sábado, 31 de julio de 2021

Persipura Jayapura, bandera del fútbol en Papúa Occidental

Halow? Ko bagemana? Si bien el idioma oficial en Papúa Occidental es el indonesio, este es el saludo en el idioma malayo de Papúa, la lingua franca que se habla en las dos provincias más orientales de Indonesia. Con este texto abrimos la tercera temporada, y esta vez nos quedamos en Indonesia, hablando de un problema que viene desde hace más de medio siglo.

Extracto del articulo publicado en Editorial Puskás, en enero de 2021
Por SEBASTIÁN ALARCÓN y PABLO ARO GERALDES

Indonesia, con 1,9 millones de kilómetros cuadrados de superficie está compuesta por más de 17.000 islas. Ni hace falta decir que lo grande también es su población: ¡más de 270 millones de habitantes según cifras del censo del año pasado! Islas como Java, Bali, Célebes, Borneo y Sumatra acaparan la atención, pero hay muchas más que podrían pasar como un país independiente.

Con diferencias incluso dentro de una misma isla, la diversidad de Indonesia es abismal. Estamos hablando del país musulmán más poblado del mundo, pero nos olvidamos que el gobierno de Indonesia reconoce hasta seis religiones mayoritarias, más varias otras que ya existían en este archipiélago.

Otra manera de ver qué tantas diferencias hay dentro de Indonesia es la cantidad descomunal de idiomas. El oficial es el bahasa indonesio que funge como una especie de lingua franca entre los hablantes de más de 700 lenguas nacionales que pueden ser bastante similares entre sí, y eso sin contar que las viejas generaciones aún hablan neerlandés y hay un creciente interés por aprender inglés, árabe, chino, francés, japonés, coreano... El multilingüismo es una norma y no una excepción.

Con tantas diferencias a veces irreconciliables, es inevitable que ocurran movimientos separatistas que amenazan la unidad indonesia. Están como ejemplo los deseos de establecer una república independiente en Aceh, o los atentados terroristas en aras de otra república, en las Molucas del Sur. Hay una provincia más que ocupa la mitad oeste de la segunda isla más grande del mundo. Aquí hay otro movimiento que empieza a ganar más adeptos. Se trata del movimiento para liberar a Papúa.




Papúa, hartos de ser ciudadanos de segunda
Imagina una isla políticamente dividida en dos continentes. El oeste es asiático, el este pertenece a Oceanía. Eso es Papúa, una isla habitada desde hace más de 50.000 años y un territorio con una gran diversidad lingüística. Esto último fue pasado por alto por las potencias coloniales, y Papúa quedó dividida en tres zonas: los alemanes al norte, los ingleses al este y los holandeses al oeste. Para este relato solamente nos enfocaremos en el oeste. Ahí las ciudades más importantes son Jayapura, Sorong y Manokwari.

Los holandeses por fin cristalizaron su dominio allá en 1824 y las cosas más o menos transcurrieron sin pena ni gloria. Como todas las Indias Orientales Neerlandesas, Japón la ocupó en la II Guerra Mundial y después regresó a control de los Países Bajos. Poco después, Indonesia declaró su independencia y Países Bajos en cuatro años le cedió todo… excepto la parte occidental de Papúa. Los neerlandeses decían que Papúa era totalmente diferente a Indonesia tanto en el aspecto lingüístico como en etnias, y además ellos no ayudaron a la independencia indonesia; en realidad, Países Bajos quería una base naval y seguir manteniendo intactos sus pretensiones económicas en el sureste de Asia. Por su parte, Yakarta reclamaba todas las antiguas posesiones con el eslogan "Indonesia merdeka, dari Sebang sampai Merauke" (Indonesia libre, de Sebang hasta Merauke); esta última es un pequeño pueblo el cual es el punto más al este de la joven república.

"Puede verlo, abierto por todos lados".
Así manipuló Indonesia el referéndum.
Las conversaciones entre Países Bajos e Indonesia fueron infructíferas y tuvieron que llegar a las Naciones Unidas. Pasaron cerca de 10 años de estira y afloja hasta que la ONU llegó a un acuerdo en Nueva York en 1961: ambos países restaurarían sus relaciones y Países Bajos le regresaría Papúa a Indonesia, pero en siete años habría un referéndum para ver si quedaban en este país o eran independientes.

Llegó 1969. Tres años atrás, Suharto le había arrebatado el poder a Sukarno, que era un comunista ferviente y estaba cercano a la Unión Soviética y a China. Suharto simpatizaba en demasía con Washington. Este hecho será muy importante para hablar del referéndum de Papúa (en indonesio Penentuan Pendapat Rakyat, PEPERA, o Determinación de la Opinión de los Pueblos). Sorprendió que hubo un apoyo unánime de los papúes para pertenecer a Indonesia. Eso era apenas en apariencia.

Las reglas del juego eran que todos los habitantes de Papúa podían participar, pero solamente se escogieron por dedazo a cerca de mil jefes tribales, los cuales habían sido amenazados a punta de pistola que abrazaran el poder de Suharto so pena de que ellos o sus familias sufrieran daños. Estados Unidos se enteró, pero no hizo nada. Había pasado 20 años viendo que Yakarta se cambiara de bando y no iba a perder a su aliado tan fácilmente. Los aliados de una Papúa unificada (Australia, Nueva Zelanda, Países Bajos) tampoco movieron un dedo por Washington, porque internacionalmente estaba desacreditada por la intervención en Vietnam.

Fuera legal o fuera coaccionado, los papúes terminaron en Indonesia. Desaparecieron incluso de la denominación; su provincia pasó a ser Irian Jaya, o “Irian gloriosa” como premio al partido político pro-pancasila, que aboga por una Indonesia unida. Muchos papúes no quedaron conformes con esta decisión y se han estado cocinando a fuego lento en pro de una Papúa independiente. Eran movimientos de guerrilla con ideología socialista o protestas pacíficas que seguían haciendo la lucha para su autodeterminación.

Parecía que todo cambiaría con la caída de Suharto en 1998. En 2000, se le concedió más autonomía a Papúa, y en dos años se cambió el nombre de la provincia a Papúa y se dividió en Papúa y Papúa Occidental. En la práctica, esto está lejos de implementarse. Yakarta aún ejerce cierto poder centralista y no deja que observadores internacionales accedan a la región para comprobar los abusos de soldados indonesios. Impera la censura y Papúa es hasta la fecha la provincia más militarizada de Indonesia.

Los papúes son distintos a los indonesios, en su mayoría javaneses. La religión mayoritaria en Indonesia es el islam, mientras que en Papúa predomina el cristianismo. Luego, la piel de los papúes es más oscura, casi negra, lo cual es más similar con países como Islas Salomón, Vanuatu y la misma Papúa-Nueva Guinea que del resto del país. Además, los papúes insisten en usar el inglés como distinción. Por último, aunque tieneun tremendo potencial minero, turístico y económico, Papúa ocupa los últimos lugares en los estándares de desarrollo en Indonesia (con presencia de sarampión y desnutrición) y por eso jóvenes papúes se marchan a Yakarta, Surabaya o Bekasi para una mejor vida. Allí se encuentran con actitudes racistas: los llaman «monyet» (monos), «anjing» (perros), «satwa» (animales) o «babi» (cerdos).

En 2019 se cumplieron 50 años de ese PEPERA infame que sigue aún en la memoria colectiva de los papúes. Ellos llevan medio siglo soportando un trato de segunda del gobierno de Indonesia y se han cansado de racismo, violaciones a derechos humanos, coerción socioeconómica y que arriben indonesios para alterar la población. Por ello se produjeron las protestas más fuertes en los últimos años, que llegaron a Yakarta y Surabaya. Ni siquiera el gobierno las ha podido sofocar. El responsable de espolearlas es la Organización Papúa Libre (Organisasi Papua Merdeka, OPM). Estas manifestaciones violentas no tuvieron la repercusión mundial esperada. ¿La razón? Las crisis en Hong Kong, Cataluña, Chile y otros países ocuparon las primeras planas.

La única entidad internacional en la que participa Papúa Occidental es la Organización de Naciones y Pueblos No Representados (Unrepresented Nations & Peoples Organisation, UNPO), una especie de ONU alterna, con miembros como Abjasia, los kurdos iraníes, Guam, los catalanes, y Taiwán.

Los papúes tienen una bandera que los une y que el gobierno indonesio prohíbe desplegar en público. Esta es la bandera de la estrella de la mañana (en neerlandés Morgenstervlag, en indonesio Bendera Bintang Kejora). Tiene 13 franjas que representan a las tribus papúes, la banda roja es la lucha política de Papúa, la estrella de la mañana es la esperanza por un futuro brillante y los colores rojo, blanco y azul son el agradecimiento por el apoyo de los Países Bajos.



Papúa Occidental se ha valido de cualquier ventana para alzar un grito que le diga al mundo que ahí están. Y el deporte es el escenario perfecto para ese fin.

Persipura Jayapura, meca del futbol en Papúa Occidental
Ante las carencias en un aspecto de la vida, la condición natural de un hombre es compensar con la excelencia en otra. Los papúes lo saben más que nadie. Aprovechan la coyuntura de una geografía benévola y un físico portentoso, y canalizan esas condiciones nada favorables en las que nacen para sobresalir en el deporte. De aquí son la halterofilista Raema Lisa Rumbewas (dos platas y un bronce en Juegos Olímpicos) o el remista Erni Sukoy. Y aquí el futbol tiene la voz cantante.

Papúa es una especie de Brasil para el futbol indonesio: nacen en pobreza y desde que empiezan a caminar patean la pelota y para cuando llegan a los 15-18 años, hay un muy buen grupo de dónde escoger para nutrir las filas del balompié gracias a su fortaleza física, su rapidez y el trato amable a la pelota. No por nada se les llama «mutiara putih», «perlas negras». Y de nuevo se encuentran de nuevo con el obstáculo de demasiada centralización en Java; el talento se desperdicia porque la mayoría del dinero se queda en Yakarta. Los pocos que logran destacar la rompen, como Boaz Solossa, capitán durante mucho tiempo de la selección y actualmente el sexto goleador histórico.

En la liga, las cosas también muestran este patrón. Tal vez los aficionados más veteranos recuerdan el histórico subcampeonato del Perseman Manokwari en la década de los 80. Ahora los indonesios ven que el PSBS o el Persewar podrían alcanzar un lugar en la Liga 1. En años más recientes, el Persiwa también quedó en segundo y llegó a la Copa AFC, pero de ahí se metieron en una decadencia lenta y dolorosa que los llevó a desaparecer. Su brillante temporada quedó eclipsada por el protagonista de nuestra historia, el Persipura Jayapura.

El Persipura Jayapura se considera el equipo por excelencia de las dos provincias de Papúa. Esto no fue de la noche a la mañana. Hombres como Mesach Koibur y Barnabas Youwe contribuyeron a la gloria actual. Desde su infancia jugaban futbol, pero cuando viajaron a Wageningen, Países Bajos, para estudiar la licenciatura, aprovecharon para extraer todo lo que se hacía en el deporte para replicarlo en Jayapura.

Como sínodo de la Iglesia Evangélica local, Mesach Koibur pensó en varias iniciativas para servir a la gente de Papúa, en especial a jóvenes. Por ello, en 1963 nació el Persatuan Sepakbola Indonesia Jayapura, o Persipura Jayapura. Mutiara Hitam tocó a la puerta del triunfo en 1980 cuando fueron segundos de la Perserikatan, la liga indonesia en ese entonces. Después de eso, cayó a segunda división y ahí estuvo vagando seis años, hasta 1993. Desde ahí, han sido más triunfos que decepciones.

La primera liga llegó en 2005, cuando le ganó la final al todopoderoso Persija Jakarta en tiempo extra y de visitante, silenciando a los 80.000 aficionados que se habían dado cita en el estadio Gelora Bung Kano. Aquí ya jugaba Boaz Solossa, y con 19 años logró meter un gol en ese partido. Cuando el Persipura regresó a Jayapura, vieron con sorpresa que el aeropuerto de Sentani estaba lleno de aficionados ataviados de rojo y de negro y en pleno éxtasis. Por fin un equipo de Papúa lograba arrebatarle a Yakarta algo.


No son raras sus participaciones en el futbol asiático, tanto en la Copa AFC como en la Champions League. Su mejor campaña al respecto es 2014, cuando llegaron a semifinales de la Copa AFC.

En total, el Persipura Jayapura ha ganado tres ligas más. Si contamos las ligas totales desde la época amateur, es el cuarto club más ganador después del Persis Surakarta, el Persib Bandung y el Persija Jakarta. Si solamente contamos los torneos desde la reforma al futbol indonesio en 2008, es el más laureado con tres ligas. En el ránking de clubes asiáticos, el Persipura ocupa el lugar 54; es el equipo mejor colocado de Indonesia.¿A qué se debe el buen nivel del Persipura Jayapura? Ya hemos mencionado que los papúes son buenos futbolistas. También tenemos el factor geográfico. El estadio Mandala, en Jayapura, es la sede que se localiza más al este de toda la Liga 1. Jayapura se encuentra a casi 4.400 km de distancia de Yakarta, y el viaje en avión dura más de cinco horas y media; 13 equipos de los 18 que conforman el máximo circuito en Indonesia están en la isla de Java y llegan fundidos a Papúa. Por último, la afición arropa al equipo y llenan el estadio Mandala cada vez que juegan en la liga. Para ellos es más que un juego, es mostrar su identidad papú a todo el país y por 90 minutos reivindicar tantos abusos.

Para explicar cómo se viven los partidos, quién mejor que un jugador del Persipura, y qué mejor que sea latinoamericano. El brasileño Thiago Amaral llegó al fútbol indonesio en 2016, luego de jugar en Bosnia y en Omán. Se incorporó al Barito Putra, en Banjarmasin, en el sur de la isla de Borneo. Al año siguiente retornó a Brasil y su periplo siguió por Irak y el Líbano, hasta que el año pasado retornó a Indonesia para sumarse al Persipura.


Desde Jayapura, el volante creativo narró su experiencia en el fútbol indonesio y compartió su mirada sobre el pueblo de Papua: “Después de salir de Omán fui para Indonesia; la verdad es que no sabía mucho qué me iba esperar. Había investigado y visto que el fútbol era muy bueno y tenía estadios llenos. Al llegar tuve muchas sorpresas, positivas y negativas”.

-El año pasado regreseaste al fútbol indonesio pero esta vez a Jayapura, capital de Papúa Occidental, una región con contrastes culturales, sociales muy fuertes. ¿Qué notaste distinto a lo que ya conocías del país?
-Hay mucha diferencia entre Papúa y las otras islas que conforman Indonesia: la apariencia de la gente, su cultura, el estilo de vida…

-El Persipura es el club con más títulos en el fútbol profesional indonesio, para el pueblo de la regió eso significa algún motivo especial de orgullo “nacional”?
-Sí, ellos tienen un orgullo muy grande, porque en el fútbol sobresalen por sobre el resto del país, eso para ellos es sensacional, un motivo de mucho orgullo.

-¿Qué espejo futbolístico tienen, en qué fútbol se inspiran? ¿Cómo definirías el gusto futbolístico de los aficionados?
-Los papuanos siguen a los brasileños y a los grandes clubes de Europa.

-¿El movimiento independentista tiene peso en Jayapura?
-Sí, lo han intentado durante algún tiempo, y todos quieren esta independencia

-¿Son los papuanos discriminados por el resto de los indonesios?
-Sí, sufren mucho racismo y discriminación.


La selección de Papúa Occidental

Con un talento para destacar en el futbol de manera natural, muchos papúes sostienen que podrían jugar en una selección, sobre todo para sacudirse la malaria que representa el estancamiento de la selección de Indonesia. El problema es precisamente que no tienen la independencia, y por lo tanto, no hay posibilidad de unirse a la FIFA.

Ante todo esto, la ConIFA es la opción para jugar internacionalmente. Recordemos que la ConIFA es el ente del futbol que sirve como una especie de FIFA alternativa. Ahí son miembros plenos y juegan en la confederación oceánica, con Kiribati, Tuvalú, Hawái y los pueblos aborígenes de Australia.

Antes de que existiera ConIFA, estaba la NF-Board, en cuya cabeza estaba el belga Luc Misson, el abogado del futbolista que causó la inflación de precios en los jugadores, Jean-Marc Bosman. Papúa Occidental estaba en la Confederación Asiática, junto con Tamil Eelam, Kurdistán, la selección aramea, el Tíbet y sus “vecinos”, las Molucas del Sur.

En 2005, la UNPO organizó su primer torneo de futbol en La Haya. Invitó a los chechenos (Ichkeria), Camerún del Sur, a las Molucas del Sur y a Papúa Occidental. Era un torneo simple de eliminación directa. Papúa se vería las caras con Molucas del Sur. El partido fue más que disputado, y los papúes iban ganando, pero los molucanos empataron sobre la hora y terminarían imponiéndose en penales. Finalmente, Molucas del Sur sería campeón tras ganar en la final a los chechenos 3-1.

La selección en 2005.


Eso parecía un buen inicio para la selección biru putih (blanquiazul en indonesio) y por ello fue una de las seis invitadas a la Copa Mundial VIVA. Este mundial alterno sería en Occitania en noviembre de 2006. ¿Quiénes eran los otros competidores? Además del anfitrión, ahí estaba la selección sami, Mónaco (no el equipo de la Ligue 1), la selección gitana y Camerún del Sur. Finalmente, Papúa Occidental no pudo asistir a la asamblea de la NF Board y por ello no pudo entrar al mundial.

Tras eso, pasaron 11 años sin que Papúa Occidental volviera a las canchas, cuando se organizó la segunda edición de la Copa UNPO. Regresaba ahora con el DT, Simon Sapioper. Simon es un papú que tuvo que huir de su país en 1984 para no correr peligro. Durante siete años vivió en un campo de refugiados en Papúa-Nueva Guinea, hasta que logró llegar a los Países Bajos. Ante la falta de futbolistas, algunos aficionados se ofrecieron de voluntarios para completar el equipo. Jugaron muy bien y lograron treparse al tercer puesto de seis equipos.

Dos años después se afilió a la ConIFA junto con la selección de Turkestán Oriental, formada por uigures que radican en Europa. La selección melanesia se iría a Oceanía, mientras que los uigures integrarían a Asia. De todos modos, ambos equipos estaban basados en los Países Bajos. Ambas federaciones se reunieron en septiembre de 2019 en La Haya para discutir la posibilidad de trabajar juntos. La respuesta fue pactar un amistoso en el campo del Quick Den Haag. Para los uigures era un respiro después del trato inhumano del gobierno chino con los campos de concentración; para los papúes era conmemorar el 50 aniversario de ese “acuerdo” donde se vieron obligados a integrar Indonesia.
La derrota contra Turquestán Oriental.

El partido fue el 19 de octubre. El trámite fue solamente de un lado. Los papúes fueron lo bastante valientes para plantarse en el campo, pero se marcharon con una derrota 8-2; esto reflejaba el hecho de que Turkestán Oriental es una selección de uigures que se enfrenta con frecuencia en torneos de equipos europeos, mientras que Papúa llevaba casi 14 años sin acción que relatar.

Dos meses después, otro partido más, ahora con la diáspora tamil en Europa (Tamil Eelam). Mismo lugar. Papúa Occidental ahora tuvo más cohesión en su juego, despertó mejores sensaciones, aún así el marcador fue más holgado: 10-2. No olvidemos que Tamil Eelam lleva dos mundiales a cuestas.

Estas dos derrotas muestran que aún hay mucho que trabajar; sin embargo, Papúa Occidental ya ha dicho presente en el futbol internacional. La meta es participar en el mundial ConIFA que se ha postergado a 2022. Solamente el tiempo lo dirá.
El seleccionado conformado en 2019.
¿Hacia una resolución esperada?
La llegada del presidente Joko Widodo (o Jokowi) en 2014 supuso un antes y un después en la política de Indonesia. No es solamente por ser un fan declarado de Metallica ni por el intento de romper con un penoso historial de corrupción política. Jokowi ha buscado acercarse a Papúa, y hasta la fecha ha visitado la región seis veces. Para un gobierno demasiado centrado en Yakarta, esto es un avance nada despreciable.

Después de las manifestaciones de 2019, Jokowi llamó al perdón entre la población. En un acto insólito, mostró empatía hacia los agravios históricos que han sufrido los papúes en la sociedad durante años, donde se han sentido como ciudadanos de segunda. Esto contrasta con lo que dijo el ministro de seguridad, Wiranto: aunque Papúa es «el hijo dorado» de la nación, la unidad de Indonesia no es negociable.

Ante la indolencia de buena parte del gobierno indonesio, el movimiento Papúa Libre cada vez gana más voz en el concierto internacional. Tiene el apoyo de Islas Salomón, Vanuatu y Tonga, y de países más distantes como Argentina, Senegal, Italia y Polonia. Sorprende ver el abanico de diversos líderes mundiales que apoyan esta autodeterminación: desde el británico Jeremy Corbyn, socialista, hasta el neerlandés Geert Wilders, de extrema derecha, pasando por el independentista catalán Carles Puigdemont. La presión por el movimiento independentista vecino de Bougainville también aboga por una resolución pronta.

Mandala Stadium, en Jayapura

En cuanto al futbol, parece haber ciertos contratiempos. Como parte del acercamiento de Yakarta a Papúa, Jokowi estipuló que los próximos Juegos Nacionales de Indonesia serán en Jayapura el próximo año, y el estadio Mandala está siendo remodelado para este fin. Esto afecta al Persipura, que debe jugar en Manado, la capital de la provincia de Célebes Septentrional. La pérdida es menor; en Manado hay mayoría cristiana y es un punto estratégico en el desarrollo turístico de Indonesia. Por si fuera poco, aún sigue siendo el punto más al este de toda la primera división. Y mejor aún, el Persipura estará en la fase previa de la Copa AFC por terminar tercera la temporada pasada. ¿Y la selección? Empezó la preparación para llegar al mundial ConIFA en 2022.

Han pasado más de 50 años desde que Papúa busca ser libre y vivir en una situación de equidad. El futbol para ellos es su estrella de la mañana, que ondea en lo alto de una franja roja, como rojo es el atardecer en la bahía de Cenderawasih.





miércoles, 28 de julio de 2021

El fútbol argentino en los Juegos Olímpicos

La selección argentina de fútbol participó nueve veces en los Juegos Olímpicos. La estadística resume 23 victorias, 7 empates y 8 derrotas, con un saldo de goles de 84 a favor y 36 en contra.
Pero lo más destacado está en los cuatro podios, con dos medallas de oro (Atenas 2004 y Beijing 2008) y dos de plata (Amsterdam 1928 y Atlanta 1996).
Medalla de oro Atenas 2004
Medalla de oro Beijing 2008









Este es el repaso a los 38 partidos que ha jugado desde 1928:

AMSTERDAM 1928 
En la primera salida de Sudamérica el seleccionado causó excelente impresión a fuerza de gol. El Estadio Olímpico fue testigo del poder de gol de los campeones sudamericanos, hasta que chocaron en la final con Uruguay, ganador de la medalla dorada en París 1924. El empate obligó a un segundo partidos tres días después y los orientales se impusieron 2-1. Fue una confirmación del poderío del fútbol rioplatense y los muchachos argentinos regresaron a Buenos Aires con sus medallas de plata.
Domingo Tarasconi (Boca Juniors) fue el goleador del torneo, con 11 tantos. El bronce quedó para Italia.
Los finalistas contra Uruguay
30/5/1928 - Amsterdam: Argentina 11-2 Estados Unidos
2/6/1928 - Amsterdam: Argentina 6-3 Bélgica
6/6/1928 - Amsterdam: Argentina 6-0 Egipto
10/6/1928 - Amsterdam: Argentina 1-1 Uruguay
13/6/1928 - Amsterdam: : Argentina 1-2 Uruguay

El plantel: Ángel Bossio, Fernando Paternoster, Juan Evaristo, Segundo Médici, Ludovico Bidoglio, Luis Monti, Roberto Cherro, Manuel Ferreira, Raimundo Orsi, Domingo Tarascone y Alfredo Carricaberry.


ROMA 1960
Treinta y dos años después de Ámsterdam, la celeste y blanca retornó a la cita olímpica. Con un equipo ajustado a la norma del amateurismo, se convocó a jugadores que no hubieran firmado su primer contrato. No pudo superar la fase de grupos. El entrenador fue Ernesto Duchini. Juan Carlos Oleniak, quien en ese mismo año había debutado en Racing, fue el goleador argentino, con cuatro tantos.
Las medallas quedaron en manos de Yugoslavia, Dinamarca y Hungría.
Victoria argentina ante Túnez
26/8/1960 - Roma: Argentina 2-3 Dinamarca
29/8/1960 - Pescara: Argentina 2-1 Túnez
1/9/1960 - Napoli: Argentina 2-0 Polonia

El plantel: Marwell Periotti, Juan Carlos Staukas, Roberto Blanco, Pedro De Ciancio, José Díaz, Hugo Salvador Ginel, Carlos Salvador Bilardo, Hugo Zarich, Roberto Bonnano,  Mario Desiderio, Juan Carlos Oleniak, Raúl Adolfo Pérez y Alberto Rendo.


TOKIO 1964
Argentina decepcionó y no pasó la primera ronda. Apenas logró un empate con Ghana, por entonces un equipo casi desconocido, perdió con el local Japón y quedó eliminado. La selección estuvo nuevamente dirigida por Ernesto Duchini. Los dos goles que le marcó a Japón, Juan Carlos Domínguez (Villa Dálmine) fue el goleador argentino.
El oro lo ganó Hungría, la plata fue para Checoslovaquia y el bronce para Alemania Democrática.
Escena del inesperado empate con Ghana
12/8/1964 - Yokohama: Argentina 1-1 Ghana
14/8/1964 - Tokio: Japón 3-2 Argentina

El plantel: Agustín Cejas, Andrés Bertolotti, Otte Sesana, Horacio Morales, Miguel Ángel Mori, Roberto Perfumo, Néstor Manfredi, Héctor Ochoa, Antonio Cabrera, Juan Risso, Juan Carlos Domínguez, Ricardo Pérez, Jose Malleo, Carlos Alberto Bulla, José Marín, Juan Carlos Sconfianza, Emilio Pazos, Francisco Brandán y Miguel Ángel Tojo.


SEÚL 1988
Tras 24 años de ausencia, el conjunto celeste y blanco retornó al fútbol olímpico, esta vez con el aura del campeonato del mundo ganado dos años antes en México. Pero el seleccionado comandado por  Carlos Pachamé sumó una nueva frustración. Carlos Alfaro Moreno (Independiente) anotó tres goles y fue el topscorer de Argentina.
La Unión Soviética logró su segundo oro (el primero en 1956), Brasil se llevó la presea de plata y el bronce quedó para Alemania Federal.
Victoria argentina sobre el anfitrión, en el cierre del Grupo C
18/9/1988 - Daegu: Argentina 1-1 Estados Unidos
20/9/1988 - Daegu: Argentina 1-2 Unión Soviética
22/9/1988 - Busan: Corea del Sur 1-2 Argentina
25/9/1988 - Seúl: Argentina 0-1 Brasil

El plantel: Luis Islas, Hernán Díaz, Néstor Fabbri, Néstor Lorenzo, Mario Lucca, Pedro Monzón, Hugo Pérez, Carlos Alfaro, Jorge Comas, Mauro Airez, Dario Siviski, Rubén Agüero, Claudio Cabrera, Carlos Mayor, Alejandro Ruidiaz y Alejandro Russo.


ATLANTA 1996
Cambios reglamentarios permitieron la inclusión de jugadores profesionales, pero tenían que ser menores 23 años, excepto tres que no tenían límite de edad. El DT Daniel Passarella conformó un equipo verdaderamente competitivo pero no pudo sostener la ventaja en la final y en el último minuto fue derrotado por Nigeria, que logró así la primera medalla de oro para el fútbol africano.
Con seis tantos, Hernán Crespo (River Plate, luego de los JJOO fue transferido al Parma) fue el goleador del torneo junto al brasileño Bebeto. La presea de bronce quedó en poder de Brasil.
Los finalistas contra Nigeria
20/7/1996 - Birmingham: Estados Unidos 1-3 Argentina
22/7/1996 - Washington: Argentina 1-1 Portugal
24/7/1996 - Birmingham: Argentina 1-1 Túnez
27/7/1996 - Birmingham: Argentina 4-0 España
30/7/1996 - Athens: Argentina 2-0 Portugal
3/8/1996 - Athens: Argentina 2-3 Nigeria

El plantel: Carlos Bossio, Roberto Ayala, José Chamot, Javier Zanetti, Matías Almeyda, Roberto Sensini, Claudio López, Diego Simeone, Hernán Crespo, Ariel Ortega, Hugo Morales, Pablo Cavallero, Héctor Pineda, Pablo Paz, Christian Bassedas, Gustavo López, Marcelo Delgado y Marcelo Gallardo.


ATENAS 2004
El entrenador Marcelo Bielsa encaró el torneo olímpico con la seriedad que se merece y preparó a un equipo que fue en busca del máximo objetivo: el oro. Lo logró con un juego de alto nivel, marcando con 17 goles y con el arco invicto. Carlos Tevez señaló el gol de la victoria sobre Paraguay y con sus ocho tantos a lo largo del certamen fue el goleador.
La medalla de plata sigue siendo para Paraguay la única presea de su historia. Italia completó el podio olímpico.
Los campeones, antes de la final con Paraguay
11/8/2004 - Patras: Argentina 6-0 Serbia y Montenegro
14/8/2004 - Patras: Argentina 2-0 Túnez
17/8/2004 - Atenas: Argentina 1-0 Australia
21/8/2004 - Patras: Argentina 4-0 Costa Rica
24/8/2004 - Atenas: Argentina 3-0 Italia
28/8/2004 - Atenas: Argentina 1-0 Paraguay

El plantel: Wilfredo Caballero, Roberto Ayala, Nicolás Burdisso, Fabricio Coloccini, Javier Mascherano, Gabriel Heinze, Javier Saviola, César Delgado, Luciano Figueroa, Carlos Tévez, Kily González, Mauro Rosales, Nicolás Medina, Clemente Rodríguez, Andrés D'Alessandro, Lucho González, Mariano González y Germán Lux.


BEIJING 2008
Alfio Basile, DT de la selección, le cedió su lugar para los Juegos Olímpicos a Sergio Batista y se perdió la chance entrar a la historia olímpica con un equipo exquisito, que ganó todos los partidos con categoría y conjugó en la cancha dos talentos de la talla de Lionel Messi y Juan Román Riquelme.
Tres argentinos marcados dos goles: Lionel Messi, Sergio Agüero y Ángel Di María, este último anotó el de la victoria final, sobre Nigeria. El tercer escalón del podio fue para Brasil.
Los campeones, antes de la final con Nigeria
7/8/2008 - Shanghai: Argentina 2-1 Costa de Marfil
10/8/2008 - Shanghai: Argentina 1-0 Australia
13/8/2008 - Beijing: Argentina 2-0 Serbia
16/8/2008 - Shanghai: Argentina 2-1 Holanda
19/8/2008 - Beijing: Argentina 3-0 Brasil
23/8/2008 - Beijing: Argentina 1-0 Nigeria

El plantel: Sergio Romero, Ezequel Garay, Luciano Monzón, Pablo Zabaleta, Fernando Gago, Federico Fazio, José Sosa, Ever Banega, Ezequiel Lavezzi, Juan Román Riquelme, Ángel Di Maria, Nicolás Pareja, Lautaro Acosta, Javier Mascherano, Lionel Messi, Sergio Aguero, Diego Buonanotte, Óscar Ustari y Nicolas Navarro.


RÍO DE JANEIRO 2016
Luego de la renuncia de Gerardo Martino a la conducción de la selección argentina, y con la AFA acéfala, la guía del equipo olímpico recayó en Julio Olarticoechea, quien conducía a selecciones menores y femeninas. A las apuradas tuvo que convocar a un equipo que, en medio de la desorganización reinante, se despidió en primera ronda con una sola victoria.
Argentina, antes de debutar contra Portugal
4/8/2016 - Río de Janeiro: Argentina 0-2 Portugal
7/8/2016 - Río de Janeiro: Argentina 2-1 Argelia
10/8/2016 - Belo Horizonte: Argentina 1-1 Honduras

El plantel: Gerónimo Rulli, José Luis Gómez, Lisandro Magallán, Lautaro Gianetti, Víctor Cuesta, Leandro Vega, Alexis Soto, Santiago Ascacibar, Mauricio Martínez, Lucas Romero, Giovani Lo Celso, Joaquín Arzura, Cristian Pavón, Ángel Correa, Cristian Espinoza, Giovanni Simeone, Jonathan Calleri y Axel Werner.


TOKIO 2020
Por la pandemia de covid-19 la cita olímpica se pasó a 2021. La albiceleste, conducida por Fernando Batista, llegaba con la medalla de oro panamericana pero no logró pasar la fase de grupos.
Los once que enfrentaron a España.

22/7/2021 - Sapporo: Argentina 0-2 Australia
25/7/2021 - Sapporo: Argentina 1-0 Egipto
28/7/2021 - Saitama: Argentina 1-1 España

El plantel: Joaquín Blázquez, Lautaro Morales, Jeremías Ledesma, Hernán De la Fuente, Marcelo Herrera, Nehuén Pérez, Leonel Mosevich, Facundo Medina, Francisco Ortega, Claudio Bravo, Fausto Vera, Santiago Colombatto, Tomás Belmonte, Martín Payero, Fernando Valenzuela, Alexis Mac Allister, Thiago Almada, Agustín Urzi, Esequiel Barco, Pedro De La Vega, Adolfo Gaich y Ezequiel Ponce.


martes, 20 de julio de 2021

Día del Amigo

A propósito del Día del Amigo y los clásicos rioplatenses, comparto esta notable investigación realizada por los amigos de la Comisión de Historia y Estadística del Club Nacional de Football, de Montevideo, Uruguay, qué tan seriamente trabajan para mantener viva la memoria.

LAS AMISTADES
Las amistades de Nacional con Boca Juniors y Peñarol con River Plate comenzaron a gestarse allá por la década de 1910 y terminaron de sellarse por los años '20. Durante la época del cisma eran frecuentes los amistosos entre aurinegros y riverplatenses y las copas “Amistad Nacional - Boca”.

EL CISMA
Los sucesos que dividieron al fútbol argentino tuvieron clara influencia sobre la margen oriental del río, identificándose Peñarol con el grupo de clubes que se retiraron de la AFA encabezados por River Plate.
Francisco Varallo y Roberto
 Porta, en 1938.
Boca Juniors se mantuvo fiel a la Asociación Argentina, al igual que Nacional a la AUF.

El desembarco del cisma en Uruguay no tuvo razones políticas de peso, tampoco económicas, mucho menos deportivas, ya que Peñarol quedó al margen de los campeonatos de la AUF, de la selección nacional y de las principales actividades futbolísticas.

La razón principal del advenimiento del cisma fue el vínculo que tenía Peñarol con River Plate. Como repetía la prensa uruguaya de la época, el cisma en Uruguay fue provocado innecesariamente por Peñarol por defender intereses ajenos.

El primer partido amistoso entre Nacional y Boca Juniors data de 1917, cuando los boquenses cayeron 5-2 en su visita al Parque Central. Desde entonces, este cruce se convirtió en una cita casi obligada del calendario futbolístico entre tricolores y xeneizes. En cambio el primer partido de Nacional contra River Plate se remonta recién a 1933.

José María Minella y Álvaro Gestido,
también en 1938.
Con Peñarol sucede algo similar pero a la inversa: con River Plate jugaron el primer amistoso en 1916 y los partidos se sucedieron casi año a año, por lo general con localía intercalada. El primer amistoso entre aurinegros y xeneizes pactado especialmente entre las dos instituciones fue recién en 1943.

Antes, en 1936 se habían cruzado Boca Juniors y Peñarol por el Torneo Nocturno Rioplatense, pero el partido se debió a que el calendario del certamen así lo marcaba (participaban los 10 equipos principales de ambas naciones).

A través del tiempo, los Nacional-Boca y los Peñarol-River han sido mucho más numerosos que a la inversa.

En 1923 Peñarol inauguró la cancha de River Plate ubicada en la Avenida Alvear y Tagle (foto izquierda) y en 1938 hizo lo propio con el Estadio Monumental. En 1924, fue Boca Juniors el que inauguró en un partido con Nacional su vieja cancha de madera (foto derecha), en donde hoy se levanta La Bombonera.


Era común que, en los períodos de pases, se cedieran futbolistas entre estos clubes. De esta manera llegó Atilio García a Nacional en 1938, por ejemplo. Nacional fue pionero en su famosa y exitosa gira por Europa de 1925 y Boca Juniors siguió su experiencia ese mismo año.

Se había estrechado de tal forma el vínculo, que en ocasión del Nocturno de 1936 Peñarol jugó vestido con la camiseta de River Plate como símbolo de amistad con los millonarios.
Equipo de Peñarol de 1936 capitaneado por Álvaro Gestido.
Utilizó la camiseta de River Plate como uniforme alternativo.
Paralelamente en 1938, Boca Juniors sustituyó su tradicional escudo en la camiseta por el de Nacional y éste agregó a la derecha de su casaca el escudo xeneize en ocasión de disputarse el encuentro entre ellos.
El 19 de marzo de 1938 Boca Juniors enfrentó a Nacional y lució en su
casaca el escudo del rival, como símbolo de amistad.
En 1949 Boca Juniors fue invitado al torneo 50º Aniversario de Nacional y en el 2002 fue Peñarol el que viajó a Buenos Aires para celebrar el centenario de River Plate.
La delantera de Nacional en 1947, con Atilio García a la cabeza, posando en el vestuario con la camiseta xeneize.
ENTRE SOCIOS E HINCHAS
La amistad no se limitaba a lo institucional, los hinchas sentían una simpatía recíproca y era común que hinchas de Peñarol fueran a recibir y despedir al puerto de Montevideo a los equipos de River Plate, mientras que los hinchas tricolores acompañaban a los de Boca Juniors cuando venían a jugaban copas y amistosos en la capital uruguaya.
Plaquetas conmemorativas en el Gran Parque Central y La Bombonera.

LAS DOS TRILOGÍAS
También los equipos de Rosario se sumaron a estos lazos de amistad formando dos trilogías, por un lado Nacional, Boca y Newell’s Old Boys y por el otro Peñarol, River y Rosario Central.
Los socios de Nacional, Boca y Newell’s se hacían acreedores de unos distintivos metálicos que les permitían acceder gratuitamente a los partidos de cualquiera de estos tres clubes, ya sea en Montevideo, Buenos Aires o Rosario. Una situación similar se daba entre Peñarol, River Plate y Rosario Central.

domingo, 18 de julio de 2021

Se subastó la camiseta que Maradona usó contra Brasil en 1990

La camiseta que Diego Maradona usó contra Brasil en la Copa del Mundo 1990 se subastó en Beverly Hils, California y el mejor oferente se la llevó por 51.200 dólares. El remate de Julien's Auctions con el lote 513, había arrancado la semana pasada con una base de 10.000 dólares.

En octavos de final, Argentina y Brasil se enfrentaron en un partido que los brasileños dominaron marcadamente hasta que en el minuto 81 Maradona se enfrentó a tres defensores verdeamarelos y encontró a Claudio Caniggia para el único gol del partido. Fue uno de los goles más celebrados de la historia del fútbol argentino.

Aunque la camiseta sufrió una fuerte decoloración por haber estado expuesta a la luz solar (rayos UV), se notan las franjas celestes. las tiras que se unen en la costura del hombro desde la parte delantera y trasera, están desalineadas. La franja celeste que sube por la parte posterior de la camiseta está compensada aproximadamente a un centímetro de donde se une la franja celeste del panel frontal. Otro detalle que permite la identificación es que en la manga izquierda las tres tiras de adidas suben hasta dar con la costura; la tercera franja choca directamente en el centro donde las tres partes de la prenda (pecho, espalda y manga) se unen. Es talle 4. Julien's Auctions adjunta estas imágenes de detalles:

Según Julio Grondona, entonces presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), se llevaron a Italia cinco camisetas talle 3 y cinco talle 4 para Maradona, pero solo se utilizaron en competición las de la talla 4: esta es una de cinco. La camiseta fue examinada en Buenos Aires por los expertos del Legends Museum, tiene un Certificado de Autenticidad de la República Oriental del Uruguay y está acompañada por una declaración jurada firmada por el propietario actual, quien la obtuvo de manos de Grondona.

Detalles de la subasta aquí: https://www.julienslive.com/lot-details/index/catalog/385/lot/160927


OTROS OBJETOS MARADONIANOS
Además de la emblemática casaca la casa Julien's Auctions intentó subastar un par de botines Puma usados por Maradona en el Barcelona durante la temporada 1983-84. Además están firmados.

En ese entonces, Maradona se los regaló al hijo de un trabajador del club, quien las traspasó a la Asociación de Coleccionistas del FC Barcelona. Su último dueño fue el reconocido coleccionista Rony Almeida. La base de la subasta era 10.000 dólares pero no se han vendido.
Por último, la pelota adidas Tango usada durante del Scudetto 1986-87 del Napoli. Está firmada por Maradona y el plantel de esa temporada. Fue el primer campeonato de la Serie A de la historia del Napoli. 
Tras un empate 1-1 con la Fiorentina el 10 de mayo de 1987, el Napoli finalmente se consagró tres puntos por delante de la Juventus y terminaron el doblete nacional, ganando su primer Scudetto y su tercera Coppa Italia

Esta pelota encierra esa alegría, emoción e historia que la convierte en una pieza de colección espectacular. Fue usada en la fecha 14, cuando Maradona anotó el único gol de su equipo en la derrota por 3-1 ante la Fiorentina en el Stadio Comunale de Firenze (4-1-1987). Está firmada por Maradona, Tebaldo Bigliardi, Giuseppe Bruscolotti, Luigi Caffarelli, Fernando De Napoli, Ciro Ferrara, Moreno Ferrario, Claudio Garella, Bruno Giordano, Pietro Punzone, Alessandro Renica y Luciano Sola.

En su momento fue regalada al gerente del Centro Sportivo San Filippo, en Brescia, y también es subastada desde la colección de Almeida.

martes, 13 de julio de 2021

El comienzo de los mundiales de fútbol

Aquí empezó la primera Copa del Mundo. Una larga investigación reveló en Montevideo dónde estaba el punto central del viejo Field de Pocitos, reducto de Peñarol, donde el mexicano Felipe Rosas puso en movimiento la más apasionante de las historias del deporte.

Artículo publicado en la revista FIFA World, en diciembre de 2009
Por PABLO ARO GERALDES

La vida transcurre tranquila por la esquina de Charrúa y Coronel Alegre, en el barrio de Pocitos, Montevideo. Los niños marchan a la escuela, las señoras hacen sus compras y los taxistas la cruzan sin saber que están transitando un sitio histórico en la historia del fútbol.

Algunos de los vecinos tienen una vaga referencia: saben que allí se encontraba una estación terminal de tranvías. Es verdad: hasta 1906 los tranvías montevideanos era tirados por caballos y al lado de las estaciones solía haber un campito para que los animales descansaran y pastaran. Pero cuando la electricidad comenzó a alimentar a este popular transporte, el gran predio de Pocitos perdió sentido. La empresa de tranvías se lo ofreció al club Peñarol para que erigiera allí su estadio.

Así, en 1921 el equipo aurinegro estrenó su humilde cancha, diseñada con astucia por el arquitecto Juan Antonio Scasso, para aprovechar el terreno que se abría en diagonal desde el cruce de Rivera y Pereira.

Cuando el Congreso de la FIFA celebrado en Barcelona en 1929 determinó que la primera Copa Mundial se disputase en Uruguay, el gobierno decidió construir el magnífico estadio Centenario. Pero desde la comunicación oficial a la fecha de comienzo del torneo hubo solamente 12 meses para levantarlo. Entre planos, permisos y preparativos, las obras comenzaron en septiembre de 1929. Y aunque se trabajaba las 24 horas con inmensos reflectores, las lluvias del otoño austral obligaban a detener las tareas. El tiempo se agotaba.

Cuando las autoridades uruguayas entendieron que era imposible abrir las puertas del Centenario el 13 de julio, trasladaron los dos partidos que comenzarían la Copa a las modestas canchas de Nacional y Peñarol, en el Parque Central y Pocitos, respectivamente. La inauguración oficial del Centenario quedó para el match Uruguay-Perú, el 18 de julio, día del centésimo aniversario de la Jura de la Constitución. El Parque Central se mantiene en el mismo lugar que hace ocho décadas, pero el Field de Pocitos fue devorado por el avance de la ciudad, por el progreso, en una bonita zona de la capital uruguaya, cercana a la Rambla.

Francia, en el field de Pocitos.
Los testimonios dicen que aquel 13 de julio la tarde estaba muy fría y que apenas si llegaba a las mil personas la concurrencia en Pocitos para ver Francia-México. A las 15 horas el árbitro uruguayo Domingo Lombardi hizo sonar su silbato para que Felipe Rosas, centrodelantero del Atlante de México, impulsase el balón por primera vez. Seguramente ninguno de los protagonistas lo sabía, pero estaban dando inicio a la historia más apasionante, la que en pocas décadas atraparía al planeta entero. Otro hecho único ocurrió al minuto 19, cuando el francés Lucien Laurent recibió un centro de Ernest Liberati y sentenció con una volea al arquero azteca Oscar Bonfiglio. Era el primer gol de la historia de la Copa del Mundo, el primero de los 2379 que se suman hasta hoy. Finalmente los franceses vencieron 4-1 y se retiraron de la cancha cantando La Marsellesa.

Un arqueólogo del fútbol
Hasta aquí la historia conocida. Pero en 1933 Peñarol dejó el Field de Pocitos, en 1937 se trazaron las calles y en los años '40 la urbanización ya había sepultado aquel histórico terreno.
Arq. Enrique Benech
Los uruguayos aman su rica historia futbolística y tienen un importante Museo del Fútbol bajo las tribunas del Centenario. Pero nadie parecía preguntarse por la vieja cancha de Peñarol, donde rodó la primera pelota mundialista. Fue entonces que el arquitecto Enrique Benech decidió emprender una pesada investigación, digna de un arqueólogo: determinar con exactitud dónde estaba la cancha; encontrar bajo el asfalto y bajo las casas el punto central y el lugar donde se situaba el arco de aquel gol inaugural de Laurent. Se integraron al equipo Juan Capelán, Eduardo Rivas, y otros colaboradores en diversas áreas.

¿Con qué elementos contaba? Pocos. No quedan registros de planos en la Intendencia Municipal de Montevideo ni en el Instituto de Historia de la Facultad de Arquitectura. Tampoco está guardada la Memoria del club Peñarol correspondiente a la construcción de las tribunas. ¿Y en la Biblioteca Nacional? Nada. Ni siquiera en la vieja estación Pocitos le pudieron ayudar: solamente guardaban dos fotos del Tranvía 35.

Foto aérea de 1926
Hasta que Benech y su equipo tuvieron acceso a una fotografía aérea de 1926 en la que se veía toda la cancha con una pequeña tribuna techada, junto a un córner. Era un dato. Superponiendo planos y fotografías podrían aproximarse al lugar en el que estaba el campo de juego pero: ¿en cuál de los dos arcos marcó Laurent su gol? Había que buscar documentos, hallar un plano, encontrar un permiso municipal, al menos una referencia oral o escrita confiable. No existía el GPS en los años ’20, si no todo hubiese sido más fácil. El plano de fraccionamiento del terreno realizado por los agrimensores Alberto de Artega (padre e hijo) en diciembre de 1941 sumó datos. “Este plano nos define con total precisión los límites del predio, que se visualizan hoy claramente transformados en medianeras edilicias”, explica el Arq. Benech en su estudio de Montevideo. El entusiasmo era incontenible. La Brigada de Sensores Aereoespaciales de la Fuerza Aérea Uruguaya suministró cuatro ampliaciones de esa foto aérea de 1926. La cancha, de 109 x 73 metros surgía entre las edificaciones actuales como una foto en el líquido revelador.


La historia resurge
Superposición: el fiel de Pocitos sobre una
imagen actual de Google Maps
El resultado de la paciente investigación fue presentado en el estadio Centenario. Allí, entre los concurrentes estaba Raúl Barbero, que en 1930 tenía 12 años y asistió a ese partido junto a un tío. De niño ya quería ser periodista y, junto a su amigo Hugo Alfaro, hacía una revista deportiva escrita a mano en hojas escolares y con fotos recortadas de otras revistas, prolijamente pegadas. La llamaron “Centenario Sport”. Llegaba la Copa Mundial y decidieron hacer una “edición especial”, por lo que necesitaban “cubrir” todo lo concerniente al torneo: fueron al puerto y vieron bajar del buque Conte Verde a Jules Rimet seguido por las delegaciones de Francia, Rumania, Bélgica, Yugoslavia y Brasil, que en Río de Janeiro se había sumado a la travesía. Y, por supuesto, debían estar en los dos partidos que abrirían el campeonato a la misma hora. Hicieron un sorteo y a Raúl le tocó en suerte ir a Pocitos. La revista tenía una circulación muy limitada: hacían solamente un ejemplar que prestaban a los niños del barrio “bajo juramento de devolución a los fundadores, directores, redactores, administradores, editores y distribuidores. Nosotros dos, obvio”, según le contó con humor al diario El País cuando se cumplieron 75 años.

Tres cuartos de siglo después los recuerdos de Barbero pueden volverse imprecisos, pero no olvidó el frío de la tarde ni aquel primer gol francés. Tenía en sus manos la única fotografía que se conserva, esa que permite determinar que el gol fue en el arco norte, hoy tapado mitad por la vereda y mitad dentro de la casa que lleva el número 1324 de la calle Coronel Alegre.
Aquí estaba el arco en
el que Laurent marcó el
primer gol de los mundiales
Allí fue implantada una escultura que recuerda la portería que le tocó defender al arquero mexicano. Pero si los franceses tienen el honor del primer gol, a México nadie le quitará la distinción de haber puesto en marcha esta inmensa historia. Y un monolito señala también ese punto central donde todo comenzó, a un par de metros de un lavadero de ropa, junto a los autos estacionados en la acera.

El Arq. Benech y su equipo lograron que una familia, doblando la esquina, autorice a excavar en su predio. Tenían una pista: “un matrimonio que vive en la calle Charrúa quiso enterrar en su jardín a su perrito que había muerto. La pala encontraba resistencia en la tierra: allí hallaron parte de la estructura del estadio de Peñarol”. Y en esa cuadra, en los patios de las casas de algunos vecinos quedan restos del antiguo talud del estadio, un terraplén que oficiaba de precaria tribuna. El misterio se había terminado...

Mario Mandžukić marcó en Moscú el último gol de la historia de los mundiales. En Qatar ese dato caducará. Pero el que permanecerá por siempre inalterado es aquel zapatazo de Lucien Laurent, ese que se seguirá gritando en francés en la silenciosa y tranquila tarde del barrio de Pocitos, en la lejana Montevideo.
Así lucía el Field de Pocitos