miércoles, 28 de octubre de 2015

Premier League: una de piratas

Estrellas de altísimo nivel. Estadios lujosos. Televisación impecable. Hooligans extinguidos. Valiosos derechos de imagen. Fútbol dinámico y apasionante. ¿Está todo bien en la Premier League inglesa?

Reportaje publicado en El Enganche, en marzo de 2009. Fue escrito originalmente para la revista Fox Sports, pero la compañía lo censuró.
Por PABLO ARO GERALDES


Los cimbronazos de la economía global también golpean a la libra esterlina, pero si se tiene en cuenta que la mitad de los equipos está en manos extranjeras, el abanico de la crisis se abre en diferentes direcciones. Grupos inversores rescatados por los Estados Unidos, millonarios rusos con negocios poco claros, ex gobernantes asiáticos y hasta un país entero ponen dinero (mucho dinero) en esta mesa de ruleta en la que se convirtió el campeonato inglés. Las ganancias pueden superar enormemente a las que se consigan en cualquier bolsa de valores del mundo… y las pérdidas pueden ser catastróficas. ¿Los hinchas? Bien, gracias.

En la temporada 2007/08 la Premier League redondeó números impactantes: los 20 clubes sumaron ingresos por 2.819 millones de dólares. A esta cifra, superior al presupuesto de la mayoría de los países del Tercer Mundo, falta sumarle los derechos de TV hacia el exterior (327 millones), el merchandising y las entradas, que son las más caras del planeta.

Las leyes británicas permiten que las empresas (los clubes lo son) se puedan vender a cualquiera que las pague. Con la plata en la mano, son pocos los que se preguntan por el origen del dinero que reciben. El gobierno le sugirió a la Asociación de Fútbol (FA) que endurezca las regulaciones sobre quién puede comprar un club. Pero el mismo David Triesman, presidente de la FA, tiró la pelota afuera: “No podemos discriminar a los inversores por su nacionalidad. Hay que distinguir entre los que ponen dinero y respetan los valores de un club y aquellos que solamente compran”.

El potencial de los clubes supera largamente a sus ingresos. “Eso es muy peligroso –dijo Arsène Wenger, DT del Arsenal–. Los sueldos subirán y clubes como el nuestro no van a poder pagarlos. Hay que regular esta situación”.

Los precios están inflados y arrastran a todo el fútbol europeo en un espiral de locura. El Manchester City anunció que pagaría 95 millones de dólares a Juventus para sumar a Gianluigi Buffon. Si lo hace, el italiano sería el arquero más caro de la historia. Esta carrera por la victoria a cualquier precio está cambiando al otrora conservador fútbol inglés: ahora se despiden técnicos, los futbolistas tienen varios dueños y se descuidan las divisiones inferiores.

De los clubes históricamente grandes solamente el Arsenal puede jactarse de no tener propietarios o capital extranjero. Mientras, los demás se endeudan vertiginosamente y, despilfarrando fortunas, inflan y desdibujan el mercado de pases. Pero hay un riesgo para los hinchas: si los negocios salen mal y los compromisos se vuelven impagables, estos magnates armarán las valijas y se volverán (si no tienen pedido de captura) a la tierra que los vio crecer. Tras la explosión, el club, fundido, quedará como triste testigo de una aventura económica con raíces que están lejos de ser futbolísticas.

CAPRICHOS DE UN MILLONARIO
El ruso Roman Abramovich tenía 37 años en 2003, cuando compró al Chelsea y canceló las deudas del club. Ya era conocido como uno de los nuevos oligarcas surgidos tras la caída de la Unión Soviética. Construyó su fortuna a comienzos de los 90, beneficiado por la política privatizadora del presidente Boris Yeltsin. Así fundó la compañía petrolera Sibneft.
Roman Abramovich

Además de sacar rédito de la política, participó: en 1999 fue elegido representante en la Duma por la región de Chukotka, en el extremo oriente del país. En 2000 ganó las elecciones a gobernador y en 2005 el presidente Vladimir Putin lo nombró directamente para un nuevo mandato, gracias a un cambio en el sistema electivo.

En 2006 la Revista Forbes lo señaló como el ruso más rico y dueño de la undécima mayor fortuna del planeta. Quiere hacer del Chelsea el mejor equipo del mundo y va camino a eso a fuerza de dinero: por ahora ganó dos Premier League y perdió la final de la última Champions. Pero todas sus compras son a precios superiores a los valores de mercado, aunque no le importa. Pagó 48 millones de dólares por el ghanés Essien y 57 por el ucraniano Shevchenko.

Como si la plata le picase en los bolsillos, gasta, gasta y gasta. Además de los 890 millones de dólares que puso en el Chelsea desde que llegó, su empresa Sibneft es dueña del CSKA Moscú, por lo que la UEFA inició una investigación sobre un posible conflicto de intereses: las entidad prohíbe a un mismo propietario tener dos equipos en una misma competición europea. No le importó demasiado, como tampoco lo inmutaron las investigaciones en Brasil por sus vínculos con el Corinthians de su amigo iraní Kia Joorabchian y un posible lavado de dinero.

Como se ve, el club de Stamford Bridge no es el único casillero donde Abramovich pone sus fichas: su origen judío lo llevó a invertir en empresas en Israel y el año pasado pagó 60 millones de dólares por un castillo en Brasov, Rumania, donde habría vivido Vlad Tepes, más conocido como Drácula. O abonar 122 millones por un cuadro de Francis Bacon. Son sus gustos. Lo que no le debe haber agradado es tener que darle la mitad de su fortuna a su ex esposa Irina, de la que se divorció el año pasado. Pero ya retomó el camino del amor: en julio dejó el cargo de gobernador de Chukotka y tiene más tiempo para su novia Dasha, a la que le regaló 40 hectáreas de la Luna.

EL CLUB DE UN PAÍS
Si para Abramovich el Chelsea es su capricho de millonario, para Abu Dhabi el Manchester City es una inversión estratégica para que el emirato no dependa sólo del petróleo. El club pasó a ser una política de estado y el dinero no es un problema: el patrimonio de la familia real dubaití se calcula en 730 mil millones de dólares.
La Presidencia de los Emiratos Árabes Unidos nombró a un responsable del emirato de Abu Dhabi, Jaldun Bin Mubarak, como nuevo presidente del club celeste. El jeque Mansur destacó que desea que el City se meta entre los cuatro mejores de la Premier League y apunta a las copas europeas.
Hinchas del Manchester City, felices
con la presencia emiratí.

El consorcio emiratí Abu Dhabi United Group & Investment compró en septiembre al club por 313 millones de dólares y puso como abanderado de la nueva cara futbolística al brasileño Robinho. El dinero sobra y los hinchas parecen felices. Noel Gallagher, guitarrista de Oasis, es un fanático de los ‘Citizens’ y aprovechó para burlarse de sus rivales de toda la vida: “Está bueno tener a un jeque como dueño: de cada libra que un hincha del Manchester United gasta en gasolina, unos peniques son para que nosotros compremos al próximo jugador, je”.

Si detrás del City está el emirato de Abu Dhabi, el dueño anterior no era tan poderoso, pero algunos ahorritos tenía: Thaksin Shinawatra, ex primer ministro de Tailandia, derrocado el 19 de septiembre de 2006. Antes de meterse en política ya se había convertido en el tailandés más rico, aunque antes de ser Primer Ministro transfirió todas sus empresas a su familia. La Shinawatra Computer Company creció rápidamente gracias a contratos firmados con el Gobierno y el monopolio de la telefonía celular, la televisión por cable y hasta satélites de comunicaciones.
Thaksin Shinawatra
A diferencia de Abramovich, no es un magnate cool: desprecia al periodismo e insulta a sus opositores. Lo derrocó un golpe de Estado perpetrado por el Ejército Tailandés y se exilió en Londres. Enseguida se aclimató a Inglaterra y siguió haciendo negocios. Hace un año desembolsó 150 millones de dólares para comprarse al Manchester City.

Acostumbrado a la autoridad, no le gusta que lo contradigan. Por eso no le importó qué pensaba el entonces técnico Sven-Goran Eriksson y fichó a tres juveniles tailandeses cuyo nivel sólo él conocía. Sí le hubiera gustado al sueco que cumpliera con su palabra de invertir 265 millones de dólares para esta temporada; hablaba de Messi, Ronaldinho y Kaká, nada menos.

Entre otros juicios, Shinawatra está acusado por conceder un préstamo por 170 millones de dólares a la Junta militar de Myanmar, actuando como primer ministro, para que el país vecino a Tailandia comprara la empresa Shin Satellite… de la familia de Shinawatra. En octubre la Justicia lo condenó a dos años de prisión por corrupción: en 2003 había comprado inmuebles a precios baratos en el centro de Bangkok y los enajenó a su esposa cuando tomó el gobierno. Nada que no se haya visto por estos pagos.

BUSCADOS
El tailandés no es el único prófugo de la Justicia. La otra historia empieza en Tel Aviv, donde reside la familia del empresario ruso Alexander Gaydamak. En una fiesta con 1.500 invitados, este muchacho de 29 años le compró al serbio Milan Mandaric la mitad del Portsmouth por 28 millones de dólares. Terminada la fiesta voló a Inglaterra y puso 15 millones más para comprar al zimbabweño Mwaruwari y al nigeriano-polaco Olisadebe.
Alexander Gaydamak

El año pasado Gaydamak abonó el otro 50%. ¿Quién es este misterioso ruso, mucho menos conocido que Abramovich? La fortuna la tuvo desde la cuna, hijo del magnate Arkady Gaydamak, quien además tiene ciudadanía angoleña, israelí y francesa. ¿Raro? A sus cuatro pasaportes le suma un pedido de captura internacional ordenado por Francia por contrabando de armas a Angola. Gadymak padre es además un importante comerciante en diamantes y su empresa tiene, justamente, oficinas en el Edificio del Diamante, en Tel Aviv. Para completar su perfil extravagante, la familia tiene inversiones petroleras en Siberia, bodegueras en California y cuenta con varias empresas tecnológicas en Silicon Valley… y ya que no puede salir de Israel se compró al Beitar Jerusalem, el club más popular del campeonato hebreo, para entretenerse con el fútbol.

“Quiero aclarar que mi padre no tiene ningún nexo con mi negocio en el Portsmouth”, anticipó el joven Alexander a los voraces diarios británicos. Su contacto con el fútbol inglés llegó a través de Abramovich, quien le aconsejó invertir en el Portsmouth como agradecimiento a un contacto que los Gaydamak le hicieron con otro empresario en diamantes, quien se prestó a ser testaferro de Abramovich en la compra del 75% del Hapoel Tel Aviv. Las malas lenguas (y también varios fiscales) dicen que estos millonarios rusos invierten en clubes para lavar el dinero cuya ganancia no pueden justificar.

EL SUEÑO AMERICANO
Hinchas del Manchester United
repudian a Malcolm Glazer.
Manchester United y Liverpool, dos de los equipos más tradicionales, están en manos estadounidenses. En Manchester hubo manifestaciones callejeras contra el arribo de Malcolm Glazer (ex dueño del Tampa Bay Buccaneers, del football americano), pero los títulos, entre ellos la última Champions League, aplacaron las protestas.

La camiseta del Manchester lleva la publicidad de AIG. Se trata del American International Group, una de las aseguradoras que estuvo a punto de quebrar por la reciente crisis de las hipotecas. AIG pagó 90 millones de dólares por cuatro años y si no se desmoronó a pedazos fue porque el Gobierno de George W. Bush empujó su nacionalización. Glazer y los seguidores del club respiraron aliviados por la intervención de la Reserva Federal.

Tom Hicks y George Gillet
Liverpool fue comprado por Tom Hicks y George Gillett, que llegaron con el antecedente de haber comandado a los Montreal Canadians, de la NHL, la liga más importante de hockey sobre hielo. La presencia americana se cierra con Randy Lerner, dueño del Aston Villa.

En West Ham United también apareció un curioso “mesías” al que los hinchas llaman Mr. Egg (señor Huevo). El apodo viene de su nombre: se llama Eggert Magnusson, es islandés y puso 145 millones de dólares para quedarse con el club del suburbio londinense.

Empresario y ex presidente de la Asociación de Fútbol de Islandia (KSI) con peso en el Comité Ejecutivo de la UEFA, Magnusson hizo su fortuna con la fabricación y exportación de panes y galletitas.

EL FARAÓN
Fulham es un club chico que tradicionalmente iba y venía por las divisiones de ascenso. Pero en 1997 el egipcio Mohamed Al-Fayed se hizo cargo y prometió desembolsar allí parte de su fortuna estimada en 830 millones de dólares. “Tenemos un equipo maravilloso a orillas del Támesis y jugamos en la mejor liga del mundo. Atraeremos a los mejores jugadores”, prometió. Y cumplió: el club sigue en la Premier League y recibió él desembolsó unos 380 millones.

Mohamed Al-Fayed
Al-Fayed comenzó vendiendo refrescos en las calles de Alejandría, su ciudad natal, fue vendedor de máquinas de coser y hasta maestro. Claro que con estas actividades es difícil hacerse millonario.

Hoy, a los 75 años, es el dueño de las descomunales tiendas Harrods de Londres y el hotel Ritz de París, el summun de la elegancia. Su fortuna lo hizo conocido y frecuentó el Palacio de Buckingham, aunque nunca logró su objetivo: que le concedan la ciudadanía británica.

Desde 1985 está casado con la finlandesa Heini Wathén (miss vikinga 1973), con quien tiene cuatro hijos. Un quinto, de su primer matrimonio, Dodi, murió en un famoso accidente junto a Lady Di, la princesa de Gales. Esa unión anterior no era cualquiera: durante tres años estuvo con Samira, una hermana del traficante de armas saudí Adnan Khashoggi.

Los medios lo investigaron de arriba abajo. The Observer publicó durante meses que Al-Fayed había enmascarado sus orígenes y su riqueza, que operaba para el sultán de Brunei, quien supuestamente avanzaba el dinero de sus operaciones. El pleito determinó que se trataban de difamaciones, pero el Ministerio de Comercio e Industria concluyó que el egipcio había mentido y no era “digno de confianza”.

En silencio planeó su venganza. Volvió a ser tapa de los diarios como el artífice del escándalo de los “diputados alquilados”, a los que había pagado a cambio de que plantearan preguntas favorables a sus intereses en la Cámara de los Comunes. De todo esto había guardado pruebas para exhibirlas cuando hiciera falta. Lo mismo que conservó las facturas de la estancia de un ministro en su Hotel Ritz a cuenta de oscuros socios saudíes vendedores de armas. Aunque no logró derribar al Gobierno de John Major, le propició una bochornosa derrota en las elecciones generales.

ORO NEGRO O WINDOWS
Bill Gates
Durante el año pasado la BBC informó que un consorcio nigeriano, cuya identidad no reveló, hizo una interesante oferta para comprar el Newcastle United, que desde hace años sufre una depresión económica. Mike Ashley, dueño del club, es uno de los 50 británicos más ricos gracias a la venta de mercadotecnia deportiva y adquirió la mayoría de las acciones hace dos años a cambio de 216 millones de dólares. De entrada lo puso en venta en unos 670 millones pero tuvo que bajar sus pretensiones a 400 millones. Pero a los nigerianos se les sumó el interés de otro millonario: Bill Gates. El pope mayor de la informática tampoco tiene problemas de efectivo y parece que ahora le gusta el fútbol.


viernes, 23 de octubre de 2015

Diego Maradona: La Noche del 10

Hace diez años comenzaba el programa de Diego Maradona en Canal 13, el que lo llevó a quedarse con el premio Martín Fierro como Revelación masculina. El encuentro con Pelé fue una noticia que recorrió el mundo, y así lo retrató la revista china Kicker.

Versión en español del artículo publicadado en la revista Kicker China, en agosto de 2005.
Por PABLO ARO GERALDES


¿Maradona o Pelé? ¿Pelé o Maradona? El dilema no tiene solución, son dos genios incomparables, protagonistas de dos épocas brillantes del fútbol. Entonces la mejor ecuación es "Maradona y Pelé", juntos.

Pero una larga enemistad los mantuvo separados durante años. Maradona atacaba al brasileño cada vez que podía; Pelé replicaba distinguiéndose de la problemática vida del argentino. La reconciliación parecía imposible pero, tan inesperada como la milagrosa curación de Diego, ocurrió.

Fue en el debut de Maradona como presentador de TV, con show propio La noche del 10, que revolucionó a los argentinos. Récord de rating para ese horario y la promesa de invitados muy importantes. El primero de ellos fue precisamente Pelé, con quien Diego se mostró muy amable, amistoso y reconciliado. Es una buena noticia para los amantes del fútbol.

El encuentro fue al final del programa, luego de presentar a Gabriel Batistuta, la ex tensita Gabriela Sabatini y la actriz italiana Maria Grazia Cucinotta, con quien Maradona bailó el vals. El clima iba creciendo en emociones. Acompañado por el ex arquero Sergio Goycochea, Diego se veía muy feliz, delgado, pero sobre todo muy lúcido, rápido mentalmente, como en sus mejores momentos.

Antes de presentar a el Rey Pelé, pudo verse un dibujo animado que parodiaba con mucho humor al Correcaminos y el Coyote: Diego era un corredor veloz por el desierto y Pelé trataba de poner trampas en su camino. Las bombas que ponía Pelé no eran marca ACME, sino FIFA, y el objetivo era quedarse con el número 10 de la espalda de Maradona. Hasta que el argentino le tendió otra trampa: con un espejo le hizo creer a Pelé que le había puesto un 10 en su camisa verde-amarilla, pero en realidad le había colocado un 01. Así, cazador y cazado, ambos se iban felices y amigos.

Cuando el cartoon dejó su lugar a los protagonistas de verdad: una nube de humo invadió el estudio de TV y un slogan "maradoniano" le dio la bienvenida al invitado de lujo: "El Rey en la noche de Dios". En medio de aplausos apareció la figura del astro brasileño.

Los argentinos tenían cierto resquemor respecto de Pelé. A los brasileños les ocurría algo similar con Maradona. Pero en sus corazones los verdaderos hinchas del fútbol soñaban con el día en que ambos se juntase amistosamente, dejando atrás los rencores. Era algo difícil de imaginar hace un año: magos indiscutibles de la pelota, ambos representan cosas muy distintas fuera de la cancha: Pelé y sus negocios con empresas de Estados Unidos, Maradona con su refugio en Cuba; el brasileño amigo del stablishment, el argentino rebelde de nacimiento... Uno diplomático, el otro contestatario.
Fue media hora de un mano a mano histórico, por primera vez ante cámaras. Inolvidable. "Los diarios nos enfrentaron muchas veces pero nunca habíamos hablado cara a cara", dijo Maradona para romper el silencio y le Pelé le contestó: "Para mí, es un orgullo estar aquí hoy".

En la charla ambos recordaron anécdotas, hablaron del presente dirigencial y futbolístico mundial y remarcaron diferencias personales en el pasado. La fama, esa dulce música que los envolvió a los dos desde muy jóvenes fue el tema que eligió Diego para buscar puntos comunes. "A los 17 años ya había jugado un Mundial, así que conviví toda la vida con ella sin problemas", le respondió Pelé. Y pasaron a un tema áspero: la FIFA.

Pelé: ¿Ya te has reconciliado con Joao Havelange?
Maradona: Nuestro momento más crítico ya quedó atrás. Los jugadores tenemos que defender nuestros derechos.
Pelé: La FIFA es mucho más democrática que antes y está tratando de hacer un trabajo importante en los países pobres. Tiene más miembros que las Naciones Unidas y puede unir a los pueblos.
Fue un acercamiento, pero el momento más emotivo de la noche llegó cuando Maradona trajo un tema difícil, que aún le duele, y que Pelé conoció recientemente con el arresto de su hijo Edinho, acusado de tráfico de drogas.
Maradona: Por la droga estuve casi muerto y gracias a mis hijas ahora estoy disfrutando de la vida con ellas y con usted*, pasando este momento. Por eso quiero ofrecerle mi solidaridad por el momento que está atravesando su hijo.
Pelé: Gracias, es muy importante esto. Mi hijo hizo amistad con gente que no debía y está pagando por eso, le puede pasar con cualquiera. Ojalá pueda salir pronto. Y creo que tú y yo, con este programa que se ve en todo el mundo, podemos hacer grandes cosas para ayudar a mucha gente. Porque creyendo en Dios todo se puede. Y tú eres un ejemplo, porque eres un vencedor.

En la platea algunos dejaron corres sus lágrimas. Pelé, notablemente sentido, elogiaba a Maradona.Para pasar a un tema más divertido, pero polémico, Pelé preguntó si era verdad que en la Copa Mundial 1990 algún argentino había puesto "somníferos" en el agua que tomó el brasileño Branco. "Yo no fui", contestó entre risas el argentino, confirmando implícitamente que eso había ocurrido realmente.

Pelé: ¿Y no sabes quién fue?
Maradona: Se dice el pecado pero no el pecador... Aunque hubo algo de eso, porque Branco estaba muerto. Pero la superioridad de ustedes fue notoria, y fallaron mucho. Nos salvó Goycochea. Pero yo nunca necesité dormir a nadie para ganar un juego...

En una faceta muy poco conocida, ambos pasaron por la música. Maradona le recordó un encuentro en Río de Janeiro, allá por 1980, en el que cantaron juntos, y le acercó una guitarra al brasileño. Pelé entonó una canción de su autoría, y Diego respondió cantando un tango.

Jugaron a pasarse la pelota con cabezazos y los dos mostraron tanto talento intacto que hubieran podido seguir horas.

Antes de despedirse, ambos intercambiaron recuerdos que valdrían millones en una subasta inglesa: Maradona firmó una camiseta argentina para el hijo de Pelé, y éste estampó su firma en una amarilla y verde para las dos niñas de Diego. Y los dos se fundieron en un afectuoso abrazo. Sincero y emocionante.

Hace un año Maradona yacía conectado a un respirador artificial, lejos de la vida exitosa de Pelé. La droga parece haber quedado atrás en la vida de Diego. El tiempo pasa y las heridas se cierran. Los rencores se olvidan, el dolor hermana, el amor por el fútbol es más fuerte.
Maradona y Pelé están juntos otra vez. El fútbol fue feliz.

Un fragmento de aquel histórico programa:

martes, 20 de octubre de 2015

El debut de Diego Maradona

El 20 de octubre de 1976 Diego Maradona hizo su debut en la Primera División del fútbol argentino.
Aquel miércoles por la tarde el pibe de 15 años ingresó en Argentinos Juniors al comenzar el segundo tiempo, en reemplazo de Rubén Giacobetti. Llevaba en la espalda el número 16. El Bicho perdió 0-1 ante Talleres (Córdoba).
En la foto se ve su primera jugada: un caño a Juan Cabrera.





Esa tarde cuatro periodistas de El Gráfico estuvieron presentes en La Paternal. En la foto, destacados de izquierda a derecha aparecen José Antonio Prieto, Héctor Vega Onesime, Osvaldo Ricardo Orcasitas (ORO) y Ernesto Cherquis Bialo, los últimos tres parte de la "plana mayor" de la revista. ¿Casualidad? Vega Onesime fue quien firmó la síntesis del partido y relató: "Recuerdo que había una presunción de que podía ser un partido histórico. Por eso, cuando pasaba el fotógrafo, le hice una seña para que nos sacara una foto. Hubo, en realidad, dos grandes motivaciones para ir a la cancha ese día. Por un lado el tema afectivo que nos vinculaba a Talleres: varios queríamos que triunfara Talleres, que simbolizaba al fútbol del interior. Y estaba lo otro también, el tema Maradona. Por eso fuimos en grupo a cubrir ese partido. Y la presunción de que estaba ocurriendo algo muy importante está reflejada en la síntesis del partido, donde le dedicamos un lugar destacado a Diego".
Cherquis Bialo recuerda con emoción aquella jornada: "Yo sentí por Diego un gran afecto desde la primera vez que vino a la redacción a ver fotos con Jorge Cyterszpiler, bastante antes de que debutara en Primera, en tiempos de los Cebollitas. En la revista se habían cubierto algunos temas de ellos y Horacio del Prado, el periodista que estaba en el tema, nos decía que teníamos que ir a verlos y se generó una especie de compromiso. Pero por un motivo u otro nunca cumplíamos. Entonces ese miércoles decidimos ir, porque se comentaba que podía debutar Maradona".
Por entonces Prieto era colaborador y cubría los partidos de Argentinos Juniors: "Maradona ya era un nombre importante para la gente del club, y como jugaba en los preliminares o aparecía en los entretiempos, los hinchas lo pedían. Había presión de los hinchas y de los dirigentes para que jugara. Ese día nos fuimos comentando hasta dónde podría llegar ese chico".

jueves, 15 de octubre de 2015

Las publicidades de Quilmes y la Selección Argentina

La empresa cervecera argentina presenta excelentes spots comerciales relacionados con la selección nacional y la pasión que despierta.
Este es un repaso a sus mejores publicidades:















jueves, 8 de octubre de 2015

Viento en contra

Con Messi ausente por lesión, la Selección Argentina encara un nuevo desafío: clasificar al Mundial de Rusia 2018. Cómo se prepara el equipo de Martino, y el detalle de los próximos compromisos.

Artículo publicado en ESPN Magazine, en octubre de 2015.
Por PABLO ARO GERALDES

Atrás quedó la frustración de dos finales sin premio. Argentina tiene al mejor jugador del planeta pero Alemania es el campeón del mundo y Chile el dueño de la Copa América. Con el peso contundente de estas verdades, el equipo comandado por Gerardo Martino inicia un nuevo camino, el que lo conducirá a la próxima Copa del Mundo, en Rusia 2018. Y emprenderá esta senda sin Lionel Messi, descartado para los dos primeros partidos de Eliminatorias con la selección por su lesión en la rodilla izquierda -sufrió la rotura de un ligamento colateral en septiembre, cuando Barcelona disputaba un partido de Liga contra Las Palmas-.

El genio rosarino fue elegido Mejor Jugador de la UEFA, obtuvo este año la Liga española, la Copa del Rey, la Champions League, la Supercopa de Europa y en diciembre buscará en Japón su tercer Mundial de Clubes. Sin embargo tuvo que soportar una nueva andanada descarga de cuestionamientos que encontró eco en la prensa más amarilla, subrayando una realidad que por ahora no tiene respuesta: de los 27 títulos que ganó, sólo dos fueron con la camiseta celeste y blanca. Aquel Mundial Sub-20 Holanda 2005 y la medalla dorada en los Juegos Olímpicos Beijing 2008 quedaron muy lejos en el tiempo y el hincha le reclama una victoria con la selección mayor. Puede parecer demasiada exigencia para un solo jugador, pero de quién se puede pedir más que del mejor futbolista del planeta.

Messi siente la camiseta celeste y blanca como el que más.
El compromiso de Messi con el equipo nacional resiste cualquier archivo (y cualquier lesión). Sin hablar, fiel a su estilo silencioso y ajeno a los micrófonos, Leo se expresa en la cancha. En sus 28 años suma 104 partidos con la selección y sus 49 goles lo ponen solamente a 5 del récord de Gabriel Batistuta, máximo anotador histórico de Argentina. “Siempre voy a estar donde la selección me necesite. Algunos me preguntan por qué no se me pegó el acento español después de tantos años en Barcelona. Y es simple: no quiero que se me pegue, no quiero perder nada que me identifique con mi país”, sentenció el capitán.

Su fidelidad a la selección derriba cualquier cuestionamiento: Messi está en todas las convocatorias. No hay amistoso menor, así el rival se llame Bolivia, Hong Kong, El Salvador o Trinidad y Tobago... él está ahí, a disposición del técnico. Aunque sus patrones del Barcelona le pongan mala cara, él cruzará una vez más el océano para estar junto al equipo de su país. Javier Mascherano, un incuestionable del plantel albiceleste, puso en negro sobre blanco lo que representa la presencia del 10: “yo no soportaría ser Messi, es algo muy especial. Él está junto al plantel, sigue viniendo incluso cuando está a punto de ser padre. Messi no se esconde y siempre da la cara”.

Luego del último amistoso contra México en Dallas, el crack rosarino fue elocuente: “Llegamos a dos finales, que no es fácil, e intentaremos seguir peleando por todo. Recibimos muchísimas críticas y muchas de mala manera. Todos la pasamos mal porque estábamos convencidos de que era el momento, de que íbamos a ser campeones, por como llegábamos y porque teníamos mucha fe. Fue muy duro para todos. Mientras el técnico quiera, voy a estar siempre, más allá de todas las decepciones que tuvimos por no haber conseguido nada en todo este tiempo que estoy en la selección. Ahora se vienen más objetivos y nuevas oportunidades. Hay que seguir peleando: las eliminatorias son cada vez más duras”. Compromiso total. El equipo y los hinchas argentinos esperaban ansiosos su regreso a las canchas.

Panorama sudamericano
Perú y Chile, en la última Copa América.
La Copa América sirvió para mover piezas en el mapa de la Conmebol. Confirmó el ascenso de Chile, mostró a una auspiciosa selección de Perú, puso algunos interrogantes en el futuro de Uruguay y de Colombia, y mostró un pobre presente de Bolivia y Paraguay. Argentina y Brasil, aun con sus altibajos, siguen disponiendo de un arsenal tan variado que, inevitablemente, están siempre entre los candidatos a liderar la eliminatoria.

Como nunca había ocurrido, seis de los diez entrenadores serán argentinos: además del Tata Martino dirigirán Jorge Sampaoli (Chile), José Pekerman (Colombia), Gustavo Quinteros (Ecuador), Ramón Díaz (Paraguay) y Ricardo Gareca (Perú). El camino será largo, dos años hasta la última fecha, el 10 de octubre de 2017, en Quito.

Caprichos del calendario, todos cerrarán la eliminatoria ante el mismo rival de la primera fecha. Este jueves 8 Bolivia y Uruguay echarán a rodar la pelota en el primero de los 90 partidos que definirán los cuatro clasificados a Rusia 2018. El equipo que finalice en quinto lugar disputará el repechaje intercontinental contra el ganador de la tercera ronda de Oceanía.

Con el orgullo de liderar el Ranking FIFA pero mucho más el de vestir la camiseta celeste y blanca, Messi y compañía saltarán al césped del Monumental para iniciar el camino que lleve a la Argentina a su 17ª Copa del Mundo.


Goleadores históricos de la Selección Argentina
1. Gabriel Batistuta - 54
2. Lionel Messi - 49
3. Hernán Crespo - 35
4. Diego Maradona - 34
5. Sergio Agüero - 33
6. Gonzalo Higuaín - 26
7. Luis Artime - 24
8. Leopoldo Luque - 22
8. Daniel Passarella - 22
10. Herminio Masantonio - 21
10. José Sanfilippo - 21
12. Mario Kempes - 20

miércoles, 7 de octubre de 2015

Decime qué se siente

La hinchada del City tomó la melodía del ya célebre “Brasil, decime qué se siente” y le puso una letra inglesa para lanzar su nuevo hit, que nombra a los seis jugadores argentinos del plantel:

We’ve got Nicolás Otamendi

We've got Kun Agüero too

We've got Pablo Zabaleta

They're our Argentinian blues

Our Argentinian blues are coming after you

our Argies are coming after you

We've got Martin Demichelis

We've got Zuculini too

We've got Willy Caballero

They're our Argentinian blues


jueves, 1 de octubre de 2015

Estadio Azteca: un coloso lleno de historias

Artículo publicado en la revista alemana Kicker, en julio de 2007
Por PABLO ARO GERALDES

Pocos estadios en el mundo guardan entre sus gradas tantos momentos de gloria como el Azteca, de la ciudad de México. “El Coloso de Santa Úrsula”, como lo llaman debido a la zona de la ciudad donde fue emplazado, se inauguró en 1966 y desde entonces vivió la emociones máximas que puede deparar el fútbol... y fuera del fútbol también.

Planeado para albergar la Copa Mundial de la FIFA en 1970, se comenzó a construir en 1962 y vio rodar el balón por primera vez al mediodía del 29 de mayo de 1966, cuando América recibió al Torino de Italia, en presencia del presidente de la FIFA, el inglés Sir Stanley Rous. A los 10 minutos del juego el brasileño Arlindo Dos Santos Cruz marcó el primer gol, con un disparo desde fuera del área. Se había metido en la historia del fútbol mexicano y aún hoy es motivo de entrevistas, aunque su carrera no haya tenido mayores brillos. El partido finalizó 2-2 ante la emoción de los 105 mil aficionados.

Actualmente es el cuarto mayor estadio del planeta, detrás del Rungrado (Pionyang, Corea del Norte), Azadi (Teherán, Irán) y el Maracaná (Río de Janerio, Brasil).

En 1968 fue testigo del torneo olímpico de fútbol pero la primera fiesta completa llegaría con el Mundial. Porque el Azteca tiene otro record: fue el primer estadio del mundo que albergó dos finales de Copa del Mundo, en 1970 y en 1986. Además, fueron dos torneos especiales, porque tuvieron como máximas estrellas a Pelé y a Diego Maradona. En estas dos definiciones las tribunas estuvieron llenas para presenciar partidos inolvidables: en el ’70 Brasil se impuso a Italia por 4-1 y en el ’86 Argentina venció a Alemania Federal por 3-2...¡10 goles en dos encuentros memorables!
Pero más allá de estas finales, los dos mundiales fueron testigo de más hechos trascendentes. En su césped se jugó, en 1970, el llamado “Partido del siglo”, la semifinal que Italia le ganó a Alemania Federal por 4-3. Y también se produjo allí el que fue votado como mejor gol del siglo XX: el que Maradona le marcara a Inglaterra el 22 de marzo de 1986, luego de esquivar a siete rivales. Fue por los cuartos de final de esa Copa Mundial y era el 2-0 provisorio luego de otro gol que quedó en la historia por polémico: el 1-0 lo anotó el mismo Maradona, pero con una mano que el árbitro tunecino no vio.

Maricarmen Flores es la encargada de las relaciones públicas y tiene cientos de historias para contar sobre el estadio, pero hay un hecho que resume mucho más: “aunque no haya partido, si tú caminas por debajo de las gradas por las noches oyes como si los aficionados estuvieran cantando, es algo casi místico”. Es verdad, el estadio encierra misterios, como que un mismo arco (el de los dos goles de Maradona a Inglaterra) reciba casi el 70% de los goles que se marcaron en estos 41 años. “No hay explicación –cuenta una de las guías que acompaña a los periodistas y visitantes– por eso los guardametas mexicanos hacen un mini-ritual antes de defender esa portería por 45 minutos. Creen que así espantarán el ‘maleficio’”.

Nachito, el hincha
más fiel del Azteca
Mucha mística gira en torno al gigantesco estadio situado en la zona sur de la capital mexicana, una inmensa ciudad de 20 millones de habitantes. Pero entre todas las historias para contar, quien debe haber visto más es Nachito, una estatua de bronce que representa, en la tribuna, al aficionado que más veces concurrió al Azteca. Un concurso quería premiar al hincha más fiel y para demostrarlo elegirían a quien más boletos hubiera guardado. Nacho, el ganador, presentó más de 200 tickets y se ganó una platea de por vida, además de su figura en bronce.

El partido se puede ver desde las tribunas, o desde cualquiera de los 856 palcos privados, cuyo costo ronda los 100 mil dólares. Los compradores los poseen para siempre, pero solamente pueden usarlos los días de partidos o eventos especiales. Es que además de ser la casa del club América y recibir muchos partidos de la Selección Mexicana, el estadio Azteca es escenario de innumerables recitales. Los más destacados fueron los de Rolling Stones, Michael Jackson, Elton John y U2, entre tantos otros.

El palco más grande, que tiene capacidad para 50 personas, es el de la familia Azcárraga, dueña del estadio y de la cadena Televisa. Desde allí se puede acceder directamente al campo de juego. Entre otras instalaciones, está allí el restaurante Freedom, donde se puede comer mirando el partido, y el Museo del Club América.

En 1983 se disputó allí el Mundial Juvenil de la FIFA y en 1999 la Copa Confederaciones, continuación de la Copa del Rey Fahd. Ese mismo año se celebró en el Azteca una inmensa misa con la presencia del Papa Juan Pablo II. Otros deportes que se desarrollaron en el Coloso de Santa Úrsula son el football americano y el boxeo.

A México le dicen “El Gigante” de la zona Concacaf y su escenario está acorde a sus dimensiones. El cantante argentino Andrés Calamaro, uno de los más reconocidos en el mundo de habla hispana, le dedicó una canción llamada, precisamente, “Estadio Azteca”. Uno de sus versos dice: “Cuando era niño, y conocí el estadio Azteca / me quedé duro, me aplastó ver al gigante / de grande me volvió a pasar lo mismo”. Y tiene razón: desde el más pequeño aficionado hasta el equipo más poderoso, todos sienten vibrar al Coloso.


LOS NÚMEROS DEL AZTECA
Ideado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, además de albergar a 105 personas tiene un estacionamiento para 4.500 automóviles. Las vías de acceso y salida están tan bien planificadas que es posible desalojar el estadio completo en solamente 18 minutos.
La cancha mide 68m por 105m y se encuentra a 9.50 metros por debajo del nivel de la calle. El césped cuenta con un sistema de drenaje que aún con una gran tormenta el agua se escurre en menos de tres minutos.

Su construcción fue monumental: en agosto de 1962 se desalojaron 180 millones de kg de roca del extinto volcán Xitle, en una superficie de 63,590 m2. Trabajaron 10 arquitectos, 34 ingenieros, 15 técnicos y 800 obreros durante siete millones de horas-hombre.

En cuanto a los materiales, se emplearon 8.000 toneladas de acero y 100.000 toneladas de concreto para la estructura. Además fueron necesarias 1.200 toneladas de acero laminado para la construcción del techo, que cubre al 80% de los espectadores. Un Coloso en todo sentido.