrantes decidieron crear otro, al que bautizaron primero Club United. Era el 15 de abril de 1907, en pleno centro, a metros de donde hoy pasa la peatonal. Por la admiración que causaba el glorioso Alumni eligieron la misma camiseta rojiblanca a rayas, pero como no conseguían quién se las confeccionara al principio jugaron de blanco con cuello y puños negros. Aquella procedencia de familias de origen social acomodado les valió el mote de “tatengues”, como se decía en la jerga de entonces a la gente perteneciente a ciertas elites. Pronto el nombre United se castellanizó como Club Atlético Unión.

La primera cancha estuvo en la manzana delimitada por las calles Urquiza, Junín, Suipacha y Francia, hasta que en 1912, ya con el nombre castellanizado como Unión se mudaron al predio donde ahora funciona la Universidad Nacional del Litoral. Cansado de no tener rivales, en 1913 se afilió a la Liga Rosarina para jugar el Torneo Regional. Finalmente en 1929 inauguró su estadio definitivo con una victoria 3-1 sobre el seleccionado de la Liga Amateur Argentina. Ubicado en la avenida López y Planes, cerca del Boulevard Pellegrini, fue ampliado considerablemente durante nueve décadas.

Unión se sumó a los torneos de AFA en 1940, Colón lo siguió ocho años después y cada vez más alimentan la pasión del clásico santafesino.

Cruzando el túnel subfluvial se llega a Paraná, que desde 2016 tiene una plaza en Primera División: la de Patronato. Su origen se remonta a 1914, cuando el cura Bartolomé Grella consideró que fundar un club sería una vía para acercar a los niños del barrio a la catequesis. Así nació el Club Atlético Patronato de la Juventud Católica, que desde sus inicios vistió camiseta a rayas rojas y negras.

Y el recorrido hace su escala final en Córdoba, donde surgieron -por orden de aparición- Belgrano, Talleres e Instituto.

En 1903 se creó el Club Atlético General Belgrano, con los colores celeste y blanco para honrar al creador de la bandera nacional. En 1905 le dieron forma definitiva al labrar el acta correspondiente, en el corazón del Barrio Alberdi, cerca del centro cordobés. La casaca celeste llevaba una B blanca en su bolsillo y en 1906 tuvieron que defender su identidad contra otro Belgrano que había surgido en el Barrio Nueva Córdoba: lo resolvieron con un partido que ganaron 2-1.

En los años sucesivos los fundadores iniciaron un colecta descomunal que llegó a recaudar ocho mil pesos y pudieron comprar el terreno donde hoy se ubica el estadio. Mientras terminaba la construcción jugaron en el Colegio Santo Tomás, en el Parque Sarmiento, y en la cancha de la Liga Cordobesa. Finalmente lo inauguraron en 1929 con un tremendo 6-1 sobre Estudiantes de La Plata.

Según Carlos Juri Nam, autor de “Un siglo de pasión”, Belgrano tuvo “la primera barra organizada del país… Íbamos a todo el país. Recién tiempo después otros clubes empezaron a imitarnos”. Identificados hoy como “Piratas” desde que hinchas de Racing de Nueva Italia los llamaron así tras un incidente en la cancha de Alberdi. Lejos de ofenderse, adoptaron la acusación de “piratas” como apodo para siempre. En 1968 fue el primer equipo de Córdoba en acceder a los Torneos Nacionales de AFA y en 1991 alcanzó la Primera División.
Talleres-Belgrano, el clásico que paraliza a Córdoba

El gran clásico cordobés es Belgrano-Talleres. El archirrival fue creado en 1913 por un grupo de obreros del ferrocarril y oficiales británicos con el nombre de Atético Talleres Central Córdoba. Su primer terreno quedaba en pleno Barrio Inglés (hoy Barrio Pueyrredón). Thomas Lawson, inglés también, fue el primer presidente y consiguió la afiliación a la Liga Cordobesa en 1914.

La camiseta era a rayas blancas y bordó. El debut no pudo ser más polémico y picante: justamente contra Belgrano, pero los ferroviarios se retiraron de la cancha cuando el árbitro convalidó un gol celeste. Se desafiliaron de la Liga pero recapacitaron y en unos meses volvieron a sumarse. Había nacido una rivalidad desde el primer partido de su historia.

En 1917 modificaron su nombre por Club Atlético Talleres y cambiaron su casaca por una con bastones azules y blancos. Vinieron años de crecimiento. En 1931 inauguró su cancha en la zona llamada Barranca Espinosa, en el sureste de la ciudad. Para todos los hinchas de Talleres esa es “la Boutique”, especialmente por su cambio de fisonomía cuando la pintaron y le inscribieron propagandas publicitarias sobre sus paredones. Dicen que por sus pequeñas dimensiones y su colorido el estadio daba la impresión de ser una tienda... una boutique.

La T, como la llaman en Barrio Jardín, intervino por primera vez en un Nacional en 1969 y tras una década de protagonismo entre los clubes de AFA y con aportes importantes a la Selección Nacional, en 1980 logró ingresar al Torneo Metropolitano, abandonando la liga local, gracias a las gestiones de Amadeo Nuccetelli. Es el único de los clubes indirectamente afiliados a la AFA que consiguió una copa internacional, la Copa Conmebol 1999.

El paseo de hoy por La Docta finaliza en Alta Córdoba, donde en 1918 los empleados de la Sección Tracción del Ferrocarril Central Córdoba salieron a disputarle el predominio ferroviario a Talleres. Decidieron que solamente podrían ser socios quienes trabajaban con las locomotoras y le pusieron el nombre de Instituto Ferrocarril Central Córdoba. Lo particular del nombre viene del lado de Guillermo Dundas, jefe de esa Sección Tracción, quien había sido presidente de Instituto Junín y admiraba al ya extinto Alumni, del que tomaron su camiseta rojiblanca.

Cuando el club se abrió a la comunidad, mutó a Instituto Atlético Central Córdoba, pero siempre para todos fue simplemente Instituto. Afiliado prontamente a la Liga, fue campeón entre 1925 y 1928 con un grupo extraordinario de jugadores que le valieron el apodo de “el glorioso cordobés” que luego el ingenio popular acortó en “la Gloria”.

Mientras jugaban en canchas alternativas, Instituto construyó su estadio en Alta Córdoba, que inauguró en 1951 contra Racing Club. En 1973 hizo su debut en los Nacionales y en 1981 se integró al Metropolitano, indirectamente afiliado a la AFA.
Instituto en 1973, con tres jugadores que cinco años después serían
campeones Mundiales: Osvaldo Ardiles, Mario Kempes y Miguel Oviedo.

Rosario, Santa Fe y Córdoba, tres plazas fundamentales en la historia del fútbol argentino.

domingo, 12 de enero de 2025

Fútbol: juego, deporte y profesión - por César Luis Menotti

En 1980 la Editorial Atlántida publicó otra de las obras maestras de César Luis Menotti: "Fútbol: juego, deporte y profesión". Aquí comparto algunos pasajes sobresalientes del pensamiento del mejor entrenador de la historia del fútbol argentino:

(…) El técnico nace aquí, en la posibilidad de mejorar al hombre dentro de una actividad que es mi pasión y vocación constantes. Pero mi formación no obedece a ninguna influencia específica. Es cultural. Me formaron los libros y la calle. (…) El técnico aprende en todos lados. Esa similitud del fútbol con la vida hace que el episodio más insignificante se transforme en plataforma para una nueva idea, para un nuevo concepto.

En cada reunión con mis jugadores suelo arrojar frases que siguen siendo guías de hierro. Cuando les recuerdo aquello de Tuñón “Todo lo que es, es lucha”, lo hago convencido de que no deben perderlo de vista nunca. (…)

(…) Soy de los que piensan que EL FÚTBOL ES DINÁMICO Y EVOLUTIVO y que, por lo tanto, no hay conceptos de ayer que puedan servir para mañana o para siempre. Pero sí creo en las convicciones personales, las que forman un estilo, una filosofía en este trabajo.


¿Por dónde empieza el técnico?
(…) Esta es una de las tareas iniciales del técnico. Probar con datos que lo que afirma es cierto. En la Selección hicimos un trabajo minucioso de seguimiento individual en partidos. Y un día le mostré a Ardiles dos planillas. En una figuraba el rendimiento del alemán (Bonhof) y en otra la de él. Allí teníamos un detalle a fondo de lo que hacía en la cancha y de lo que producía ese espejo suyo que era Bonhof. (…) Todo. Finalmente Ardiles tuvo la prueba. Aquellas dos planillas indicaban que él podía correr y rendir en una proporción mayor que el volante de la selección germana. Ahora ya estaba convencido de que podíamos jugar contra los alemanes y que la tarea subsiguiente era no perder el estilo: teníamos que correr jugando, creando, respetando la esencia de nuestro fútbol.

Al jugador hay que señalarle el rumbo, PERO EL CAMINO DEBE RECORRERLO EL SOLO. Yo no tengo derecho a decirle que no haga tal cosa; mi deber es prepararlo para que enfrente determinada situación y elabore de antemano las posibles respuestas. Que se dé el golpe, pero que se lastime lo menos posible o –según su inteligencia y habilidad- que a partir de las defensas que le ofrezco, lo evite.

Es más: al grupo de gente que me toca dirigir le pido como actitud fundamental que no me haga sentir el único que cree en lo que emprendemos, y les digo que aprendan a no decir que sí como autómatas, por el solo hecho de seguir en el lugar y dejarse llevar por el proceso.

ESTA MANERA DE PROCEDER ES ANTERIOR A CUALQUIER OTRO ACCIONAR. ES LA BASE SOBRE LA CUAL TRABAJO. He visto a jugadores que haciendo abdominales se mataban por llegar a cien, y después, cuando les preguntaba si sabían para qué lo hacían, se encogían de hombros. Cuando uno le explica qué músculos moviliza con un abdominal, para qué le sirven esos músculos cuando realiza el gesto específico de su deporte, ese hombre pasa a gozar del ejercicio, a entenderlo, a intensificarlo o graduarlo de acuerdo a necesidades que domina a la perfección.


Encontrar a los hombres
Puedo equivocarme en la elección cuando tengo para un mismo puesto a Houseman y Bertoni. Si elijo a uno y era partido para el otro, no es grave. Pero en lo que no puedo fallar es en el manejo del grupo, en la conducción general. Errar en este terreno es caminar hacia el fracaso. Y yo creo que tengo aptitudes para conducir un grupo de gente.

Esto de dirigir un plantel es como tener una tropa comando y que uno de los soldados no sepa la hora. Se le entrega una bomba y se le indica que la coloque a las tres, diez minutos antes de que llegue el resto del grupo para el ataque final. Si el tipo la pone a las tres y diez, la bomba mata a todos los suyos. EN UN EQUIPO DE FUTBOL NO PUEDE HABER NADIE QUE NO SEPA LA HORA. Se necesita gente que esté metida en la cosa hasta los huesos.

(…) Elegir es complicado. Yo tengo bien claro quienes son los que valen en función de equipo, lo que no puedo saber es su condición humana hasta que no convivo con ellos. Y esto de la convivencia es de una importancia enorme. Porque se trata de que, al margen de la personalidad de cada uno, esas distintas personalidades SUMEN y NO RESTEN.

(…) El problema del técnico es descubrir lo antes posible la personalidad de cada uno para empezar a aportarle cosas. Al jugador no se le puede pedir más que lealtad hacia el compañero que trabaja junto a él; sería absurdo pretender de todos que se vuelquen al diálogo abierto, a la confesión, a la amistad absoluta.

Todos estos datos forman parte de la elección final. Y como toda elección, encierra en sí las más dramática de las decisiones: ELEGIR TAMBIÉN SIGNIFICA ELIMINAR.


Yo soy un laburante
Si alguien ha llegado a pensar que sé todo lo que hay que saber de fútbol, se equivoca. Por aquello de que el fútbol evoluciona dinámicamente, la verdad de ayer es la equivocación de hoy. Pero soy un “laburante” de esto. Trabajo hasta cuando descanso, pienso en el juego, en mejorarlo, en buscar estilos y en llevar a la práctica mis ideas. No soy de los que se ponen el buzo para dar dos vueltas alrededor de la cancha. Trabajo pensando.

(…) Ese “full-time” que hay en mí es el que se rebela contra ciertos métodos de trabajo, CREO SER EL TÉCNICO QUE MÁS PUEDE APORTAR A LA REVOLUCIÓN DEL FÚTBOL. Porque estoy convencido de que, con el tiempo, nadie discutirá la idea de que LOS TÉCNICOS DEBEN EMPLEAR EL 80 POR CIENTO DE SU TRABAJO EN EL MEJORAMIENTO DE LAS INDIVIDUALIDADES Y EL 20 POR CIENTO RESTANTE EN APLICAR TÁCTICAS Y ESTRATEGIAS.

Yo no admito que un equipo trabaje tres horas pateando corners. Ese tiempo se puede emplear en mejorar al hombre que lo ejecuta o al que va a buscarlo. Pasarse una hora y media haciendo tiros libres en vez de utilizar ese lapso en aprender a pegarle a la pelota me parece sencillamente un error.

Doy ejemplos concretos:

Si yo le digo a mi equipo: -Vamos todos sobre la izquierda y la pelota la cambiamos a la derecha para que entre… -. ¿Quién? Supongamos que sea Pérez. Si yo pretendo eso, tengo que usar diez minutos en explicarlo y una hora en practicar con Pérez para que, una vez que recibió la pelota, pueda resolver. En esa carrera que lo lleva hacia el elemento, el jugador tiene que entender las doscientas variantes posibles a través de las cuales puede tomar contacto con el balón y las formas de distracción. Porque si siempre va recto, en línea, todo el mundo termina dándose cuenta; lo que tiene que hacer es decirle al marcador: “Tomá un cigarrillo…” y darle una granada de mano.

Aquí entramos en el terreno deseado. Vamos trabajando junto al hombre, vemos si entiende rápido o no, si tiene capacidad para entrar en el mano a mano, si sabe meter al rival en el juego que más le conviene. (…) Así, el técnico aprende, aprende y enseña al mismo tiempo porque va soltando conceptos como al pasar.

Si tengo un jugador ejecutando penales y veo que se para siempre igual, me acerco y le comento: -¿Usted sabe que en Japón un tipo se corría medio metro a la izquierda de la pelota y no le erraba nunca? Era increíble, pero así la colocaba sobre cualquiera de los dos palos sin problema.- Y me voy.

Ese jugador pasa automáticamente a manejar el concepto. Se preguntará como es posible que un japonés lo tire mejor, y seguro que se correrá medio metro a la izquierda. Si le resulta más cómodo habrá tenido éxito sin necesidad de apabullarlo con indicaciones y él sentirá por lo menos haber compartido el descubrimiento conmigo.

(…) El jugador debe conocer estilos, saber qué es lo que les duele a los alemanes, cuáles son los puntos débiles de los brasileños, qué cosas les molestan más a los soviéticos.

(…) En fin, el jugador debe saber que a un fútbol lento, un fútbol rápido; a uno que contragolpea no se le puede hacer pressing en el campo de ellos porque cuando salen dejan a tres cuartos de equipo mal parado; que el pressing se hace en distintos sectores del terreno de acuerdo a la característica del rival.


Las reglas fijas no existen
EL FUTBOL TIENE QUE SER UN REPARTO EQUITATIVO DEL ESFUERZO Y DEL ESPACIO. Esta es la definición teórica del juego, si es que puede encontrarse alguna. El que quiera convencerme de que hay reglas fijas, de que el fútbol es 4-3-3 o 7-2-1, de que el 4 corre al 8 y el 11 al 4, está equivocado. No hay ningún razonamiento táctico que indique que al fútbol se juega de determinada manera. El fútbol es creación permanente.

Una vez Helenio Herrera dijo que los laterales debían subir al ataque. Entonces, todos los laterales del mundo fueron al ataque. Pero resulta que en muchos equipos llegaban el 3 o el 4 y tiraban centritos para tres delanteros que eran enanos. Entonces, ¿de qué sirve una idea aplicada como método y no como recurso?

Lo ideal, siempre, es que todos los jugadores conozcan la mecánica de los once puestos. Si un 9 va a defender a su área y cuando consigue la pelota quiere salir gambeteando en lugar de tocarla a un lateral o entregársela al arquero, no sirve. (…)


El concepto le gana al esquema
Afirmo esto porque estoy convencido de que los conceptos son flexibles y modificables en función de la realidad, mientras que el esquema es duro, pide que la realidad se adapte a él. De acuerdo con esto, el mejoramiento de las individualidades procura darle un correcto funcionamiento a todo el equipo.

Soy de los que creen que no hay nada más fácil que adoptar una táctica defensiva. Alcanza, en principio, con un pizarrón. Marco una línea que pasa por el medio del campo y ordeno: -Desde aquí hacia atrás, ocho jugadores que no dejan ningún espacio. Entre ellos, un volante que meta pelotazos para la diagonal de los dos restantes-. Pero esto no me interesa. Prefiero buscar siempre nuevas alternativas.

Hay una “historia” que suelo repetir. Si a mi equipo le hacen hombre a hombre en toda la cancha, en el fondo siempre tengo uno libre, supongamos que sea Passarella. Si el que sube es siempre él, el 9 rival, encargado de tomar a los dos centrales, no tiene más que taparlo y se le acaban las complicaciones. Pero si una vez sube Passarella y otra vez Luis Galván, el 9 empieza a tener graves problemas. Nunca sabrá quién va a salir del fondo. Por eso sostenía que era preferible un 2 con fútbol, con manejo, aunque no fuera diez puntos defensivamente. El funcionamiento general del equipo se encargaría de hacer que ese 2 fracasara lo menos posible.

Cualquier ejemplo es válido. Hay quienes piensan que el equilibrio en medio campo nace de que si tengo un 10 creador debo poner a un 8 defensivo. Y no es así, porque el rival resuelve el problema marcándome al 10 y yo tengo que sufrir, junto al equipo, viendo a un jugador creativo maniatado y al 8 y al 5 sin posibilidades de ser los hombres de remplazo. Entonces opto por dos volantes de habilidad y que todo el equipo achique espacios, supliendo el déficit defensivo.

Por eso no hay tácticas sino hombres que juegan de determinada manera y a los cuales el técnico debe amalgamar de acuerdo con sus condiciones. Los que inventaron libros con la WM, el 4-2-4 o el 4-3-3, trabajaron sobre el esquema frío, pero no aportaron nada positivo.

Suponer que la verdad está en un dibujo es creer de antemano que los rivales son tontos.

OTRA COSA MUY DISTINTA ES VARIAR LA TÁCTICA DE ACUERDO CON LO QUE HAGA EL RIVAL. Un equipo debe saber hacer pressing arriba o en su propio campo, debe saber contra atacar y atacar, manejar la mayor cantidad de variantes. Si se tiene enfrente a los uruguayos no conviene hacer zona esperándolos en el fondo porque aunque son lentos, llegan bien…; lo correcto es apretarlos sacándolos de su ritmo. Pero si jugamos contra los alemanes, entonces no se puede presionar arriba porque les damos ocasión de contra atacar, porque son capaces de poner un pelotazo de 60 metros a espaldas de Passarella y después hay que correrlo a Klaus Fischer. No lograr esto significaría tener que contar con 150 jugadores y poner 11 de acuerdo a cada tipo de juego que se quiera hacer.

LOS GRANDES EQUIPOS NUNCA CAMBIAN A SUS JUGADORES PARA PODER CAMBIAR LA TÁCTICA. Esta es una verdad irrefutable. (…)

Entonces, un técnico no puede desvariar por ridiculeces. Si recibo un plantel nuevo, cuando hago la primera charla en el campo de juego, ¿qué le digo?: -Bueno, muchachos, nosotros vamos a jugar un 4-3-3… ¡Por Dios! Les tiro la pelota y los pongo a jugar para saber quién es quién y después vamos a ver qué hacemos.

El fútbol nace por los pies
(…) Condenaré siempre a los aventureros que a través de su facilidad dialéctica confunden al hincha y al jugador. Muchas veces se aprende más fútbol sin ver partidos que viéndolos. El fútbol nace en la alimentación, en el modo de vida, en el clima, en todos los aspectos que moldean al ser humano que va a jugar.

(…) El concepto resultante es que el fútbol mejorará en la medida en que se mejore al individuo sin desechar los adelantos en la preparación física y en la psicología aplicada al jugador.

Mejorar al individuo, entre otras cosas, es hacerle entender que representa a todo un medio, que es un ejemplo que imitarán los más jóvenes, que –para ser gráficos- no puede tirarse al suelo, simular, dar trompadas, escupir. Porque así, nadie quiere este juego. (…)