jueves, 28 de diciembre de 2023

Uruguay 1930: Recuerdos con historia celeste

Con el lanzamiento del Museo de la Copa del Mundo de 1930, la conquista uruguaya recobra vigencia. Mientras en el mundo se pagan miles de dólares por los objetos ligados con el fútbol, una familia de coleccionistas salió a preservar la gloria del pasado.

Artículo publicado en la revista El Gráfico, en diciembre de 2001.
Por PABLO ARO GERALDES

Corría junio de 1973 y el viento soplaba por la 18 de Julio, la céntrica avenida de Montevideo. Como todas las mañanas, Rony Almeida, un ecuatoriano afincado en Uruguay, recorría las tiendas de antigüedades y visitaba a los diferentes marchands de numismática del barrio antiguo buscando piezas para coleccionar o simplemente para seguir con su oficio de compra y venta. Pasado el mediodía, decidió demorar el almuerzo y prefirió darse una última vuelta por un par de cambalaches y se detuvo en el negocio de un anticuario de la calle San José. Casi como una rutina, consultó a don Isidoro, el dueño del local, si había recibido alguna pieza que podría interesarle. “Fíjese en esa bolsa”, le respondió señalando un pequeño envoltorio de papel. Contenía anillos, medallas y cadenitas que a las dos de la tarde llevaría a la fundición, como lo hacía todos los días con el oro comprado.

Al revolver entre los pequeños objetos sacó una medallita y al leerla se le paró el corazón. De un lado decía “Coupe du Monde” y al darla vuelta leyó “Montevideo Juillet 1930” y entre laureles “José Nasazzi – Capitán”.


Un pedazo de la historia del fútbol estaba en sus manos, pero trató de serenarse. Simuló cierto desinterés y preguntó cuánto costaba. Sin saber ni interesarse por el pasado de la medalla, el dueño la tomó y la posó sobre la balanza. Se la cobró apenas un poco más de lo que costaban esos 25 gramos de oro.


De regreso a su casa, Almeida transpiró como nunca, pese al frío de la tarde. Apretando con fuerza esa medalla tomó el ómnibus hasta su departamento en Pocitos y trató de calcular cuánto valdrían esos gramos de oro.


Empezó a investigar y dio con un dato que realzaba el valor de la medalla, si comprobaba que era original, claro. La FIFA sólo le había dado una medalla de oro a Nasazzi, el capitán, mientras que el resto de los campeones mundiales recibió una de plata y esmalte. ¿Podía ser esa que él tenía la auténtica?


Al tiempo decidió ofrecerla a la Asociación Uruguaya de Fútbol a diez mil dólares, pero le dijeron que no era el único que intentaba vender objetos relacionados con la primera Copa del Mundo, y que había muchos falsificadores. Uno de los empleados de la AUF saltó: “vayamos a ver a Andrés Mazali, que fue muy amigo de Nasazzi, él va a saber decir si es verdadera o no”. Mazali fue el arquero que junto a Nasazzi salió campeón olímpico en 1924 y 1928, y mantuvo su amistad hasta su muerte, en junio de 1968.


Golpearon a la puerta de la casa de Mazali y salió a atenderles un viejito con las piernas combadas por el reuma. Era el legendario arquero, y le mostraron la medalla. No llegó a responder, sólo se quebró en llanto acariciando la imagen dorada. “Es la de Pepe”, sollozaba, mientras identificaba el golpecito en la parte izquierda. “Es la que le dio Jules Rimet. La llevó un tiempo como llavero, pero después la guardó en una lata sobre el ropero –les relató Mazali–. Al tiempo de su muerte falleció la esposa y entonces la sobrina que ellos habían criado como a una hija las tuvo que vender para pagar la tasa judicial y poder cobrar la herencia”.


Esa medalla que estuvo a horas de transformarse en parte de un lingote, se convirtió en el comienzo del Museo de la Copa del Mundo 1930. “¿Cuánto quiere?”, le preguntaron a Almeida los hombres de la AUF. “Nada, ya no quiero venderla”.

Al rescate de la memoria
En cierto modo me quedé con la partida de nacimiento del fútbol uruguayo”, reflexionaba Almeida el pasado 20 de diciembre, día de la inauguración del Museo.


Fueron años de búsqueda y estudio. De recolección minuciosa. Y cada dato nuevo que iba conociendo le ensanchaba el horizonte de búsqueda. La numismática (colección de monedas) empezó a compartir horas con otros recuerdos de los años dorados del fútbol uruguayo. Pronto se encontró con un creciente número de insignias, entradas de partidos, tarjetas postales, fotos, autógrafos, revistas, todos objetos imposibles de ser tasados como el oro, pero de un valor incalculable. Porque todos, aunque no coticen como los metales preciosos, llevan consigo el precio impagable de la historia, de lo irrepetible.


Cuando me querían comprar la medalla de Nasazzi y me descalificaban por el alto precio que pedía, yo les preguntaba: ¿saben cuánto tiempo va a pasar hasta que Uruguay vuelva a ser campeón mundial? Ojalá me equivoque, pero quizá no vuelva a serlo nunca más”, explica Almeida, director del museo surgido de su propia colección.


En la muestra realizada en Montevideo con motivo de la inauguración, el museo abrió sus puertas de manera provisoria, ya que tras ser exhibido en Japón y Corea del Sur durante el Mundial, se instalará definitivamente en Miami. “Allí podrán ver estos objetos los hinchas de toda América Latina, ya que el valor histórico trasciende el sentimiento de lo uruguayos”, relata Almeida.


¿Qué puede encontrarse en el Museo? Todo lo relacionado con lo que los ingleses llaman “memorabilia”, una palabra que aún no tiene traducción al castellano pero que significa “objetos notables y dignos de recuerdo”.
Así aparece un afiche original del primer Mundial, un álbum de figuritas con las 13 selecciones participantes, entradas para las cuatro tribunas del estadio Centenario: Olímpica, América, Amsterdam y Colombes. Hay postales uruguayas rescatadas del olvido, algunas con sus matasellos originales, y fotos inéditas de los equipos, los partidos y la construcción del Centenario. Muchas fueron conseguidas en el Uruguay, pero otras, las más valiosas, tuvieron que ser compradas en Londres. ¿Por qué? Hace una década la movida de la memorabilia estalló entre los ingleses y salieron a saquear al mundo de sus recuerdos futbolísticos a cambio de muy poco dinero. Coleccionistas británicos aparecieron por Montevideo comprando por monedas revistas, álbumes, insiginias, todo… Y cuando los responsables del museo participaron de las subastas londinenses para repatriar los objetos debieron pagar sumas que se acumulaban en miles de dólares. “La medalla que recibió Bobby Moore en el Mundial de 1966 se remató en un millón de dólares; entonces, ¿cuánto vale la de Nasazzi, que además es única?” se pregunta Rony Almeida hijo, tan entusiasta del proyecto como su padre y sus hermanos.

Más allá del 30 

El Museo de la Copa del Mundo de 1930 fue declarado de interés nacional por el gobierno uruguayo y contiene la colección más extensa de las que se conocen. Con 260 objetos catalogados supera largamente al de la propia AUF, que conserva una treintena.

La vedette de la muestra es la medalla de Nasazzi, la misma que Jules Rimet guardó en su valija y trasladó desde París junto a la Copa que años después llevaría su nombre. Pero la muestra se extiende a los cuatro campeonatos del mundo ganados por la Celeste. ¿Cuatro? Sí, porque los torneos de fútbol de los Juegos Olímpicos de París 24 y Amsterdam 28 fueron organizados directamente por la FIFA y al ganador se lo reconocía como campeón mundial, tal como lo testimonian escritos de la época. Está la foto original del festejo tras la conquista de la medalla dorada en el estadio de Colombes, cuando los uruguayos dieron una vuelta al campo de juego saludando a los parisinos que se habían enloquecido con su juego. Es la imagen de la primera “vuelta olímpica” de la historia del fútbol.

miércoles, 27 de diciembre de 2023

Jean Kaltack: 16 goles en un partido internacional

Prácticamente desconocido en el fútbol mundial, el vanuatuense Jean Kaltack es dueño del récord de goles en un partido internacional: 16. Se los convirtió a la selección de los Estados Federados de Micronesia, el 7 de julio de 2015, la tarde en que Vanuatu ganó por 46-0 (otro récord entre selecciones).

Durante el torneo de fútbol de los Juegos del Pacífico disputados en Port Moresby, Papua New Guinea, Kaltack se lució con la camiseta número 11 de Vanuatu en los partidos disputados en el Bisini Sports Complex. Pero el match contra Micronesia lo llevó a la historia:

Los 46 goles de Vanuatu:
2' Tony Kaltack
3' Bill Nicholls
4' Jean Kaltack
6' Jean Kaltack
12' Barry Mansale
14' Dalong Damalip
16' Bill Nicholls
17' Jean Kaltack
18' Tony Kaltack
20' Barry Mansale
22' Barry Mansale
23' Brian Kaltack
27' Tony Kaltack
29' Barry Mansale
30' Barry Mansale
34' Jean Kaltack
36' Barry Mansale
37' Bill Nicholls
37' Jean Kaltack
44' Jean Kaltack
45' Jean Kaltack
45'+1' Delong Damalip
45'+2' Jean Kaltack
45'+3' Bill Nicholls
47' Jean Kaltack
49' Tony Kaltack
50' Bill Nicholls
53' Tony Kaltack
54' Jean Kaltack
55' Nemani Nikiau
56' Tony Kaltack
57' Bill Nicholls
59' Jean Kaltack
60' Jean Kaltack
61' Bill Nicholls
64' Bill Nicholls
65' Bill Nicholls
66' Jean Kaltack
68' Abraham Roqara
72' Bill Nicholls
73' Jean Kaltack
74' Zicka Manuhi
89' Abraham Roqara
90' Chris Andrews
90'+3' Jean Kaltack
90'+4' Jean Kaltack
Jean Kaltack

jueves, 21 de diciembre de 2023

Historial de la Copa Intercontinental / Mundial de Clubes

La Copa Mundial de Clubes de la FIFA es el certamen más importante del planeta a nivel de clubes, organizado por la propia FIFA desde el año 2000 (la segunda edición se programó para 2001, luego se pospuso hasta 2003 y finalmente se canceló). El torneo volvió en 2005, en un nuevo formato de 6 equipos con la participación de seis campeones continentales. En 2007, el formato pasó a 7 equipos, con la inclusión de club del país anfitrión.
Sin embargo, el torneo toma como antecedentes oficiales a la Copa Intercontinental europeo-sudamericana que se jugó desde 1960 a 2004. Hasta 1979 se disputaba con una final a ida y vuelta (y un tercer partido de ser necesario); desde 1980, con el patrocinio de la automotriz japonesa Toyota, la final se disputó en Tokio, a partido único.
Sumando ambos trofeos, Real Madrid es el club que más veces se coronó: 8; seguido por Milan y Bayern München (4) y varios con 3: Barcelona, Internazionale, São Paulo, Boca Juniors, Nacional y Peñarol.

TODOS LOS CAMPEONES 
Año - Campeón de la Copa Intercontinental
1960 Real Madrid
1961 Peñarol
1962 Santos
1963 Santos
1964 Internazionale
1965 Internazionale
1966 Peñarol
1967 Racing
1968 Estudiantes de La Plata
1969 Milan
1970 Feyenoord
1971 Nacional
1972 Ajax
1973 Independiente
1974 Atlético de Madrid
1975 no se disputó
1976 Bayern München
1977 Boca Juniors
1978 no se disputó
1979 Olimpia
1980 Nacional
1981 Flamengo
1982 Peñarol
1983 Grêmio
1984 Independiente
1985 Juventus
1986 River Plate
1987 Porto
1988 Nacional
1989 Milan
1990 Milan
1991 Crvena zvezda
1992 São Paulo
1993 São Paulo
1994 Vélez Sarsfield
1995 Ajax
1996 Juventus
1997 Borussia Dortmund
1998 Real Madrid
1999 Manchester United
2000 Boca Juniors
2001 Bayern München
2002 Real Madrid
2003 Boca Juniors
2004 Porto

Año - Campeón del Campeonato Mundial de Clubes
2000 Corinthians
La segunda edición del campeonato, organizada para ser disputada en España, fue cancelada y las ediciones posteriores, hasta 2004, no se llegaron a organizar.

Año - Campeón de la Copa Mundial de Clubes
2005 São Paulo
2006 Internacional
2007 Milan
2008 Manchester United
2009 Barcelona
2010 Internazionale
2011 Barcelona
2012 Corinthians
2013 Bayern München
2014 Real Madrid
2015 Barcelona
2016 Real Madrid
2017 Real Madrid
2018 Real Madrid
2019 Liverpool
2020 Bayern München
2021 Chelsea
2022 Real Madrid
2023 Manchester City


CAMPEONES POR PAÍSES
España - 12
Brasil - 10
Argentina - 9
Italia  - 9
Uruguay - 6
Alemania - 5
Inglaterra - 5
Países Bajos - 3
Portugal - 2
Yugoslavia - 1
Paraguay - 1