Por PABLO ARO GERALDES
Siempre hay una primera vez y esa fue el 16 de junio de 1954. Mientras Yugoslavia y Francia asomaban por el túnel del estadio La Pontaise, de Lausana, una cámara de TV transmitía en directo para los nueve países que conformaban el flamante consorcio Eurovisión.
Todavía no estaban los satélites ni el video-tape, pero era el puntapié inicial de la unión del fútbol y las pantallas. Esas imágenes pioneras llegaron por cable coaxil a Francia, Italia, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Luxemburgo, el Reino Unido, Alemania y, lógicamente, a Suiza.
El árbitro galés Mervyn Griffiths con los capitanes Robert Jonquet y Stjepan Bobek |
Miloš Milutinović |
Aquellos yugoslavos de fútbol alegre y ofensivo minaron el camino a los franceses pero sucumbieron ante el poderío de Alemania Federal, que terminó llevándose el trofeo.
Si el apellido Milutinović resulta familiar es por Bora, hermano menor de Miloš, quien como entrenador dirigiera a cinco selecciones en cinco Copas del Mundo. Aunque con menos fama, Miloš (apodado Plava Čigra, el trompo rubio) se ganó un lugar en la historia mundialista: el suyo fue el primero de cientos de goles mundialistas que se vieron por televisión.
Y una perla, la filmación cinematográfica de aquel gol:
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