Persistir en las convicciones es una virtud muy poco común en este mundo ávido de éxitos rápidos y a cualquier precio. Por eso, Holanda del ’74 va a ser campeón del Mundo, aunque hayan transcurrido 36 años.
Porque es gratificante que estilo que no pudo darles la victoria en las finales de Munich y Buenos Aires haya sido respetado a través del tiempo. E hizo escuela más allá del genio de Rinus Michels, más allá de la propia camiseta anaranjada.
Johan Cruyff, abanderado dentro de la cancha de esa manera naranja de entender el fútbol, tomó la posta y produjo un contagio que tuvo como principal protagonista al Barcelona. No es casualidad que el club haya elegido técnicos como el propio Michels, César Luis Menotti, Frank Rijkaard o Joseph Guardiola. Y hoy no es casualidad que España esté frente a Holanda para ver quién se lleva por primera vez el trofeo más anhelado del mundo. Porque esta España 2008/10 tiene ese gen holandés trasfundido en la sangre catalana.
“Lo cortés no quita lo valiente” reza el dicho popular español. Y Vicente del Bosque es un valiente con letras grandes. Porque se animó a desafiar la tradición de la furia, esa en la que el coraje y el empuje mandan por sobre la inteligencia. Este equipo rojo tiene más de Don Quijote que de Sancho Panza y tuvo la sapiencia de darse cuenta que aquella furia había caducado, que se podía aspirar a más. A lo Barça, a lo Holanda.
Este Mundial se sacó pronto de encima esos quistes indeseables, antiestéticos, como fueron Italia, Grecia y Suiza, y generó esperanzadores anticuerpos de la mano de Argentina, Alemania, Holanda y España.
Si hay una bandera actual del éxito a cualquier precio (siempre caro, obvio) es la del Real Madrid, el mismo que hoy debe estar lamentando su desesperación galáctica de victorias que les hizo desprenderse de Arjen Robben y Wesley Seijder, entre tantos otros talentos que no garantizaron el premio inmediato, urgente. Y así como Holanda ya triunfó, más allá del resultado de la final con España; el modelo madridista sufre un revés histórico.
Mañana esos casi 5 kilos de oro bailarán en las manos de Iniesta, o de Robben, o de Xavi, o de Sneijder, o de Villa, o de Jan Huntelaar, o de Puyol, o de Van Bommel... No se trata de hacer predicciones. Será de España o será de Holanda. El fútbol ya ganó.
2 comentarios:
Fenomenal artículo, pero, una cosa, también hay que saber distinguir el futbol defensivo bien ejecutado.
Coincido con Gustavo, no es fácil defender. Muchas veces se condena un estilo defensivo sin tener en cuenta otros factores, como por ejemplo ser inferior al rival.
Holando no jugó de forma vistosa, de hecho en la Final pegó como loco y dejo atrás su clásico estilo lírico.
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